Luis Romo desde hace varios años ya no se dedica a entrar a las aguas del Pacífico mexicano a buscar ostiones, pero en la cancha de fútbol se distingue con total claridad las enseñanzas que le ha dejado una familia dedicada a la pesca.

“Una de mis características que me inculcaron es darlo todo en la cancha. Desarrollarme al máximo, entregarme. La pesca es un trabajo que exige mucho esfuerzo y eso es algo que me puede caracterizar: esforzarme siempre al máximo, sin condiciones”, comenta en una plática exclusiva con FIFA.com. 

Así, sin doblarse ante nadie y con entrega total, poco a poco se ha convertido en pieza fundamental en el Cruz Azul, actual campeón del fútbol mexicano, y también de la media cancha del Tri olímpico en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Tokio 2020. 

Su aporte está en el equilibrio y la gran visión de juego para proyectar a los suyos al frente. Sin embargo, también ya aporta en el marcador, como en el pasado partido antes Sudáfrica, donde encontró las redes ajenas. “Fue mi primer gol en selección nacional. Y que sea en unos Juegos Olímpicos y para pasar a la siguiente ronda… Fue muy lindo, lo disfruté al máximo”.

“Estoy pasando un gran momento, estoy disfrutando al máximo y espero alcanzar muchas cosas, pero hasta el momento es lo mejor que me ha tocado vivir como futbolista”.

La victoria significó la paz momentánea luego de la derrota ante Japón y el peligro latente de no ir a los cuartos de final.

“Las sensaciones que nos dejó Japón es no entrar desconcentrado a un partido; siempre estar 100% atentos. Ante Sudáfrica no nos dejamos ir de inmediato hacia adelante. Ahora manejamos el partido e hicimos un partido muy inteligente y tranquilo. Eso aprendimos de esa derrota”.

Pero no hubo tiempo para festejar, porque ahora en el panorama de los cuartos de final ya está República de Corea, otro de los equipos que también ha desplegado un gran fútbol en Tokio 2020.

“Es un rival que tiene mucha intensidad, jugadores con mucho talento y desequilibrio individual. Se agrupan todos muy bien y van juntos contra un objetivo común. Tenemos que jugar compactos, correr más que ellos, esforzarnos más que ellos y desearlo más que ellos. Tenemos grandes jugadores y con gran calidad”.

Porque, luego de tres partidos, las lecciones ya han sido muy claras para el Tri. “Tener mucha atención los 90 minutos o 98 - 100 con el agregado. Estar siempre al 100%. Creer en nosotros, que somos un gran equipo con mucho talento individual que hay que poner al servicio del equipo para lograr grandes objetivos”. 

Avanza el calendario y cada vez menos equipos siguen en la carrera por la medalla de oro, el premio que todos sueñan y que solo un equipo lo volverá realidad.

“Vengo con ese propósito de llevarme la de oro. No me veo de otra manera. Me veo mentalizado con ese objetivo muy claro. Y a eso viene todo el equipo. No éramos los favoritos, el equipo que todos esperaban. Pero nosotros tenemos el objetivo muy claro y vamos a pelear por él”.

Sin embargo, las grandes actuaciones de Romo podrían trascender las fronteras de Tokio y materializar el sueño de emigrar a Europa para continuar con su carrera profesional.

“Estar en grandes competencias te abren las puertas para muchas cosas. Los Juegos Olímpicos, con una gran selección y dando buenos resultados, te abre todas las puertas y eso me ilusiona bastante”.