sábado 11 junio 2016, 11:57

Erceg, una líder que predica con el ejemplo

Abby Erceg está acostumbrada a tomar la iniciativa. En 2014, la capitana de Nueva Zelanda se convirtió en la primera futbolista de su país, tanto en lo que respecta al fútbol femenino como al masculino, en alcanzar los cien partidos como internacional. Próximamente, la zaguera tendrá el honor de capitanear a su selección en unos Juegos Olímpicos cuando las Kiwis salten al césped de Belo Horizonte para debutar en Río 2016 nada menos que frente a Estados Unidos, las actuales campeonas olímpicas y mundiales.

El de Río 2016 será el sexto gran certamen internacional absoluto para Erceg desde que disputase la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2007. Anteriormente, la defensora había jugado el Mundial sub-20 en 2006, en el que, fiel a su costumbre, marcó el primer gol de la historia de su selección en la competición.

De origen maorí y croata, Erceg reconoce a FIFA.com que aquella experiencia mundialista juvenil fue clave para llegar hasta donde está ahora. “Una vivencia así te aporta las herramientas que necesitas para progresar como futbolista, para jugar al máximo nivel, y te enseña muchos ejercicios de entrenamiento individual que te permiten mejorar técnicamente y que puedes seguir utilizando a lo largo de tu carrera. Muchas de las cosas que aprendí entonces las he continuado aplicando hasta la actualidad”.

Erceg, que habla con la misma calma y serenidad que exhibe sobre el campo, cree que el Mundial sub-20 es un paso fundamental en la evolución de cualquier futbolista que aspire a ser internacional en categoría absoluta. “Jugar el Mundial sub-20 supuso una experiencia muy provechosa en cuanto a aprendizaje”, asegura. “Antes de aquello nunca había sido internacional. Cuando con sólo 16 años recibí por primera vez la llamada de la absoluta pensé que estaba ante un desafío demasiado grande para mí y que no sería capaz de dar la talla. Por entonces había mucha diferencia entre las categorías sub-20 y absoluta, pero creo que esa diferencia ya no es tan grande hoy en día, con todo lo que el fútbol femenino ha crecido en el mundo”, añade.

La actual generación de internacionales neozelandesas sub-20 tendrá la rara oportunidad de disputar un certamen mundialista en su propia región cuando Papúa Nueva Guinea albergue a finales de este año el primer torneo FIFA de su historia. La cita supondrá la culminación de un período de intensa actividad para el fútbol femenino neozelandés, que habrá incluido Río 2016 y la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA en Jordania.

Sueños olímpicos No obstante, el primer paso será Río, donde Nueva Zelanda deberá verse las caras con Estados Unidos, Francia y Colombia en un grupo que se presenta muy complicado. Las Kiwis guardan un excelente recuerdo de la anterior cita olímpica, Londres 2012, donde se metieron en cuartos de final y alcanzaron así un logro sin precedentes para la escuadra oceánica.

Erceg, que actualmente juega en el Western New York Flash de la NWSL estadounidense, confiesa que piensa mucho en la cita olímpica. “La tengo en mente todo el rato. Pienso en lo que puedo mejorar y en lo que puedo hacer para ayudar al equipo de la mejor manera. Se trata de un objetivo muy importante en el que estoy muy centrada”, señala.

“El hecho es que todos los equipos están mejorando”, explica Erceg cuando se le pregunta sobre el creciente estatus de Nueva Zelanda en el panorama internacional. “Hemos obtenido algunos resultados positivos, pero los demás equipos también. Compartimos grupo con dos de las tres mejores selecciones del mundo (Estados Unidos y Francia), así que lo más probable es que tengamos que hacerlo mejor que nunca”.

Lo que no le falta a Nueva Zelanda es experiencia. De hecho, el once inicial que las Kiwis alinearon recientemente ante Australia sumaba un total de aproximadamente 900 internacionalidades, una cifra más que considerable para cualquier selección. Erceg cree que el desafío en la cita olímpica es sacar el máximo provecho a esa experiencia.

“En anteriores certámenes nos faltaba experiencia y nos centrábamos en dejarnos la piel sobre el campo con la esperanza de obtener un resultado positivo”, cuenta Erceg. “Ahora somos uno de los equipos más experimentados. Disponemos por tanto de una gran arma, y espero que podamos aprovecharla. Tenemos mucha experiencia y contamos con numerosas jugadoras que saben cómo hacer daño a nuestros rivales”, concluye.