Cuando se anunció la elección de Indonesia como país anfitrión de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ —y la consiguiente clasificación automática de su selección para disputar la fase final—, Erick Thohir, presidente de la Federación Indonesia de Fútbol, vio una oportunidad perfecta para impulsar el deporte rey en su país.

Se trata del primer certamen de la FIFA que organiza el país, además del primer Mundial sub-17 celebrado en el sudeste asiático. Indonesia, a pesar de ser el cuarto país más poblado del mundo y de contar con una afición que sigue el fútbol por encima de cualquier otro deporte, no ha sido un combinado habitual en los torneos de la FIFA.

Debutó en la Copa Mundial de la FIFA™ de 1938 bajo la bandera de las Indias Orientales Neerlandesas y tardó 41 años en clasificarse de nuevo para una fase final: concretamente, la de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA™ celebrada en 1979.

“Hace seis meses, la FIFA me preguntó si Indonesia estaría interesada en albergar la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™. Es todo un honor para mí a nivel personal, pero organizar un Mundial también es una excelente noticia para Indonesia, sobre todo ahora que el fútbol del país está inmerso en un proceso de transformación profunda”, declaró Thohir.

“Traer la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ a Indonesia nos permite acercarnos a una nueva forma de enfocar el fútbol nacional, además de mostrar al mundo que contamos con una buena infraestructura: no solo en cuanto a instalaciones de entrenamiento, sino también estadios, personal, servicios de hospitalidad, alojamiento y demás”.

Aunque Indonesia ya contaba con buenas instalaciones —entre las que destacan cuatro impresionantes estadios—, cinco meses es muy poco tiempo para preparar una competición internacional, una circunstancia provocada por la retirada de Perú como país anfitrión. Thorir, que fue presidente del Inter de Milán durante seis años y copropietario del DC United, trabajó de cerca con la FIFA para que la competición fuese todo un éxito.

“El proceso ha requerido de muchas negociaciones con la FIFA, y desde el primer momento hemos trabajado codo con codo, sobre todo en la preparación de infraestructuras como estadios e instalaciones de entrenamiento. Al final, nuestras infraestructuras han superado las expectativas. Es algo que podemos mostrar al mundo: que en Indonesia nos tomamos el desarrollo del fútbol muy en serio”, agregó.

El país, que ahora gozará de instalaciones de alta calidad y una mayor experiencia en la gestión deportiva gracias a la organización del torneo, tiene ante sí la oportunidad de aprovechar este impulso para aspirar a cada vez mayores cotas de éxito futbolístico.

“La Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ nos ha aportado mucho y supone un paso importante para Indonesia. Para mejorar las selecciones nacionales, es necesario desarrollar el sistema de formación de los juveniles, algo que esta competición ha dejado claro para la comunidad futbolística del país: no hay más que ver la calidad de los demás países en comparación con Indonesia. Tenemos que tomarnos muy en serio el trabajo de los fundamentos del fútbol desde edades muy tempranas”.

Aunque Indonesia no superó la fase de grupos, la selección anfitriona sí hizo historia al marcar su primer tanto en una competición de la FIFA. El gol fue obra de Arkhan Kaka, que abrió el marcador frente a Ecuador ante 30.583 espectadores.

El tanto de Arkhan también permitió a Indonesia lograr su primer punto en un certamen de la FIFA. De hecho, el combinado anfitrión vio puerta en los tres partidos que disputó —dos empates a uno frente a Ecuador y Panamá, y una derrota por 3-1 contra Marruecos— y quedó quedó tercero de grupo.

Son hitos que sin duda apuntan a un país cuyo rendimiento sobre el campo es cada día más sólido. De hecho, el combinado sub-23 se clasificó hace poco para la Copa Asiática Sub-23 de la AFC por primera vez en su historia, y la selección absoluta masculina se encuentra actualmente en el puesto 145 de la clasificación mundial, lo que supone una mejora notable con respecto al puesto 191 de hace solo unos años.

“Nuestro objetivo a corto plazo es situarnos entre las 100 mejores selecciones del mundo. Si seguimos trabajando para mejorar nuestras selecciones desde las categorías inferiores, el objetivo a largo plazo será clasificarnos para la Copa Mundial de la FIFA™, no como anfitriona sino como participante”, concluyó Thohir.