Con toda seguridad, la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA EAU 2024 Dubai™ deparará momentos espectaculares e inolvidables, además de emoción, pero el viaje único e inspirador de un jugador en particular también ilustra a la perfección cómo diferentes culturas pueden permanecer unidas, y aprender a entenderse mejor a través del deporte.

El jugador-entrenador Ozu Moreira, uno de los mejores defensas del beach soccer, nació y creció en la megalópolis brasileña de Río de Janeiro, y empezó a jugar a este deporte en las playas de Copacabana con tan sólo seis años.

A medida que crecía su pasión, soñaba con convertirse en jugador profesional de beach soccer, pero a diferencia de millones de sus compatriotas, nunca lo hizo imaginándose vistiendo la legendaria camiseta amarilla de Brasil. En cambio, el deseo de Ozu era jugar en el extranjero y conocer una nueva cultura a la que vez que jugaba a este deporte. En 2007, esa oportunidad le llegó en Japón. Su llegada fue amor a primera vista, y el sentimiento fue mutuo.

"Fue por la cultura y la acogida que me dieron los japoneses. Estaba el hecho de ser extranjero, pero en ningún momento me hicieron sentir diferente. Todavía hoy conservo el cariño y el afecto que me hicieron sentir", explica. "Japón es un país cautivador. Si tienen la oportunidad de visitarlo, se lo recomiendo a todo el mundo, porque enamorarse de él es maravilloso."

A pesar de las dificultades iniciales, Ozu se adaptó rápidamente y abrazó el modo de vida de su nuevo hogar. "La cultura de Brasil y la de Japón son completamente diferentes. Creo que la cultura japonesa me hizo crecer más como persona y como hombre. Desde la infancia hasta ya siendo adulto, hay una disciplina muy fuerte. Así que creo que esa disciplina sumado a la cultura japonesa fueron muy importantes en mi vida".

Posteriormente, Ozu llegó a hablar japonés con fluidez y adquirió la nacionalidad japonesa en 2012. Inmediatamente fue convocado para la selección nacional de Japón, y se convirtió en una figura clave para elevar el perfil del beach soccer en su país de adopción, sobre todo a través de sus propias actuaciones. El imponente defensa ganó el Balón de Plata adidas en la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA Tahití 2013, y el Balón de Oro adidas como mejor jugador del torneo en la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA Paraguay 2019.

Pero el capitán de Japón no sólo brilla sobre el terreno de juego: también se compromete a utilizar el poder del fútbol como una herramienta para hacer el bien. "Creo que el fútbol es un deporte que transmite muchas emociones. No distingue entre cultura, raza o situación económica. Si alguien juega al fútbol contigo, ya puede convertirse en tu amigo. Creo que el fútbol transmite eso. La emoción de la victoria, la agonía de la derrota, el amor de animar a tu equipo, a un familiar, a un jugador. Creo que el fútbol ayuda a unir y estabilizar la vida de muchas personas".

Y añadió: "Creo que el fútbol es el deporte más popular en todo el mundo. En cuanto al beach soccer, que es similar al fútbol en pasto a pesar de tener técnicas diferentes, creo que acerca a muchos países en tiempos difíciles".

La extraordinaria historia de Ozu es una prueba más del poder del fútbol para derribar barreras y unir al mundo. Ahora, su objetivo es llevar el deporte rey a más niños, ofrecer más oportunidades a todos y unir a la gente.

"Creo que todos los países sienten pasión por el fútbol. Y en los lugares donde no es muy conocido, organizar clínicas de fútbol, promociones, y encontrar la manera de transmitir este mensaje y ofrecer oportunidades a los niños y al público para que puedan admirar su magia. Es algo que yo también hago mucho en Japón. Voy a escuelas, voy a ciudades que apenas tienen playas. Así que tengo la oportunidad de representar un poco la cultura del beach soccer. Creo que en cada sitio a donde voy, puedo llegar a unos 100 niños. Así que, poco a poco, intento utilizar mi perfil, y mi imagen, para también promocionar este deporte".

El jugador de 38 años espera que su historia inspire a la próxima generación. "Inspirar a los niños no es sólo hacerlo sobre el beach soccer, ¿verdad? Intento transmitirles esto... Hay una palabra que me gusta y que llevo conmigo en la vida, que es 'sueño', ¿sabes? Creo que los sueños nos mueven, nos ofrecen la motivación a diario. Si no tenemos un sueño, no tenemos una razón para respirar cada día.

"Aunque sea muy difícil, puede ser un sueño muy pequeño o muy grande, intento enseñarles. En mi caso, siempre soñé con ser jugador de beach soccer. Nunca pensé que jugaría en Japón. El hecho de tener este sueño hizo de jugar a este deporte, un sueño que me llevó a otro, que era el de conocer y eventualmente jugar para Japón, como hago hoy en día".

"Así que lo que quiero transmitir es que hay que intentar soñar, construir sueños y metas, y luego un sueño conecta con otro, y ofrece la motivación diaria a cada persona. Puede ocurrir en un niño o puede ocurrir en un adulto. Es para que crean en sus sueños e incluso si no tienen un sueño, deberían empezar con una pequeña meta sobre la que construir su vida."