viernes 06 mayo 2016, 12:58

El gol que conmocionó a una nación

25 años de la primera edición de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™, disputada en 1991, no es algo que pueda celebrarse todos los días, y en FIFA.com queremos conmemorar este 25º aniversario a lo grande. Por eso, a lo largo de las próximas semanas repasaremos junto a sus protagonistas 25 momentos imborrables de la historia del torneo.

Para comenzar, recuperamos un gol muy especial. Un gol que impulsó el sueño sanador de una nación todavía impactada por una terrible tragedia, al mismo tiempo que rompía en mil pedazos las ilusiones de un equipo... anfitrión.

Con sus 2 títulos de campeona mundial y 3 medallas olímpicas, Alemania es indudablemente una de las grandes potencias del fútbol femenino. Sin embargo, esa gloriosa trayectoria ha tenido un borrón importante en los últimos años: su eliminación en cuartos de final a manos de la futura campeona, Japón, en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011™ celebrada en suelo patrio. Y aunque la capitana de las Nadeshiko, Homare Sawa, acaparase todos los titulares, fue una delantera relativamente poco conocida, llamada Karina Maruyama, la que rompió los corazones alemanes.

Tras haberse coronado majestuosamente en las dos ediciones anteriores (2003 y 2007), las expectativas eran muy altas en Alemania en el primer Mundial femenino que albergaba. Y aquella noche de julio, cuando su selección saltó al césped del Arena im Allerpark de Wolfsburgo ante 26.000 espectadores, muchos daban por segura su victoria. Al fin y al cabo, Japón sólo había ganado 3 de sus 16 partidos en los Mundiales femeninos anteriores a Alemania 2011. Y aunque las Nadeshiko causaron sensación en sus dos primeros partidos de la liguilla, su tercer compromiso se saldó con un humillante 0-2 ante Inglaterra, una derrota que las condenó a cruzarse con las vigentes reinas del fútbol femenino.

Cita con el destino  Sin embargo, ese choque de cuartos resultó desastroso para Alemania. Su joven estrella en ciernes Kim Kulig tuvo que abandonar el campo en los minutos iniciales por una grave lesión de rodilla y, posteriormente, Japón logró echar el cerrojo sobre la portería de Ayumi Kaihori. Pero a pesar del 0-0 después de 90 minutos, el público local seguía confiando plenamente en su selección.

Entonces ocurrió lo impensable. Maruyama se desmarcó perfectamente en carrera para llegar a un sutil pase de Sawa, y la suplente batió hábilmente a la guardameta Nadine Angerer pese a rematar casi sin ángulo. Por un momento, reinó un silencio estupefacto en Wolfsburgo. Todavía quedaban 12 minutos, pero Alemania no encontró la forma de empatar ante las inspiradas asiáticas.

“Parecía que el tiempo se había detenido”, recuerda Maruyama para FIFA.com. “El estadio entero, con decenas de millares de personas, se quedó callado al instante cuando ocurrió. Sinceramente, no podía creerme lo que había pasado, y simplemente me quedé en el campo disfrutando de esa sensación especial”.

Maruyama, que ahora tiene 33 años y milita en el Speranza FC Osaka de la Nadeshiko League, reveló además que su seleccionador, Norio Sasaki, se la llevó aparte al descanso para darle instrucciones especiales antes de entrar en acción. “Justo antes de saltar al campo, nuestro entrenador Sasaki me dijo que aprovechase los espacios por detrás de las defensas. Y añadió: 'Puedes hacerlo; puedes marcar para sentenciar el partido'”.**

Las palabras de Sasaki resultaron proféticas. Maruyama, jugando entre líneas, se internó perfectamente entre dos defensas para fabricar la ocasión de gol. “En ese momento, cuando le gané la espalda a su retaguardia, vi inmediatamente el camino que conducía hacia el gol”, rememora.

La tragedia de Fukushima como estímulo A pesar de ese momento de gloria individual, Maruyama asegura que su punto culminante fue ganar el Mundial femenino y dar una alegría a un país asolado por un terremoto y un tsunami apenas tres meses antes. “Lo más impresionante de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011 es que Japón se coronó campeón por primera vez. El campeonato se celebró meses después del terremoto en el este de Japón, y recuerdo claramente que, durante las reuniones y antes del partido, vimos vídeos de las personas y las zonas afectadas, y eso nos estimuló un montón”.

Para Alemania fue el final de una época dorada, con una triste despedida de la cita mundialista para figuras de la talla de Birgit Prinz, Inka Grings y Kerstin Garefrekes. Para Japón, un punto de inflexión en su camino hacia un triunfo novedoso y de gran trascendencia. No contentas con derrotar a las defensoras del título, las niponas pasaron a cargarse en semifinales a otra potencia europea, Suecia, antes de su antológica victoria sobre Estados Unidos en la tanda de penales de la final.

En cuanto a Maruyama, no cabe duda de que su decisiva intervención en ese inolvidable partido de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ resistirá al paso del tiempo durante muchas más décadas.