*"Diez heroicos leones y un chico estúpido"*
Ése fue el famoso titular del Daily Mirror inglés con el que David Beckham se topó a su regreso a casa en 1998. Los Tres Leones acababan de ser eliminados de la Copa Mundial de la FIFA™ y su joven mediocampista, que había recibido la roja por su patada a Diego Simeone, se vio de repente en el punto de mira.
Otro tabloide, el Daily Mail, dedicó su portada a condenar el "momento de locura" de Beckham, y ni siquiera el entonces seleccionador, Glenn Hoddle, salió en su defensa. "La entrevista me resultó difícil de digerir", escribió el astro tiempo después en su autobiografía. "No me culpó a mí exactamente, pero dejó bien claro que, en su opinión, mi error había costado a Inglaterra el partido. Descargó su enfado y su irritación conmigo. Indudablemente echó más leña al fuego".
El fuego al que se refería fue el considerable frenesí mediático y popular que se produjo y que fue tomando tintes más oscuros conforme pasaron los meses, culminando con amenazas de muerte y la quema de su efigie. Sorprendentemente, este año Beckham declaró en una entrevista concedida a la revista GQ que esa tarjeta roja, tan dolorosa y que tan cara le costó, fue uno de "los cinco momentos más destacados" de su carrera, porque, según explicó, el incidente, y las críticas que vinieron después, le ayudaron a forjar su carácter y a llegar a ser el jugador en el que se convirtió. "Después de aquello tuve que madurar muy rápido", afirmó la exfigura del Manchester United y del Real Madrid.
Diego Simeone, por su parte, confesó posteriormente que fue su teatral reacción, más que la infracción en sí, lo que influyó en la decisión de Kim Milton Nielsen. "El árbitro cayó en la trampa", dijo el argentino. "Puede decirse que mi caída convirtió una tarjeta amarilla en una roja. De hecho, el castigo más acertado habría sido una amarilla. Evidentemente, fui muy astuto al dejarme caer. Me dejé caer y conseguí que el árbitro le sacara la roja inmediatamente. Beckham no me dio un golpe violento, fue un gesto instintivo".
Ambos volvieron a verse las caras cuatro años después, en la Copa Mundial de 2002, cuando Simeone intentó, sin éxito, descolocar a Beckham antes de que éste transformara el penal que dio la victoria a los suyos contra la Albiceleste. No obstante, el choque terminó con un apretón de manos y un intercambio de buenas palabras. Para el argentino, el inglés es "un gran profesional y un jugador extraordinario". "Entre nosotros no hay resentimiento", confirmó Beckham después de aquel duelo de 2002. "Tan sólo respeto mutuo entre personas que se consideran recíprocamente buenos jugadores y buenos profesionales".
¿Sabías que…? En el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA, en Zúrich, hay una sección dedicada a la evolución del sistema disciplinario del fútbol, incluyendo la introducción de las tarjetas roja y amarilla en México 1970.