Nueva Zelanda alcanza por primera vez los cuartos de un torneo masculino
"Hemos hecho historia en varios aspectos", dice Bell
Cambio de mentalidad en los futbolistas neozelandeses
Cuando el colegiado Kevin Ortega indicó el final del tiempo añadido del choque entre Nueva Zelanda y Rumanía y se confirmó el pase a cuartos de final del Torneo Olímpico Masculino de Fútbol, de una selección masculina neozelandesa por primera vez en la historia, los gritos de júbilo de la expedición oceánica recorrieron las gradas vacías del Domo de Sapporo.
Fue un grito al unísono de todos los futbolistas e integrantes del cuerpo técnico neozelandés, y sonó a una mezcla de alivio, incredulidad y alegría desatada.
"Desde que empezó el torneo hemos estado hablando de la posibilidad de hacer historia, y volvimos a recordarlo antes de este encuentro", señala Joe Bell en su entrevista con FIFA.com.
"Nos marcamos algunos objetivos, porque nuestra selección masculina nunca había ganado un partido en los Juegos Olímpicos. Ese era nuestro primer objetivo. El segundo era meternos en cuartos de final. Ahora ya hemos conseguido ambos y vamos a por más".
Enseguida se vio que República de Corea iba a lograr la victoria en el otro choque del grupo, por lo que a Bell y los suyos les bastaba con sumar un empate. En el terreno de juego, el combinado neozelandés apostó por un 4-3-3, se hizo con el control del partido y gozó de las mejores ocasiones.
"Salimos desde el principio a por los tres puntos. Sobre todo, después del tropiezo ante Honduras [2-3]", agrega el centrocampista, que sobresalió gracias a la inteligencia de sus pases y a los duelos que ganó en la línea medular.
"En la pasada jornada perdimos a Winston Reid [ndlr: el capitán se retiró lesionado en el tramo inicial del encuentro], así que pasamos a una defensa de cuatro y salimos con un planteamiento algo más ofensivo. Se vio sobre todo en la primera mitad. Creo que nos hemos clasificado de manera justa".
No obstante, Nueva Zelanda acabó sufriendo un poco ante Rumanía. A los europeos les bastaba con meter un gol para alcanzar la siguiente ronda, y tuvieron buenas oportunidades para hacerlo.
"Debemos estar más acertados en ataque, podríamos haber sentenciado el partido en la primera mitad con uno o dos goles", señala Bell. "Defensivamente estuvimos muy bien, aunque los últimos 20 minutos fueron un poco caóticos y eso no era lo que queríamos".
En el mundo del fútbol, hablar de Nueva Zelanda es, normalmente, hablar de un equipo que no es favorito, y quizá sea una opinión compartida también en su propio país. Sin embargo, la valerosa actuación del combinado olímpico en Sapporo indicó todo lo contrario.
En opinión de Bell, que milita desde 2020 en el Viking FK de la primera división noruega, hace falta un cambio de mentalidad: "Lo que queremos demostrar aquí es, por encima de todo, que el fútbol neozelandés puede competir en estos torneos a nivel internacional. Es cuestión de cambiar la mentalidad en nuestro país".
Quien también ha contribuido de manera decisiva a su clasificación para la siguiente ronda es el seleccionador Danny Hay. Y lo ha hecho, principalmente, con la preparación psicológica de sus futbolistas.
"Nos ha dado esta confianza desde el principio y nos ha hecho ver lo bien que sabemos jugar al fútbol", destaca Bell, de 22 años, cuya selección es una de las más jóvenes de todas las participantes. "Era solo cuestión de tiempo que los jugadores nos creyéramos que podíamos competir a este nivel y desplegar un buen fútbol".
En el caso de Bell, este cambio de mentalidad ya se ha producido: “Queremos llegar lo más lejos posible. ¡Vamos a por el oro!”, comenta entre risas. Y su entusiasmo traspasa la mascarilla, que es obligatoria en la zona mixta en este torneo.
Mientras se oye de fondo cómo sus compañeros siguen celebrando este hito, poco después reconoce a un periodista japonés que "la plata o el bronce tampoco estarían mal". Si su equipo sigue jugando con esa alegría, ¿por qué no va a poder ser?