Colegios, clubes deportivos y grupos comunitarios están acudiendo en masa a los estadios de la Copa Mundial Femenina de la FIFA en toda Nueva Zelanda, aprovechando la opción que exite de venta a grupos comunitarios y los buenos horarios en los que comienzan los partidos.

El asentamiento rural de Poolburn, en el valle de Ida, estaba este viernes muy tranquilo cuando toda la escuela local se subió a un autobús para emprender el viaje de tres horas a Dunedin/Ōtepoti para ver a Argentina enfrentarse a Sudáfrica dentro del Grupo G. Los 46 alumnos, profesores y algunos afortunados padres salieron temprano en la mañana para asistir al comienzo del partido al mediodía y vivir la Copa Mundial Femenina de la FIFA, presenciando un emocionante empate 2-2.

"Era una oportunidad única en la vida de vivir una Copa Mundial tan cerca de nosotros, así que no íbamos a desaprovecharla", declaró la directora Melissa Gare. La misma explicó que la población del pequeño asentamiento de Central Otago es "muy deportista", pero que hasta ahora se interesaba sobre todo por el rugby, el críquet y el hockey.

"El fútbol está definitivamente en alza", afirmó Gare, quien añadió que la reciente visita de un responsable local de desarrollo en el fútbol había animado a algunos jóvenes a formar el primer equipo de fútbol de Poolburn para poder participar en una competición local.

"Tienen que viajar mucho para sus partidos, pero a eso estamos acostumbrados aquí abajo, así que el viaje a Dunedin no fue demasiado lejos para nosotros", dijo la directora, que añadió que algunos profesores han estado utilizando la herramienta de aprendizaje digital Kōtuitui, que fue desarrollada por New Zealand Football y Sport New Zealand, en el período previo al partido.

Kōtuitui ayuda a los niños a desarrollar sus habilidades de inteligencia cultural y les permite conectar mejor con la gente para celebrar las raíces biculturales de Aotearoa Nueva Zelanda y su paisaje multicultural en constante crecimiento.

Otro colegio que se sumó plenamente a la iniciativa del mediodía fue el Trinity Catholic College de Dunedin/Ōtepoti, que hizo el corto viaje al partido con más de 200 alumnos.

Maggie McGarry, profesora de inglés, explicó que el colegio decidió utilizar el mayor acontecimiento deportivo que jamás haya tenido lugar en la ciudad sureña como punto central de su aprendizaje.

"Hemos aprovechado la Copa Mundial para toda una serie de actividades de aprendizaje basadas en la investigación", afirma McGarry, quien admite que no tiene una gran afinidad con el fútbol, pero reconoció la gran oportunidad de implicar a sus alumnos.

"Llevamos al partido a todos nuestros alumnos de los cursos Year 9 y Year 10, unos 200 en total. Los alumnos de Year 9 han estado estudiando el tema "Divisiones y conexiones" y la Copa Mundial Femenina de la FIFA ha sido muy oportuna para hablar de cómo el deporte aporta unidad.

Además del aprendizaje, los alumnos estaban entusiasmados de poder asistir a un partido de tan alto calibre. La profesora explicó que la Copa Mundial Femenina de la FIFA era una oportunidad fantástica para combinar el plan de estudios con un acontecimiento importante en su propio vecindario, desde el inglés hasta la salud, las ciencias sociales y la geografía. "Todos estamos aprendiendo sobre la diversidad que aportan a este acontecimiento las 32 selecciones participantes".

Más al norte, en Hamilton/Kirikiriroa, los alumnos del St Paul's Collegiate también se están preparando para unirse a la Copa Mundial Femenina de la FIFA, cuando 55 estudiantes viajen al estadio Waikato para ver a las superestrellas de Suecia enfrentarse a Argentina.

El St Paul's tiene un sólido historial futbolístico, ya que su equipo puntero quedó tercero en la competición de escuelas secundarias de Aotearoa Nueva Zelanda.

"Decidimos ofrecer a los alumnos esta experiencia, ya que les permitirá comprender mejor el impacto que la Copa Mundial Femenina de la FIFA tendrá en ellos mismos, en los demás y en toda la sociedad neozelandesa", declaró el profesor de Ciencias del Deporte Ryan McCarthy, quien explicó que la evaluación final de uno de los módulos del proyecto escolar consistirá en un discurso escrito por cada uno de los alumnos sobre la importancia de la Copa Mundial Femenina de la FIFA.

La opción de venta a grupos comunitarios ha sido adoptada tanto por clubes como por escuelas de todo el país, y permite a los grupos de aficionados asistir a partidos que, de otro modo, no habrían podido acudir en la Copa Mundial Femenina de la FIFA.

Entre ellos se incluyen clubes de fútbol, pero también grupos de clubes de rugby y de otras disciplinas que se han visto envueltas en el frenesí futbolístico de Aotearoa Nueva Zelanda.