Erik Hamren cumplirá dos años como seleccionador de Islandia
Al exseleccionador de Suecia le aconsejaron que no aceptara el cargo
Hizo caso omiso a la advertencia y espera poder clasificarse para la EURO
"Todos me dijeron que estaba loco", afirma sonriendo Erik Hamren cuando recuerda la decisión de convertirse en seleccionador de Islandia.
El próximo mes hará dos años que aceptó la oferta y, por aquel entonces, el exseleccionador de Suecia entendía muy bien los recelos de sus amigos. Islandia había vivido años gloriosos, durante los que se había convertido en el país menos poblado que se clasificaba para la EURO de la UEFA y para la Copa Mundial de la FIFA™, aunque había logrado lo inimaginable con una generación de oro ya envejecida. Lars Lagerback y Heimir Hallgrimsson, los arquitectos del éxito del equipo, se habían marchado y todo apuntaba a que, para quien tomara las riendas, solo había un camino y era cuesta abajo.
Sin embargo, Hamren hizo oídos sordos a aquellos avisos y se lanzó a por el reto. No se arrepiente. Aunque el lógico periodo de adaptación y una serie de lesiones se confabularon para dificultarle los primeros pasos, Islandia se encuentra en la repesca de clasificación para la EURO y podría alcanzar su tercer máximo campeonato consecutivo, un logro realmente excepcional.
La pandemia ha aplazado el choque de semifinales contra Rumanía, pospuesto para octubre, pero Hamren está convencido de que Reikiavik vivirá otra noche triunfal. En esta entrevista para FIFA.com, habla de las razones que llevaron a aceptar el cargo, de sus experiencias en el confinamiento y del reto que supone forjar una nueva era en la tierra de hielo y fuego.
Señor Hamren, ¿cómo ha sobrellevado estos últimos meses?
Por suerte, toda mi familia está sana; de manera que, aunque la vida parecía vacía sin el fútbol, no me puedo quejar. Sabes que hay gente muriéndose y sufriendo lo indecible, y eres consciente de la suerte que tienes. Creo que, además, los entrenadores de fútbol nos adaptamos bastante bien a las situaciones, quizá porque estamos acostumbrados a que el contexto cambie muy a menudo, y tendemos a quedarnos con lo mejor de cada cosa. Y, claro, ha habido aspectos positivos, como el tener más tiempo para estar con la familia y más ocasiones de las habituales para jugar al golf.
Pese a todo, he echado de menos el fútbol un montón y estoy deseando que vuelva de verdad. La última vez que me reuní con mis jugadores fue en noviembre; o sea, incluso mucho antes del confinamiento. Llevamos mucho tiempo planificando la repesca de la EURO y deseando jugarla. Por eso es fantástico tenerla de nuevo en el horizonte.
Lleva casi dos años en el cargo. ¿Qué le ha parecido la experiencia hasta la fecha?
He disfrutado muchísimo. Han sido dos años magníficos y no solo futbolísticamente hablando, sino también porque he conocido el país y al pueblo islandés. Aunque no empezó demasiado bien. Tuve unos comienzos realmente difíciles, con dos partidos contra Bélgica (la primera en la clasificación de la FIFA) y otros muy complicados contra Francia y Suiza. Pero resultó un periodo muy importante porque fui conociendo a los jugadores y acabamos haciendo un buen trabajo en los clasificatorios.
Confiábamos en batirnos por los dos primeros puestos, pero a Turquía le salieron bien las cosas y arrancó a Francia cuatro puntos que terminaron por marcar la diferencia entre ellos y nosotros. No obstante, todavía nos quedan posibilidades en la repesca, y estoy seguro de que muy buenas a la par que complicadas. Sabemos que los pequeños detalles resultarán decisivos. Si conseguimos que nos salga todo bien, tengo muchas esperanzas.
¿Le parece muy diferente entrenar a su propio país, Suecia, que estar al mando de la selección nacional de un país extranjero?
Cuando trabajas con un país que no es el tuyo, aunque haya muchas cosas parecidas, te encuentras sin duda con diferencias. El idioma es la más obvia, por mucho que a mí y a mis jugadores no nos cueste para nada hablarnos en inglés. Lógicamente, se hace distinto entrenar en otro idioma, y estoy seguro de que los jugadores también han necesitado adaptarse.
Sin embargo, he entrenado también en Dinamarca y en Noruega, y llevaba diez meses trabajando en Sudáfrica [como director técnico del Mamelodi Sundowns] antes de aceptar este cargo. Creo que trabajar en el extranjero te hace mejor entrenador y mejor persona. Se trata de una formación, de una educación completa, tanto de fútbol como de vida.
¿Le ha ayudado que Islandia haya disfrutado de grandes éxitos con otro seleccionador sueco [Lars Lagerback]?
Creo que sí. La gente de aquí había vivido una gran experiencia con Lars, y yo veo el fútbol de forma parecida a él, lo que también ayuda. Me parece que la federación tenía eso en mente cuando me ofreció el puesto.
¿Pidió consejo a Lars antes de aceptar la oferta?
No, antes de aceptar el empleo no, pero he hablado con él después. Estaba en Sudáfrica cuando me llegó la oferta y, aunque me gustaba mucho la idea de dedicarme a dos trabajos diferentes en diferentes partes del mundo, quería regresar a Europa y añoraba entrenar. Sabía que me enfrentaría a un gran reto, claro, porque no es fácil ampliar lo que Islandia ha logrado en los últimos años: un país tan pequeño presente en dos grandes fases finales.
Casi todo el mundo me aseguró que era imposible y que estaba loco si aceptaba el cargo. Me decían que, a partir de aquellas gestas, solo se podía ir a peor. Costará mucho igualar los logros del equipo en la EURO 2016 y después en aquel dificilísimo grupo de clasificación para el Mundial, donde terminó por delante de Croacia, Ucrania y Turquía. Sin embargo, vi el desafío, me entusiasmé y pensé: “Podemos conseguirlo”.
También se le planteaba el problema de la veteranía de los jugadores de la generación dorada de Islandia. ¿Se ha hecho necesario renovar la plantilla? Y de ser así, ¿qué le ha parecido el proceso?
En este sentido, me siento muy satisfecho con los jugadores. Cuando accedí al cargo, yo también me preguntaba si los más veteranos reunían todavía la calidad y la sed necesarias para alcanzar más éxitos con la selección. Lo que he visto hasta ahora me ha dejado claro que sí. Me encanta su actitud. El único problema que he encontrado, y que también afectó al seleccionador anterior, ha sido la multitud de lesiones que han lastrado a jugadores importantes.
Me dicen aquí que, básicamente, han jugado cuatro años con el mismo once inicial y que esa regularidad les ayudó mucho. No obstante, no ha sido así en los últimos años, y tener que lidiar con las lesiones de varios jugadores fundamentales a la vez resulta mucho más duro para los países pequeños, donde no tienes tantos futbolistas para elegir. Pero esto nos ha permitido traer y probar a algunos jóvenes, y varios han aprovechado al máximo la ocasión. A Islandia le espera un gran futuro cuando esta magnífica generación deje de jugar.
Ya dirigió a Suecia en los dos últimos clasificatorios de la EURO. Sin embargo, ¿cree que guiar a Islandia hasta la fase final del año que viene se convertiría en su mayor logro?
Con toda probabilidad, sencillamente por el tamaño de ambos países y por el hecho de que casi todos me dijeran que sería mala idea aceptar el trabajo. Para un país tan pequeño como Islandia, llegar a tres fases finales consecutivas de máximas competiciones sería realmente fantástico. Y sí, creo que se convertiría en el mayor logro de mi carrera de entrenador.