El vínculo de Nueva Zelanda con la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA se mantendrá en Jordania 2016 gracias a la fenomenal campaña clasificatoria que sus juveniles protagonizaron en Islas Cook. Las Kiwis albergaron la edición inaugural del certamen, allá por 2008, y el suyo es uno de los pocos conjuntos que ha participado en todas y cada una de las ediciones celebradas hasta ahora, cinco si incluimos la de este año, que comenzará en septiembre.
Un registro impecable, al igual que su actuación en el torneo preliminar de la OFC que se disputó durante 11 días en la isla de Rarotonga. Nueva Zelanda ganó sus cinco partidos, con 55 goles a favor y ninguno en contra. Su 8-0 del sábado en la final, ante Papúa Nueva Guinea, dejó bien clara su supremacía en la escena continental.
Papúa Nueva Guinea sigue al acecho Y aunque fue nuevamente Nueva Zelanda la que acaparó titulares, hubo muchos puntos positivos en otras áreas que demuestran que el fútbol femenino sigue su desarrollo imparable por todo el Pacífico. Hace dos años no hubo eliminatorias, mientras que en otras dos ediciones previas sólo concurrieron cuatro combinados. Esta vez pugnaron ocho selecciones, entre ellas las debutantes Fiyi, Vanuatu y Samoa. Además, fue el primer Campeonato Femenino Sub-17 de la OFC celebrado fuera de Nueva Zelanda.
Una vez más, Papúa Nueva Guinea (anfitriona de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2016) ratificó su condición de segunda potencia oceánica. Lisa Cole, entrenadora de la sub-20, echará sin duda mano de esta formación para reforzar sus efectivos de cara a la gran cita planetaria. Entre las jugadoras más destacadas está Belinda Giada, que ya debutó con la absoluta el año pasado en los Juegos del Pacífico. La joven fue la primera líder de la tabla de la Bota de Oro del certamen. En última instancia, no se llevó el galardón, pero cosechó un total de ocho tantos y fue la mejor artillera no neozelandesa.
Papúa Nueva Guinea volvió a brillar, pese a que tuvo que hacer frente a un durísimo programa de viaje. De hecho, llegó a Islas Cook tan sólo cinco horas antes del primer choque. Con todo, salió victoriosa en sus cuatro primeros duelos, antes de caer a manos de la todopoderosa Nueva Zelanda en la final. Otra que también ofreció buenas sensaciones fue Fiyi, que termino tercera, sin olvidar que su arquera, Francine Lockington, fue nombrada mejor guardameta de la competición. Nueva Caledonia, finalista en las dos últimas ediciones de los Juegos del Pacífico, dio muestras asimismo de la invariable trayectoria ascendente que está viviendo el fútbol femenino en la región.
El futuro de las Kiwis Para Nueva Zelanda, el principal objetivo era el billete para Jordania 2016. No obstante, esta categoría es una pieza decisiva en el esfuerzo global que se está llevando a cabo en el país para producir la próxima generación de talentos. Con este fin, la mayor parte de las integrantes del combinado ya compitieron juntas en la última temporada de la liga nacional en un equipo denominado NZF Development Squad. La cohesión entre las jugadoras y, ante todo, los resultados obtenidos, fueron la prueba definitiva del buen hacer del conjunto.
Sobre el césped, la meta Kiwi apenas peligró. Sin embargo, fue en el otro extremo de la cancha donde las estadísticas fueron aún más extraordinarias. La formación sumó 36 dianas en la fase de grupos, y 19 más en sus dos compromisos de la ronda eliminatoria. Su punta de lanza fue la delantera Hannah Blake, con 14 tantos, incluida una tripleta en la final.
Tampoco es que el duelo por la corona fuera un paseo para Nueva Zelanda. El marcador se mantuvo 0-0 hasta la media hora de juego, y la lluvia de goles no llegó hasta la segunda parte. "Teníamos nuestros objetivos definidos para la final, y lo logramos ante una Papúa Nueva Guinea muy decidida, muy sólida en defensa y peligrosa en ataque", declaró el técnico Kiwi, Gareth Turnbull. "Estoy muy orgulloso de cómo se han portado las chicas en este torneo y estoy deseando que llegue la siguiente etapa de este viaje". Jordania ya les espera.