La sueca Stina Blackstenius es sencillamente una máquina de hacer goles. Con la increíble cosecha de 20 tantos en diez partidos contribuyó a la clasificación de Suecia para la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2016, vio puerta en dos ocasiones en los recientes Juegos Olímpicos y posee un promedio de un gol cada dos partidos con su club, el Linkopings, un grande de la Damallsvenskan. Este miércoles ha anotado además cuatro tantos en un partido en los escenarios mundiales: dos en cada mitad de la victoria por 6-0 de las suyas contra Papúa Nueva Guinea.
Es fácil comprender cómo Blackstenius ha sido capaz de adjudicarse tamaños registros. Esta delantera potente y veloz cuenta en su repertorio con giros endiablados y disparos soberbios, y posee una habilidad asombrosa para quebrar las defensas rivales. Juega como si su único propósito fuera marcar goles.
Jorge Vilda, exseleccionador sub-19 de España, aseguró que enfrentarse a la Suecia de Blackstenius podía compararse a jugar contra un equipo que poseyera a Lionel Messi o Cristiano Ronaldo en sus filas. "Si una jugadora está tan por encima del resto, resulta imposible parar a ese equipo", declaró Vilda después de que Blackstenius registrara dos tantos y una asistencia cuando Suecia se impuso a España en los clasificatorios europeos del año pasado.
En busca de la perfección Cinco es el máximo de goles anotados en un solo partido de la competición, una marca que estableció la canadiense Christine Sinclair en 2002 e igualó la norcoreana Kim Su Gong en 2012. Con una pizca más de suerte, Blackstenius habría podido emular el récord este miércoles en la Copa Mundial Femenina Sub-20, pues entre otros cuantos disparos que a punto estuvieron de batir la meta rival, llegó a estrellar el balón en la parte inferior del travesaño tras uno de sus famosos giros y remates.
"Marcar cuatro goles en un partido es bueno para la propia estima, especialmente después de no haber aportado demasiado en el encuentro anterior", comentó Blackstenius a FIFA.com tras el choque, con la cara todavía acalorada por el esfuerzo realizado en otra noche tórrida en Port Moresby. "Esta competición me proporciona más experiencia en el fútbol internacional, en un año dedicado a los Juegos Olímpicos y al Mundial".
Blackstenius participó en el complicado debut de Suecia, contra la RDP de Corea, aunque las suyas no disfrutaron de la posesión ni pudieron crear ocasiones. Pese a sus escasos 20 años, la artillera ha aprendido que, tras un mal partido, los buenos delanteros tienen que pasar página inmediatamente. "Por descontado que cualquier delantera se siente muy decepcionada si no marca goles. Sin embargo, he tenido que superar esa decepción y concentrarme en el siguiente partido".
Si bien Blackstenius se impone como una figura dominante sobre el terreno de juego, fuera de él parece una muchacha muy humilde y sencilla. Por eso, su seleccionador, Calle Barrling, se encarga de elogiar a la jugadora. "Stina es excelente en sus internadas al área desde muy atrás. Todos los equipos necesitan una jugadora como ella para marcar goles", asegura el técnico sueco.
"Como entrenador, estoy muy satisfecho de que hayamos hecho un partido mejor que el anterior. Nuestra número 10, Anna Anvegard, crea espacios para Stina. Este equipo está compuesto por muchas otras jugadoras".
"Fuera del terreno de juego, da gusto trabajar con Stina, porque es muy humilde y muy buena persona. También muestra una gran curiosidad por encontrar formas de perfeccionar su juego. Quiere mejorar constantemente, un rasgo de su carácter que completa su personalidad y su juego".