Wellington/Te Whanganui-a-Tara, la capital de Aotearoa Nueva Zelanda, acogió el seminario de intercambio de conocimientos impartido por la FIFA entre el 23 y el 28 de julio.

El seminario, organizado por la División de Desarrollo Mundial del Fútbol de la FIFA reunió a directores de desarrollo técnico y directores de alto rendimiento (o personas encargadas de las selecciones juveniles) de distintos miembros de la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC), junto con sus respectivos secretarios generales. También asistieron representantes de la OFC y la oficina regional de desarrollo de la FIFA para Oceanía.

Nada más congregarse los asistentes en la segunda planta de un hotel, quedó patente que el seminario no se parecía a ningún otro, sino que se había concebido para poner sobre la mesa las peculiaridades de esta región. Oceanía es el continente más pequeño en cuanto a superficie y el segundo menos poblado después de la Antártida. Además, los viajes entre islas, por no mencionar los viajes entre naciones, presentan dificultades muy concretas.

Ulf Schott, jefe del Departamento de alto rendimiento de la FIFA, explicó la filosofía de su equipo, que dirigió las distintas sesiones a lo largo de seis días.

"Cada persona mide el éxito de una forma —afirmó—. ¿Cómo se cuantifica el éxito en cada federación miembro? Lo bonito de estos seminarios es que no se espera que los asistentes encuentran la respuesta por sí solos. Lo que hacemos es combinar reuniones grupales y bilaterales, y tratar todos los asuntos al detalle".

"En cierto modo, es como confeccionar un traje a medida. Tenemos a nuestra disposición con una gran variedad de materiales y conocimientos. Escuchamos lo que quiere cada federación miembro y adaptamos nuestra forma de trabajar".

Como el seminario tuvo lugar a solo 15 minutos a pie del Estadio Regional de Wellington, que acoge nueve partidos durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™, los participantes tuvieron la oportunidad de alternar las sesiones teóricas con vivencias reales relacionadas con el personal con el que cuentas las selecciones y su forma de preparar los partidos.

April Heinrichs es especialista en alto rendimiento de la FIFA. Además, fue campeona de la edición inaugural de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ en 1991 con Estados Unidos. Como seleccionadora, llevó a su selección a conquistar el oro olímpico en 2004.

Heinrichs, una persona muy positiva, inició su presentación sobre el fútbol femenino con un mensaje que provocó un murmullo colectivo en la sala. "Creo que podemos aumentar la competitividad de Oceanía. Podemos conseguir que otros países de la OFC, además de Nueva Zelanda, se clasifique con regularidad para la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™. Y creo que es posible ganar una Copa Mundial Sub-17 o Sub-20, no solo disputarla. Soy consciente de que suena muy atrevido; sin embargo, he visto los progresos del fútbol femenino en muchos países pequeños de todo el mundo", aseguró. 

Uno de los temas fundamentales que se trataron durante la semana fue la necesidad de que cada federación miembro identificara una visión o una filosofía propia. En muchos países, el balón de rugby sigue siendo el primero con el que juegan muchos niños. En otros, como en las Islas Cook, la población total es de tan solo 17.000 habitantes, de los cuales únicamente 11.000 se encuentran en la isla principal.

"Hay gente que lo achaca al ADN —afirmó Heinrichs—. Yo prefiero centrarme en el proceso de planificación. Hablamos del desarrollo de personas y eso lleva su tiempo. Las selecciones juveniles son la antesala de lo que está por venir. Si una selección compite a buen nivel en una Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™, esas mismas jugadoras tendrán más posibilidades en la posterior Copa Mundial Sub-20 de la FIFA™. Si es posible lograr que una parte de ese bloque de futbolistas llegue hasta la selección absoluta, ese equipo también aumentará sus opciones".

El principal objetivo del Programa de Desarrollo del Talento de la FIFA es aumentar el nivel de selecciones masculinas y femeninas.

Las federaciones miembro admitidas para participar en el ciclo operativo del programa recibirán una contribución anual de 50.000 USD para cubrir los gastos de las operaciones correspondientes. Además, podrán solicitar fondos para uno o varios programas anuales personalizados de desarrollo del talento de la FIFA, a fin de financiar proyectos concretos relacionados con su plan estratégico de desarrollo a largo plazo. Por ejemplo, la creación de una academia o de un centro de excelencia.

Por tanto, para progresar con este tipo de proyectos, es imprescindible que los expertos técnicos y los líderes de las federaciones miembro estén de acuerdo en su planificación. "Una de las grandes cuestiones que nos hemos planteado es cómo crear una estructura de desarrollo del talento para que los niños de toda Oceanía tengan más oportunidades de cumplir sus sueños", explicó Ulf Schott.

¿Cómo trazamos un plan? ¿Cómo reducimos las diferencias entre naciones? ¿Por qué unas tienen más éxito que otras? Nos dimos cuenta de que, si reuníamos al personal técnico y los responsables de la toma de decisiones de una federación miembro, la gente empezaba a remar en la misma dirección", continuó. "Esto tiene muchísima trascendencia. Además, puede ayudar a que las demás partes interesadas de un país, como el Ministerio de Educación o Deportes, junto con otros organismos deportivos como el Comité Olímpico Nacional, compartan recursos humanos y económicos.

David Firisua es el director de la oficina regional de desarrollo de la FIFA para Oceanía. David nació en las Islas Salomón y su labor, al igual que la de su equipo, consiste en ayudar a las once federaciones miembro de la FIFA en la región, y proporcionarles apoyo y asesoramiento acerca de la enorme variedad de cursos, programas y fuentes de financiación que ofrece la FIFA. Se mostró convencido de la importancia de trabajar con "espíritu de colaboración". "Espero que los asistentes a este seminario no salgan de aquí con tan solo uno o dos conceptos, sino con un montón —apuntó con una sonrisa—. Los representantes de las federaciones miembro fueron al estadio a ver los partidos, obviamente. No obstante, les indicamos que se fijasen también en otras cosas».

"Para que las futbolistas salgan del vestuario, necesitan la ayuda del personal de administración. Y, por detrás de ese escalón, hay todavía más personal de apoyo. Una selección no puede jugar sin esos medios. Es la misma analogía que usamos aquí, en esta misma sala".

"Detrás de estos técnicos y estas grandes mentes futbolísticas, es necesario que haya otras personas que desempeñan un papel muy importante. Las áreas de operaciones y de administración tienen que funcionar bien. De lo contrario, una federación miembro nunca llegará a desplegar todo su potencial".

La FIFA va a aumentar el número de selecciones participantes en la Copa Mundial de 32 a 48 para 2026, y de la Copa Mundial Femenina de 24 a 32. Además, se ha comprometido a organizar más competiciones juveniles. ¿Servirá eso de estímulo para que el fútbol de la región alcance cotas más altas?

"Por supuesto que sí. No hay ninguna duda —respondió Firisua de manera inequívoca—. Somos optimistas. Hay mucho trabajo por delante, pero estos seminarios, que reúnen a tantos expertos con tanta pasión por el fútbol, me hacen mirar al futuro con mucha ilusión".