Han pasado ya dieciocho meses desde que España alzó con júbilo el trofeo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ en el Estadio Australia de Sídney, pero el impacto transformador del torneo sigue desarrollándose en tiempo real.

La final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™ puso el broche de oro a un torneo inolvidable que comenzó de manera espectacular y nunca dejó de inspirar. Un mes antes, en la jornada inaugural, Nueva Zelanda sorprendió a la excampeona mundial Noruega, mientras que las coanfitrionas australianas superaron a la República de Irlanda, ambos partidos disputados ante multitudes récord en la historia del fútbol femenino en sus respectivos países.

El interés y la pasión locales se intensificaron aún más durante el torneo, desatando un entusiasmo que sigue resonando hasta el día de hoy.

El impacto más tangible se puede observar cualquier fin de semana en los campos deportivos locales de Australia y Nueva Zelanda, donde el crecimiento en la participación ha sido impresionante.

En Australia, la cantidad de mujeres y niñas que practican el fútbol ha crecido un 16 % en solo un año. Este aumento es un efecto directo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™ y de la continua popularidad de la selección nacional. Las Matildas han disputado 16 partidos consecutivos con entradas agotadas en casa.

"La Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023 inspiró a una generación, y estamos decididos a aprovechar ese impulso para unir y hacer crecer el fútbol en todo el país", afirmó James Johnson, presidente de la Federación Australiana de Fútbol.

El crecimiento también se ha reflejado en otras áreas, como el fútbol social, la formación de entrenadores y el voluntariado entre otras.

El impacto ha sido igualmente significativo en Nueva Zelanda. Aunque el país es conocido por su dominio en el rugby, las cifras a nivel de base cuentan una historia en evolución. Actualmente, el fútbol es el deporte de equipo con mayor participación, y la inscripción de mujeres y niñas en los programas de la Federación Neozelandesa de Fútbol ha crecido un 27 % desde 2022.

El presidente de la Federación Neozelandesa de Fútbol, Andrew Pragnell, afirmó: "El crecimiento del fútbol y el futsal en Aotearoa Nueva Zelanda en los últimos años ha sido enorme, pero la Copa Mundial Femenina de la FIFA realmente ha tenido un impacto significativo, que es precisamente lo que se espera de un evento de esta magnitud cuando se organiza en casa".

Uno de los principales enfoques del torneo fue la inclusión social y cultural, y su impacto positivo es evidente. Un panel cultural ayudó a desarrollar iniciativas para reconocer e involucrar a las comunidades de los Pueblos Originarios y maoríes, convirtiendo a este torneo en el primero de la FIFA en incluir nombres tradicionales de lugares.

Para los países anfitriones, la inclusión fue un pilar clave del legado del evento. Recientemente, la Federación Neozelandesa de Fútbol firmó un acuerdo con Māori Football Aotearoa para que ambas organizaciones se apoyen mutuamente y ofrezcan una amplia variedad de programas. La participación de grupos étnicos históricamente subrepresentados ha crecido de manera significativa: el número de jugadores maoríes, pasifika y asiáticos ha aumentado un 14 % desde 2023. Mientras tanto, el programa escolar Kōtuitui, desarrollado por la Federación Neozelandesa de Fútbol, Māori Football Aotearoa y Sport New Zealand para niños de primaria e intermedia, sigue expandiéndose con éxito.

En Australia, las Matildas presentaron la semana pasada el primer uniforme de una selección nacional australiana diseñado por una artista de los Pueblos Originarios. Tanto los equipos nacionales femeninos como masculinos usarán estos uniformes de local y visitante, cuyos diseños incorporan patrones inspirados en los message sticks, herramientas tradicionales utilizadas por las comunidades originarias para compartir historias y fortalecer lazos.

La Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™ sigue trascendiendo barreras y rompiendo récords mucho después del pitazo final.