El Día Internacional de la Educación celebra el papel esencial de la educación para la paz y el desarrollo humano. Lo instauró la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018; precisamente el año en que se gestó el programa Football for Schools (F4S), que vio la luz en Ruanda, en la octava sesión del Consejo de la FIFA. Posteriormente, la FIFA y la UNESCO firmaron un memorando de entendimiento para activar la iniciativa por todo el mundo. Seis años más tarde, son 105 países los que se han incorporado al programa.

Pero sobre todo, más allá de ese centenar de países, el impacto de F4S ha llegado a decenas de millones de niños. Es a ellos a quienes, ante todo, el programa pretende apoyar y mimar.

¿Cómo? Integrando en el sistema educativo actividades vinculadas con el balompié. ¿Con qué propósito? El de hacer más accesible el fútbol para los jóvenes. “El objetivo es vincular la educación al fútbol, haciendo lúdico el primer contacto del niño con el balón y enseñándole habilidades para la vida”, resume Fatimata Sidibe, directora de Football for Schools.

Así, el 24 de enero es una fecha importante para ella, al igual que debería serlo para todo el mundo. “Este día pone la educación en el foco de atención y sensibiliza a las partes interesadas para que respalden acciones transformadoras a favor de una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos”, explica.

"La educación y el deporte desempeñan un papel clave en el bienestar de la infancia y en la construcción de sociedades sostenibles y resilientes, transformando vidas y rompiendo el ciclo de la pobreza en el que se ven atrapados tantos niños".

Fatimata Sidibe es testigo de ello de manera frecuente. Desde hace tres años, ella y su equipo se recorren todo el planeta para encontrarse con esos niños, pero también con educadores-formadores llamados a convertirse en verdaderos embajadores de F4S. Esos docentes les ayudan a implantar el programa por doquier, y especialmente en las regiones más apartadas del globo terráqueo. 

"El fútbol no es sólo un deporte universal. Posee además un extraordinario poder de unificación y de integración social; un poder para educar y empoderar a los niños y niñas", subraya Sidibe. "La FIFA aprovecha este poder para permitir que niños de todo el mundo, de diferentes orígenes, tengan la posibilidad de jugar y de aprender".

En 2023, 71 federaciones miembro de la FIFA aplicaron el programa con éxito. Fiyi fue uno de los países que estuvo en la hoja de ruta de F4S. "Hoy el fútbol forma parte de mi vida", cuenta Joeli Nakakai, de 12 años, alumno de la escuela primaria de Tavua. “La experiencia me ha hecho progresar tanto a nivel técnico como humano".

"Gracias a este programa he aprendido mucho, por ejemplo, respecto a la igualdad de género. Antes me daba vergüenza jugar con personas del sexo opuesto; ahora estoy más a gusto con ellas. También he aprendido mucho sobre el respeto a los demás, las discapacidades y las diferencias culturales”, continúa. “He aprendido a jugar en equipo, a conocerme mejor. Soy más capaz de comunicarme con los demás. Al principio de este programa no sabía hacer malabarismos. ¡Ahora puedo hacer 35 fácilmente!".

Si bien Fiyi constituye históricamente un feudo del rugby mundial, Football for Schools ha conseguido hacerse un sitio allí. Y si el programa ha tenido éxito en este país, también es porque goza del respaldo masivo de las autoridades locales.

"La integración del fútbol en el sistema educativo nacional y en los planes de estudios escolares contribuirá al cambio social y ayudará a que los niños se conviertan en mejores ciudadanos", subraya Fatimata Sidibe.

"Gracias al aprendizaje de habilidades intrapersonales y cognitivas, habilidades interpersonales, habilidades de ciudadanía activa y conductas saludables, los niños desarrollarán aptitudes para su desarrollo personal y contribuirán a los objetivos de desarrollo sostenible", añade.

El desarrollo sostenible es precisamente uno de los principales retos en África. Además, es el continente donde más se ha implantado proporcionalmente el Football for Schools: 37 de las 54 federaciones miembro africanas de la FIFA ya se han familiarizado con el programa; es decir, el 70% del Continente Madre.

Entre otros países, se puso en marcha en Malaui en 2022, y hoy es una iniciativa indispensable allí; lo cual hace pensar que, una vez instaurado, el proyecto se perpetúa.

"Como niña, ha sido muy beneficioso para mí", admite Ulemu Matchado, de 13 años, alumna de la escuela primaria de Chipoza en Kasungu.

"He aprendido los beneficios del trabajo en equipo, la confianza en ti misma, las dotes de liderazgo, la disciplina y la gestión del tiempo; así como de marcarte objetivos realistas y mostrar siempre una actitud positiva. En lo puramente futbolístico, he aprendido a concentrarme, lo que me ha permitido hacer jugadas que nunca habría imaginado que podría hacer algún día".

"También he aprendido que las personas sanas no son para nada superiores a las personas que puedan tener una discapacidad física, y que estas deberían gozar de las mismas oportunidades en la vida. Pueden contribuir igualmente de manera positiva al desarrollo del país", subraya.

Aprender, precisamente, es la esencia misma de Football for Schools. "Gracias al programa, los niños aprenden a conocerse mejor, a conocer el mundo, a vivir en una buena interacción con los demás, y a hacerse cargo de su propia salud y su bienestar", concluye Fatimata Sidibe. Y de hecho, "Aprender para una paz duradera" es el lema en 2024 del Día Internacional de la Educación…