Comida de campeones

“¡Somos lo que comemos!”. La frase, acuñada por el filósofo alemán Ludwig Feuerbach hace ya más de 150 años, continúa teniendo la misma validez en la actualidad. A casi todos nos gusta la buena comida, y lo que comemos tiene una gran repercusión en nuestras vidas.

También les sucede a los deportistas de élite. Llevar una dieta adecuada es hoy fundamental en el deporte profesional, por lo que no resulta sorprendente que la mayoría de los equipos cuenten con el apoyo de nutricionistas o, en el caso de la selección de Alemania, de grandes cocineros.

“Una buena dieta no hace que un futbolista mediocre se convierta en una superestrella, pero ningún jugador –independientemente del nivel en el que juegue– puede explotar su potencial al máximo si toma malas decisiones en lo que a nutrición se refiere”, explica a FIFA.com Jiri Dvorak, Jefe Médico de la FIFA, que deja así clara la importancia de la faceta alimentaria.

Entonces, ¿cuáles son los aspectos que se deben tener en cuenta para asegurarse de que los resultados resulten satisfactorios? ¿Cuáles son las reglas de oro? “La nutrición no es una ciencia exacta”, asegura Dvořák, que sugiere así que las pautas dietéticas deben adaptarse a las circunstancias culturales e individuales. El especialista no cree que se puedan establecer unas reglas genéricas que resulten aplicables a todos los casos.

La variedad y el sabor, prioritarios En los mismos términos se expresa Holger Stromberg, estrella de la cocina y responsable culinario de la selección alemana. Stromber es la persona que se ocupa de que Neuer, Mueller y compañía cuenten con las condiciones nutricionales idóneas para obtener los mejores resultados. “Cuando el combustible no es el adecuado, el motor no puede funcionar adecuadamente”, asegura el chef a FIFA.com. Para él, existen incluso algunas similitudes entre la cocina y el fútbol. “Son dos disciplinas de equipo. Uno no puede ganar solo, sino que lo que cuenta es el colectivo”.

En sus viajes con la selección alemana, el chef cocina para un equipo compuesto por 23 jugadores y un numeroso cuerpo técnico. No siempre se pueden satisfacer las preferencias de todos los comensales, pero “siempre preparo un bufé lo más variado posible”, explica Stromberg.

“Sopas, ensaladas, verduras, platos principales y postre; por supuesto, todo casero y fresco. Es importante que el menú presente un equilibrio entre carbohidratos complejos , proteínas y grasas sanas. Mi máxima prioridad es que los alimentos y el aporte energético sean naturales y de la mayor calidad”, añade.

El origen de los alimentos es fundamental para el cocinero alemán, pero, para lograr los mejores resultados sobre el terreno de juego, la comida tiene que cumplir además otro requisito todavía más importante: “Por supuesto, tiene que estar rica, porque la comida saludable no es incompatible con la sabrosa, sino más bien todo lo contrario”.

Una dieta hecha a medida Stromberg trabaja con la Asociación Alemana de Fútbol desde 2007 y ha acompañado a la Mannschaft en varios grandes torneos, entre ellos la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™. En la cita brasileña, el chef tuvo que enfrentarse a diversos problemas al principio.

“No era fácil conseguir productos de buena calidad”, recuerda Stromberg. A eso hay que añadir que el cocinero prefiere evitar los alimentos de importación. “Por eso usé principalmente productos de la tierra, como calabaza, zanahorias, aguacate, remolacha, carne de vacuno, pescado...”, continúa.

Las condiciones climáticas también constituían un factor a tener en cuenta para garantizar un equilibrio en la regulación de los líquidos corporales. Los productos lácteos se eliminaron casi del menú, una decisión que podría haber llevado la preocupación a los jugadores, para los que el arroz con leche es uno de sus platos favoritos. Sin embargo, el cocinero tenía también una solución para ese problema: “En Brasil preparé el arroz con leche, que es plato talismán del equipo, con leche de arroz y leche de avellana”.

Y puede que el secreto del éxito de Alemania en Brasil 2014 esté precisamente en ese talismán. Antes de la final, Stromberg tenía claro que nada podía fallar en la comida. ¿Y qué menú preparó? “Antes de la final contra Argentina hubo un bufé con palmitos, aguacate, zanahorias, remolacha, queso de búfala y maíz. Además, se sirvió sopa de calabaza, filete de pollo, pasta, arroz y verdura, y, de postre, mango, arroz con leche y crema de sémola”, revela el cocinero.

Estos manjares ayudaron a los chicos a proclamarse nada menos que campeones del mundo. ¿Y después de ganar? ¿Hubo una auténtica comilona para celebrarlo? Todo lo contrario. Tras 120 exigentes minutos de fútbol hubo que reponer energías. “Tres cuartos de hora después de la final tomaron pasta con salsa de tomate, directamente en el vestuario”, explica el chef.

Una pieza importante del rompecabezas Pese a su innegable contribución al éxito del equipo en el Mundial, Stromberg le resta importancia: “la alimentación por sí sola no sirve para ganar un partido”. No obstante, para el Jefe Médico de la FIFA, “en un gran certamen internacional los detalles marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso. Y una alimentación adecuada puede dar una cierta ventaja a un equipo”.

Según Dvořák, es fundamental sentirse bien y adoptar las decisiones apropiadas. Llevar una dieta vegetariana o vegana no sólo no supone un inconveniente, sino que podría además tener un efecto positivo. “Muchos veganos toman mejores decisiones en materia de nutrición, porque comen de todo y suelen lidiar más a menudo con el tema de la dieta”, explica.

Stromberg también tiene muy en cuenta estas cuestiones. Cuando empezó a trabajar con la Asociación Alemana de Fútbol, el chef se marcó el objetivo de “darle una mayor importancia a la alimentación en el mundo del fútbol”.  Además, adaptó la dieta a las exigencias de cada caso concreto. “Un portero tiene unas necesidades diferentes a las del delantero, así que para el guardameta se destina una dieta rica en proteínas. Los jugadores de campo, que tienen que correr continuamente, necesitan muchos más hidratos de carbono”, explica.

“La mejor manera de hacer las cosas es la que mejor se adapte a las necesidades de cada uno. Se pueden probar cosas diferentes, pero lo principal es que la comida esté rica, porque hacer sacrificios y privarse de cosas no tiene por qué ser mejor a la hora de alcanzar los objetivos”, asegura el cocinero alemán. Porque nada como comer bien para sentirse bien. Ya lo dijo  el filósofo: “¡Somos lo que comemos!”.