Hoy es el Día Internacional de la Lengua de Señas
Tefy Krebs es la primera futbolista profesional sorda de Brasil
La estrella en ciernes del Palmeiras nos cuenta su inspiradora historia
“Eres sorda, asúmelo. ¿Cómo vas a ser futbolista profesional si ni siquiera puedes oír a alguien que te dice que pases el balón?”.
Stefany Krebs ya estaba acostumbrada a este tipo de comentarios descorazonadores, que le pedían que buscase “una carrera de verdad”, pero no por ello resultaban menos dolorosos. Entonces tenía 15 años, se marchó a casa, se derrumbó sobre su cama y sollozó de modo incontrolable sobre la almohada. Aunque dolida, empezó a pensar si la última persona que le había hecho sentirse así no tendría razón. Unas horas más tarde, fue a la sala y anunció a su familia que iba a renunciar a su sueño.
“Me dolió muchísimo, pero decidí que iba a dejar el fútbol”, explica Tefy a FIFA.com. “Ya no creía que una persona sorda tuviese derecho a ser futbolista profesional. No tenía ni idea de a qué iba a dedicarme, aunque pensé que debía ser algo en lo que pudiese comunicarme con la lengua de señas, y sabía que, al no ser el fútbol, no iba a hacerme feliz”.
El primer día de su nueva carrera llegó el pasado mes de enero. Y, como ella misma había pronosticado, utilizó la lengua de señas para comunicarse. También como se temía, fue un torrente de lágrimas. Pero algo sí que había cambiado respecto a lo que llegó a creer: se trató de “un día que no olvidaré mientras vida” y una victoria inolvidable sobre los prejuicios acerca de las personas con dificultades auditivas.
El día en que el Palmeiras presentó a Rosana, ex del Lyon y del North Carolina Courage, hizo lo propio con Tefy, quien se convirtió así en la primera jugadora de fútbol profesional sorda de Brasil. Y cuando el presentador anunció su nombre por la megafonía del Allianz Parque, se produjo un momento conmovedor: los más de 2.000 hinchas presentes hicieron simultáneamente el gesto de “enhorabuena” en la lengua de signos.
“Me embriagó la emoción”, recuerda Tefy. “Fue muy lindo. No daba crédito, aún sigo sin poder creerlo. Ver a todos los hinchas usar la lengua de señas… no hay palabras para describirlo. Me hizo sentir que ese era mi sitio”.
“Y fue mejor todavía ver ahí a mi madre. Había hecho un viaje de 16 horas en autobús, y me entregó mi camiseta del Palmeiras. Me gustó mucho”.
Tefy considera que tiene una deuda incalculable con su progenitora, que fue decisiva para convencerla de que no cambiase de rumbo cuando era adolescente.
“Tengo la mejor familia que pueda existir”, afirma. “Mi madre no me permitió dejarlo. Me dijo que era mi sueño y que debía perseguirlo. Y mi padre, mi hermano y mi hermana también me apoyaron muchísimo”.
“Me enamoré del fútbol —o del fútsal, al principio— a los seis años. Mi hermano Jean, que también es sordo, me enseñó a jugar, me hizo descubrir lo que más me divierte, mi don, lo que más feliz me hace”.
“El sueño de mi hermano también era ser futbolista. Tiene un talento increíble, pero no pudo hacerlo realidad por ser sordo y tener problemas de comunicación en el club en el que estaba. Eso me impulsó a querer lograrlo por mí y también por él”, señala.
“Así que a los 15 años me fui a vivir sola a Santa Catarina y jugar en un club en el que no había sordos. No había nadie para explicarme las cosas en la lengua de señas, a veces me quedaba con hambre y me sentía muy sola. Quería que mi madre me llevase a casa, pero ella me insistió para que persiguiese mi sueño y eso me hizo más fuerte”.
La perseverancia dio sus frutos. En 2015 Brasil, que había acabado en la última posición en el torneo anterior, fue medalla de plata en el Campeonato Mundial Femenino para Sordas, celebrado en Tailandia, y Tefy, con apenas 17 años, resultó elegida mejor jugadora del certamen.
El año pasado, en la prueba mundial disputada en Suiza, Tefy se colgó el oro con la Seleção y, a pesar de no estar totalmente en forma tras una operación de rodilla, fue designada mejor jugadora joven de la competición.
“Los dos Campeonatos Mundiales fueron sueños”, dice. “A veces sigo sin creer que ocurrieron, todavía me emociono al pensar en ellos”.
El desempeño de Tefy en Tailandia y Suiza, donde vivió después la “increíble experiencia” de visitar el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA, prendió la chispa de un sueño de otra persona.
“El preparador físico de la Seleção de sordas, Willian Pires Bitencourt, también trabajaba en el Palmeiras, y su sueño era ver a una jugadora sorda convertirse en futbolista profesional”, explica Tefy. “Fue gracias a él”.
“Al principio resultaba difícil de creer. Lloré hasta quedarme sin lágrimas, ¡pensará que lloro todo el tiempo!”.
¿Cómo ha sido pues el proceso de adaptación, al pasar de jugar con compañeras sordas a hacerlo con otras sin dificultades auditivas?
“La lengua es distinta, así que fue difícil, sobre todo al principio”, cuenta Tefy. “En el fútbol es más duro [que en la vida diaria]: los jugadores gritan mucho, aunque los sordos recurren mucho a los gestos. Pero poco a poco nos vamos adaptando”.
“Le estoy muy agradecida al Palmeiras, al cuerpo técnico y a las jugadoras por todo lo que han hecho por mí. Todos los días llego a los entrenamientos 30 minutos antes que las demás para informarme de lo que vamos a hacer y plantear las dudas que tenga, estamos solo yo y el cuerpo técnico”.
Hace unas semanas Tefy, que sueña con representar a la Seleção de jugadoras sin problemas auditivos y jugar en el extranjero algún día, se estrenó como profesional en un encuentro que las suyas ganaron por 4-1 ante el Ponte Preta en el Brasileirão femenino. Mañana, las verdes harán historia cuando jueguen por primera vez en el Allianz Parque. Y la futbolista nacida en Erechim tiene hoy un mensaje que darnos.
“Me encanta servir de inspiración para las personas sordas y cualquiera que tenga una discapacidad”, confiesa Tefy. “Quiero pelear por mis sueños, para que la gente sorda no se sienta sola y tenga la voluntad de luchar por los suyos. Espero llegar a ver el día en que se consiga una verdadera inclusión”.
“Debemos seguir luchando por nuestros derechos y no dejar que nos detengan los prejuicios, el acoso y las dudas. Podemos seguir demostrando que somos seres humanos, y capaces, como todos”.
“Estoy muy orgullosa de ser sorda y de formar parte de la comunidad internacional de personas sordas. Doy gracias a Dios por habernos dado la maravillosa lengua de señas que tenemos. Aunque no podamos hablar con palabras, nuestras manos son una voz. Feliz Día Internacional de la Lengua de Señas. Felicidades a todos”.
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