Wendi Henderson representó a la selección neozelandesa en los Mundiales
Su hermano Graeme ha trabajado como responsable general de la sede en el Estadio Regional de Wellington
"Si lo muestras en televisión, la gente verá fútbol femenino"
Dos de los más fervientes aficionados del fútbol femenino en Aotearoa Nueva Zelanda están asombrados por el modo en que la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ ha conquistado las dos naciones anfitrionas.
Wendi Henderson jugó en la selección neozelandesa en la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA™, en 1991, y también en el torneo de 2007. Por su parte, ya desde muy pequeño, su hermano Graeme Davidson estuvo involucrado en el fútbol femenino, y en la actualidad es el responsable general de la sede en el Estadio Regional de Wellington, que albergará un total de nueve partidos.
"Entre mis primeros recuerdos está el de cuando me llevaban a rastras a Hutt Valley Park los domingos por la mañana a ver jugar a mi hermana —comenta entre risas Davidson, que creció entre las Football Ferns en la década de los 80—. No es que tuviera muchas opciones".
"¡Era como tener quince hermanas mayores! Si mi madre y mi hermana iban de viaje a disputar un partido, ellas cuidaban de mí, y yo cuidaba de sus perros junto a la banda".
"De adolescente, las jugadoras de la selección de 1991 eran mis ídolos. De hecho, yo seguía el fútbol femenino mucho que el masculino. Todavía podría darte el once inicial del equipo de 1991", asegura Graeme, que proviene de una gran estirpe futbolística, pues tanto su padre como su madre representaron a Nueva Zelanda.
Wendi Henderson, siete años mayor que su hermano, jugó durante 20 años en la selección neozelandesa, desde 1987 a 2007, y formó parte del combinado que compitió en la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA™ de la historia.
Confiesa que ha sido muy emotivo ver a la generación de 2023 conseguir la primera victoria de Nueva Zelanda en la fase final y comprobar cómo el fútbol femenino ha conquistado los corazones del país.
"Ha habido momentos en los que todo parecía un poco surrealista. Nunca nos hubiéramos imaginado en 1991 que tendríamos un Mundial en nuestro país y que 42 000 personas irían a Eden Park a ver un partido de fútbol femenino", comenta Henderson, que en 2019 disputó su tercera Copa Mundial en calidad de segunda entrenadora.
La 64 veces internacional comenta que el crecimiento que ha experimentado el fútbol femenino es fenomenal. "Cada vez más países están invirtiendo en esta disciplina, y es fantástico ver los frutos que está dando".
Graeme Davidson había trabajado ya como responsable del servicio de suministro de comidas y bebidas en el Estadio Regional de Wellington con el Wellington Phoenix en la A-League, de modo que cuando Australia y Nueva Zelanda lograron los derechos de organización, fue un cambio natural pasar a formar parte de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™.
"Quería formar parte de la historia y brindarles a estas deportistas las mejores condiciones posibles para jugar al fútbol", añade.
El gran número de aficionados que ha asistido a los partidos en Wellington/Te Whanganui-a-Tara es otro aspecto impresionante del torneo.
"Pensé que comenzaríamos con mucha fuerza, pero que luego los números irían cayendo. Todo lo contrario: la asistencia se ha mantenido muy alta —hasta ahora llevamos 200 000 contabilizados en la capital— es sencillamente espectacular".
Henderson también se alegra de que el torneo haya captado a un sector de la población que tradicionalmente no seguiría el fútbol femenino.
"Una muestra del éxito que está teniendo el Mundial es el señor que vino a hacer unas obras en mi casa la semana pasada. Admitió que él nunca veía deporte femenino, pero la noche anterior vio un partido de la Copa Mundial y estaba realmente asombrado".
"Me dijo que lo había visto solamente porque lo retransmitieron por televisión. Es el viejo dilema del huevo y la gallina. Si no se retransmite, nadie ve el fútbol femenino, pero si lo pones en la tele, la gente lo disfruta".
La leyenda de la selección neozelandesa espera que la comunidad futbolística sepa aprovechar la ola que está recorriendo el país y que miles de jóvenes, niños y niñas, quieran jugar al deporte rey.
"La temporada regular del fútbol prácticamente ha terminado aquí, por lo que va a resultar algo más difícil mantener ese entusiasmo vivo entre los pequeños. No hay ninguna duda de que es una oportunidad excepcional para el fútbol en Aotearoa Nueva Zelanda".