La ceremonia celebró oficialmente el comienzo de la andadura de siete selecciones participantes
Los Ngāti Whātua Ōrākei les dieron la bienvenida a su territorio tribal con una pōwhiri
El seleccionador de Portugal, Francisco Neto, participó en el whaikōrero en representación de los equipos presentes
Siete de las selecciones participantes en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda 2023™ fueron objeto de una bienvenida oficial a Auckland / Tāmaki Makaurau esta tarde, tras reunirse en el polideportivo Spark Arena de la ciudad para asistir a una pōwhiri.
La pōwhiri es una ceremonia de bienvenida tradicional maorí que se lleva a cabo para reconocer, recibir y saludar a los visitantes. Se trata de una importante práctica cultural que muestra las costumbres, protocolos y valores (tikanga) de los maoríes.
El propósito de una pōwhiri es establecer una conexión respetuosa y armoniosa entre los anfitriones y los visitantes. La ceremonia suele estar dirigida por representantes de la iwi (tribu) o hapū (subtribu) local. La secuencia de actos puede variar ligeramente en función de las tradiciones concretas del marae y la iwi, pero los elementos fundamentales siguen siendo los mismos.
Te Kahu Tōpuni o Tuperiri es un término figurativo que compara el territorio tribal de los Ngāti Whātua Ōrākei en Tāmaki Makaurau con la "capa de piel de perro extendida de Tuperiri". Tuperiri es el principal ancestro que conecta a todos los uri (descendientes) de los Ngāti Whātua Ōrākei.
Con mucho orgullo, los Ngāti Whātua Ōrākei dieron la bienvenida a su territorio tribal a las selecciones, dignatarios y demás personal que estarán afincados en Auckland / Tāmaki Makaurau con motivo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™. Esas siete selecciones son Portugal, Italia, Noruega, Filipinas, Vietnam, la anfitriona Nueva Zelanda y la vigente campeona, Estados Unidos.
La ceremonia está pensada para brindar la oportunidad de experimentar las ricas tradiciones culturales de los maoríes, y para fomentar un reconocimiento y una comprensión más profunda de la cultura indígena de Aotearoa Nueva Zelanda. Después de que los equipos llegasen y recibiesen información por separado, la bienvenida comenzó con el wero, un desafío protocolario en el que un guerrero calibra las intenciones y el respeto de los visitantes antes de permitirles pasar al marae (espacio de los anfitriones).
A medida que las respectivas delegaciones de las selecciones entraban en el pabellón, su siguiente experiencia fue la karanga, una tradicional llamada de bienvenida representada por las anfitrionas para expresar reconocimiento y establecer una conexión con los visitantes. Se trata de una práctica profundamente espiritual, que confiere a la pōwhiri un estado de tapu (sacralidad).
La karanga se combinó con una haka pōwhiri, una poderosa danza ceremonial ejecutada por un grupo de guerreros para dar la bienvenida e intimidar a los visitantes, en una exhibición de fuerza, unidad e identidad cultural.
Luego llegó el turno de los discursos formales, pronunciados principalmente en idioma maorí, y conocidos comowhaikōrero y karakia. El seleccionador de Portugal, Francisco Neto, representó a las siete selecciones al ponerse en pie y pronunciar un discurso ―como le pidieron sus anfitriones― en su portugués natal.
El whaikōrero es un discurso formal en el que tanto anfitriones como visitantes expresan gratitud, establecen conexiones y reconocen la presencia y las costumbres de unos y otros. Posteriormente, la selección de Nueva Zelanda participó en una preciosa waiata con acompañamiento de guitarra: ‘Te Iwi E’, que se canta para mostrar unidad y solidaridad.
Esta poderosa canción de bienvenida se hace eco de la karanga de las mujeres. Cohesiona a anfitriones y visitantes a través de un recuerdo compartido de los seres queridos que ha perdido la tierra, tanto por la guerra como por la migración. Aunque muestran dolor, los cantantes también expresan un orgullo estremecedor por los éxitos de los que se marcharon a la guerra y, luego, de los que han encontrado una nueva forma de vida en las ciudades.
Cuando la ceremonia se acercaba a sus últimos compases, los representantes de las selecciones y de la FIFA fueron invitados a un Hongi, un saludo tradicional maorí en el que dos personas juntan su nariz y su frente, simbolizando el intercambio de alientos y creando una sensación de conexión y unidad.
Al concluir la pōwhiri, se llevó a cabo el whakanoa para eliminar la tapu (sacralidad) y devolver una sensación de normalidad y equilibrio al espacio y a los participantes. Como cierre a la velada se compartió comida y bebidas con todos y, mientras tanto, se invitó a cada selección a posar para una foto conmemorativa con los guerreros tribales.
La pōwhiri de hoy sucedió a la celebración ayer del Matariki, nombre maorí del cúmulo de estrellas (las Pléyades) que indica el Año Nuevo maorí. Para los maoríes, la aparición del Matariki anuncia un tiempo para el recuerdo, la alegría y la paz.
Pōwhiri para la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™
Por vez primera en una Copa Mundial Femenina de la FIFA™ se ha creado un panel cultural que, a tenor de su positivo resultado, está resultando un éxito rotundo.
El cometido del grupo “First Sisters of Country - whānau by sea and sky” (‘Las primeras hermanas del país; familia del mar y el cielo’) ―compuesto por seis mujeres: tres australianas de las Primeras Naciones y tres maoríes de Aotearoa Nueva Zelanda― es asesorar a los organizadores del campeonato en todas las cuestiones de índole cultural.