El jefe de Derechos Humanos y Antidiscriminación de la FIFA participó en un debate en la ONU
16 ciudades de tres países albergarán la Copa Mundial de la FIFA 2026™ con sus 48 selecciones
Los derechos humanos se incorporaron a los procesos de candidaturas para la Copa Mundial de la FIFA en 2017
La FIFA ha elogiado a las sedes de la Copa Mundial de la FIFA 2026™ por su colaboración para garantizar que se respeten los derechos humanos antes, durante y después del campeonato que está programado para junio y julio de 2026.
En su intervención durante un acto organizado por las Misiones Permanentes de Grecia y Francia ante la Oficina de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra (Suiza), el jefe del departamento de Derechos Humanos y Antidiscriminación de la FIFA, Andreas Graf, afirmó que la interacción constructiva con las ciudades anfitrionas ayudará a marcar nuevas pautas para los derechos humanos en los grandes acontecimientos deportivos.
“Estamos trabajando muy estrechamente con las 16 sedes en los tres países, que han venido ofreciendo un apoyo tremendo con su trabajo en materia de derechos humanos en relación con el campeonato”, subrayó. “Ya elaboraron planes sobre derechos humanos como parte del proceso de licitación y selección de las sedes. Ahora están interactuando de nuevo con sus grupos de interés a nivel de ciudad para actualizar esos planes y asegurarse de que estén listos de cara al Mundial masculino de 2026”.
Graf explicó que, desde 2017, la FIFA ha hecho de los requisitos de derechos humanos una parte fundamental del ciclo de vida completo de sus competiciones; desde el proceso de candidaturas hasta el legado del campeonato, pasando por su preparación y organización. La Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ fue el primer Mundial absoluto, masculino o femenino, en organizarse en su totalidad conforme a los nuevos requisitos.
La Copa Mundial de la FIFA 2026™ será una de las ediciones más complicadas de organizar hasta la fecha, con una cifra récord de 48 selecciones participantes en 16 ciudades anfitrionas —Atlanta, Boston, Dallas, Houston, Kansas City, Los Ángeles, Miami, Nueva York/Nueva Jersey, Filadelfia, San Francisco, Seattle, Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey, Toronto y Vancouver— de distintos puntos de México, Estados Unidos y Canadá.
“Se trata de un proceso colaborativo en el que hay una división del trabajo con respecto a cómo se organizan los eventos”, explicó Graf a los delegados de los diferentes gobiernos y organizaciones presentes en la sala, incluido el Comité Olímpico Internacional (COI), el Centro para el Deporte y los Derechos Humanos y la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“El país anfitrión y las sedes proporcionan un entorno donde tiene lugar el evento; y luego intervienen el órgano rector de este deporte junto con el comité organizador local, que organizan el evento dentro de ese entorno. Por tanto, los Estados anfitriones y las autoridades locales tienen que cumplir una serie de responsabilidades y deberes que son cruciales desde el punto de vista de los derechos humanos”, añadió.
Andreas Graf subrayó la importancia de una estrecha colaboración entre la FIFA como organizador del campeonato y las autoridades locales para proporcionar un entorno seguro e inclusivo tanto a los espectadores como a las comunidades donde tiene lugar el campeonato; y para garantizar el respeto de los derechos laborales de los trabajadores implicados en la preparación y buen desarrollo del certamen.