jueves 31 marzo 2016, 08:01

Una oportunidad única para Vitaliy Denisov

“Llevo mucho tiempo jugando con la selección, pero no recuerdo que jamás haya habido aquí tanto fervor por el combinado nacional como ahora. Me acuerdo de llenos en los estadios para los partidos internacionales, pero en esta ocasión el campo estaba abarrotado, incluso había gente subida a los árboles de fuera para ver el encuentro”. Así describe el defensa uzbeco Vitaliy Denisov, de 29 años de edad, con 63 partidos con la selección nacional en su haber, el auge del fútbol en su país natal. En aquel encuentro en casa de noviembre de 2015 al que se refiere, en un estadio Pakhtakor hasta los topes, los Lobos Blancos se impusieron a la RDP de Corea por 3-1.

Recientemente, dos victorias en casa contra Filipinas y Barhéin, unidas a la derrota de la RDP de Corea en Manila han garantizado la clasificación de Uzbekistán para la tercera ronda de las eliminatorias asiáticas a la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, aunque el objetivo de Denisov y sus compañeros de selección va más allá: quieren estar en la gran cita rusa.

Para Uzbekistán se trataría de un gran logro, pero para Vitaliy Denisov supondría una gesta totalmente excepcional. “Yo soy un ruso nacido en Uzbekistán. Represento el fútbol uzbeco en Rusia y espero hacerle justicia. Sueño con jugar en Rusia en el Mundial. Es una oportunidad única en la vida”, explica en su charla con FIFA.com.

Su padre, Gennady Denisov, también fue futbolista y hasta la actualidad posee el récord de participaciones con el Pakhtakor de Taskent en el campeonato de liga del país: 371. “Mi padre nunca me obligó a que me dedicara al fútbol; fui yo el que quise hacerlo. Me ayudó con sus consejos, me mantuvo y me orientó, especialmente cuando a los 13 años me mudé a un país que para mí era extranjero”.

Denisov empezó su formación futbolística en el Pakhtakor FK de Taskent, pero a los 13 años se mudó al Akademika FC de Moscú. “Cuando pasé de vivir en una ciudad relativamente pequeña a una metrópoli del tamaño de Moscú, me sentí muy abrumado. Lo más importante fue habituarse al ritmo frenético de esta vasta urbe”, recuerda el defensa.

De Rivaldo al Mundial Denisov se habituó muy pronto a ese ritmo frenético. Desde el Akademika fichó por el CSKA de Moscú y en la actualidad milita en el Lokomotiv de Moscú. En los últimos años, su dedicación sobre el terreno de juego le ha reportado toda una legión de seguidores. La baza especial de este afanoso lateral izquierdo son sus larguísimos saques de banda. “No sé dónde lo aprendí. No fue ciertamente de mi padre; él nunca lanzaba el balón tan lejos. Llevo haciéndolo desde que era chaval. Puede que se deba a que jugaba mucho al baloncesto”.

Denisov es uno de los futbolistas que están contribuyendo a dar realce al fútbol de Uzbekistán: “Nuestro país es bastante conocido para el turismo. Tenemos ciudades históricas, como Bujará, Jiva y Samarcanda, de gran popularidad entre los turistas europeos. Mucha gente recorre la Ruta de la Seda en coche. Sin embargo, desde el punto de vista futbolístico, todavía no tenemos fama mundial. Ya hemos disfrutado de grandes éxitos: solemos encontrarnos en el grupo de favoritos en las competiciones asiáticas, asiduamente entre los cuatro o cinco primeros. Nuestra selección sub-16 se proclamó campeona de Asia en 2011. En un cierto momento sorprendimos al mundo cuando el FC Bunyodkor invitó a Rivaldo a unirse a su equipo. Pero todavía no somos muy famosos. Valdría la pena disputar más amistosos contra equipos de Europa, y la federación está trabajando para lograrlo. Pero la mejor publicidad para nuestro fútbol se producirá sin duda alguna durante el Mundial”.

En su última campaña de clasificación, Uzbekistán se perdió por muy poco la repesca intercontinental para el Mundial de 2014: en la quinta ronda, cayó ante Jordania a los penales (8-9). Denison prefiere pasar página: “No encuentro palabras para explicar cómo me sentí. ¡Estuvimos tan cerca… sólo a un gol de lograrlo!”.

La clasificación para Rusia 2018 lo cambiaría todo Uzbekistán se ha revelado en los últimos años como una potencia formidable del fútbol asiático. “Tras la disolución de la Unión Soviética, el fútbol de muchas antiguas repúblicas soviéticas sufrió, no sólo el nuestro, porque no siempre había fondos disponibles. Tratamos de volver a ponerlo en marcha y, despacio pero seguro, estamos consiguiéndolo y algunos clubes uzbecos han alcanzado grandes triunfos. Cada vez más equipos pueden subirse a un avión para entablar partidos en otros países y conseguir la experiencia de enfrentarse a equipos extranjeros. Los progresos han sido continuos y, al final, ha surgido toda una nueva generación de jugadores absolutamente excelentes, muchos de los cuales fichan por grandes clubes extranjeros”.

Uzbekistán no empezó con buen pie la segunda ronda de clasificación para el Mundial de 2018 y perdió por 2-4 a domicilio contra la RDP de Corea. “Después de aquello llegó un nuevo seleccionador, Samvel Babayan, quien cambió muchas cosas: el estilo de juego, la táctica, etc…, y trajo nuevos jugadores". Desde entonces, los Lobos Blancos han sumado 7 victorias consecutivas, y ahora, ya clasificados para la tercera fase, toca esperar a ver qué depara el sorteo de esa nueva ronda de las eliminatorias, que se celebrará el 12 de abril en Kuala Lumpur.

Si Uzbekistán pasara a la fase final del Mundial, el auge del fútbol uzbeco subirá a buen seguro hasta alturas insospechadas. “Mejorarán muchas cosas, tanto para la federación como para el país en general. Cuando exhibamos nuestro fútbol en el máximo nivel, nuestros jugadores recibirán el reconocimiento del mundo entero. Incluso es posible que mucha más gente quiera visitar nuestro país. Tenemos que tratar de conseguirlo con todas nuestras fuerzas”.