Silvestre: "Estoy a tope apoyando a Francia"
Mikaël Silvestre acudió a dos Mundiales con Francia (2002 y 2006)
El ex defensa repasa sus experiencias mundialistas para FIFA.com
Se muestra ambicioso y confiado con relación a los Bleus en Rusia 2018
Mikaël Silvestre experimentó todo el abanico de sentimientos en la Copa Mundial de la FIFA. Para empezar, consternación y decepción en 2002 tras caer eliminado en la fase de grupos con unos Bleus que defendían título. Asimismo, esperanza y alegría por alcanzar la final en 2006; y, tras ver cómo Italia le privaba del título, tristeza y amargura.
Hoy, la expectación y la ilusión por ver brillar en Rusia a los Bleus invaden al ex defensa internacional (40 partidos, 2 goles), quien pasó, entre otros clubes, por el Inter de Milán, Manchester United y Arsenal. En una entrevista concedida a FIFA.com, Mikaël Silvestre nos habla de sus expectativas en torno a Rusia 2018, pero también de sus pesares ligados a sus dos experiencias mundialistas.
Mikaël, ¿qué espera de Francia en Rusia? Estoy a tope apoyando al equipo, como todo buen aficionado. No cambia nada el que sea o no un ex internacional: ante todo, soy un hincha de los Bleus. Ése es el sentimiento que predomina.
Cuando discuto con amigos, jugadores, entrenadores y especialistas en fútbol, la conclusión que se desprende es que formamos parte de los favoritos. Espero que mantengamos ese estatus y alcancemos las semifinales.
Entre los Bleus hay un joven de cuya eclosión fue testigo en el Rennes, cuando ocupaba el cargo de director deportivo del club: Ousmane Dembélé. ¿Qué puede decirnos de él? Ya es un gran jugador. No me sorprende verlo a este nivel. Cuando te cruzas con un elefante por un pasillo, es imposible no verlo… Con Dembélé es parecido. Lleva una ascensión impresionante. No tiene complejos, no se hace preguntas.
Es una característica que comparte, por cierto, con Kylian Mbappé. Están bien preparados en el fútbol de clubes, por lo que, cuando llegan a la absoluta, es simplemente una etapa más para ellos. Para algunos, resulta difícil pasar al siguiente nivel. Para ellos no. Están listos, y su talento es excepcional. Por tanto, no me sorprende ver a Ousmane jugar a ese nivel. Ahora tendrá que mantenerse, ¡y eso es lo más complicado!
Aunque actualmente van concretándose dos titulares, Didier Deschamps ha tenido que hacer un poco encaje de bolillos estos últimos meses en las bandas de la defensa. ¿Hay motivos para preocuparse? El seleccionador no ha podido afianzar a largo plazo a sus titulares en esos puestos, y eso siempre es un pequeño inconveniente cuando se llega a una competición. Pero todos los jugadores que compiten por la titularidad poseen facultades de sobra para imponerse y aportar en la selección lo muchísimo que aportan a sus clubes.
Usted mismo ocupó el puesto de lateral izquierdo en la selección de Francia. ¿Cómo valora la evolución de esa demarcación? Es un puesto exigente en relación a la aportación ofensiva y defensiva. Hay que encontrar el equilibrio adecuado, y resulta difícil; en eso consiste todo el desafío del puesto. En general, creo que los laterales van adquiriendo cada vez más importancia en la elaboración del juego: son segundos extremos. Los equipos cada vez son más dependientes de las actuaciones individuales de sus laterales.
Usted también era capaz de jugar como defensa central… Creo haber desempeñado el 50% de mi carrera en cada puesto. Esa polivalencia me fue útil en mi trayectoria, y disfruté mucho en ambas posiciones. Cuando eres lateral, dependes un poco de los demás defensas; mientras que en el centro, eres líder. Eso es lo que me gustaba especialmente de ese puesto: ser el líder de los cuatro de atrás, y tener un poco más de peso en la comunicación. Se está más en el corazón del juego cuando juegas como defensa central.
Usted acudió a dos Mundiales, en 2002 y 2006, que transcurrieron de forma diametralmente opuesta: uno fue un fiasco; el otro más bien un éxito… Sí, pero los dos me dejaron un regusto amargo. El de 2006 puede que más aún, por cierto. Tuve la suerte de participar en un partido a vida o muerte contra Togo. Pero perder en la tanda de penales fue realmente duro. Fue cruel. Es la mayor decepción de mi carrera.
¿Cómo se puede hacer unos Mundiales tan diferentes con grupos similares de jugadores? En 2002, yo era un novato entre los Bleus. Creo que nos faltó humildad. Nuestra preparación se llevó a cabo en Sudáfrica, en Chile, estábamos ya clasificados… No nos preparamos como era debido. En 2006, volvió a aflorar el carácter de los grandes jugadores. Había que demostrar que lo de 2002 había sido un simple accidente. Había que resurgir y demostrar que nos merecíamos algo mejor que esa eliminación en la fase de grupos. Y eso fue lo que hicimos.