Hasta hace algunos días, a los encargados de logística de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) se les hacía casi imposible realizar la planeación anual de uso de canchas en su Centro de Alto Rendimiento (CAR).

El panorama era complicadísimo para las tres canchas completas y dos medias canchas con las que cuentan para siete selecciones masculinas (Sub-15, 16, 17, 18, 20, 22 y absoluta) y cuatro femeninas (Sub-15, 17, 20 y absoluta), cada una con 20-25 jugadores y un cuerpo técnico de entre 6 y 8 personas.

Por si no fuese suficiente, el clima suele jugar en su contra. Ubicado en el sur de la Ciudad de México, el CAR está rodeado de un hermoso paisaje verde y boscoso. Sin embargo, el otro lado de la moneda son lluvias durante gran parte del año. Y una de las tres canchas completas presentaba un problema en el sistema de filtración de agua, pasando periodos largos de tiempo inhabilitada.

Por esta razón se decidió transformarla a una cancha híbrida (césped natural y sintético) con apoyo del Programa de Desarrollo Forward de la FIFA, brindando asesoría técnica y un financiamiento que superó el millón de dólares, siendo la primer cancha de este tipo construida con recursos Forward en la región Centro, Norteamérica y Caribe.

“Tener una cancha híbrida es muy importante porque te permite tener más uso de la cancha, y al tener muchas selecciones nos ayuda mucho”, analiza Duilio Davino, director deportivo de la FMF.

Y agrega: “Le podemos meter más horas por semana y tenerla en muy buenas condiciones siempre. El terreno de juego se levanta menos, entonces hay menos riesgo de lesión. También ayuda a los jugadores que están en Europa, porque las canchas de allá generalmente son así”.

¿Cuáles son los secretos detrás de una cancha así? Daniel García, gerente de Inmobiliarias y quien fue el encargado de llevar a cabo la obra, explica los detalles: “La diferencia entre una cancha tradicional y una híbrida está en la conformación del terreno. La híbrida tiene un suelo conformado por gravas y arenas que facilitan la filtración de la cancha y el sembrado de la fibra sintética. Una cancha de estas tiene un drenaje específico para que el agua no exceda en el terreno de juego”.

De esta forma, en cuatro meses la cancha vivió una transformación radical. “El reto más importante fue la conformación del terreno. Colocar la grava, encima arena, luego arena con sustrato… Es una labor minuciosa y artesanal que solo se logra gracias a la coordinación de todos los involucrados en el proyecto”.

Sin embargo, el esfuerzo ya rinde sus frutos. “Ahora que hemos recibido mucha lluvia, esta cancha filtra mucho el agua. En cambio, una tradicional se llena de agua y llega un momento donde es tal cantidad que no puede ser drenada, por lo que la cancha no opera correctamente. No es seguro jugar en condiciones donde la cancha no está completamente firme. En una cancha híbrida siempre vamos a tener esa dureza”, completa.

Pero una cancha de fútbol no es una buena cancha hasta que la pelota rueda y los involucrados levantan el pulgar en señal de aprobación. “El proyecto ya está concluido y ya en operaciones, utilizado por la selección mayor y constantando con el testimonio del cuerpo técnico y jugadores que esta cancha presenta la parte técnica y de dureza requerida para sus entrenamientos y para utilizarla de manera cotidiana”, relata Abel Estrada, director de Administración de la FMF.

“Quiero agradecer a FIFA porque sin el gran apoyo que nos brindaron a través de los recursos de FIFA Forward no hubiéramos podido concretar este gran proyecto importante para la infraestructura del CAR”, agrega.

El éxito rotundo de este proyecto que sin duda alguna seguirá impulsando el fútbol femenino y masculino en México en todos los niveles.

“Ha sido un grato placer trabajar con la FMF en este proyecto. Desde la planeación a nivel estratégico, la identificación de esta necesidad, y a partir de ahí la planeación y ejecución de la obra", apunta Raúl Méndez, gerente regional de desarrollo de la Oficina Regional de la FIFA en Panamá.

"Si bien el proyecto tuvo una duración de cuatro meses, la planeación se llevó mucho más tiempo porque había que ponerse de acuerdo con todos los involucrados para hacer una planeación acorde con los tiempos de las diferentes selecciones que entrenan en el CAR y así poder dejar un gran legado no solo en México, sino también en otras federaciones miembro interesadas en realizar un proyecto de este tipo”, finaliza.