Islas Salomón logra el billete para Lituania 2020
Es la cuarta clasificación consecutiva para los melanesios
El clasificatorio de la OFC estuvo marcado por la acrecentada competitividad
Islas Salomón lleva mucho tiempo siendo el rey indiscutible del fútbol sala en Oceanía. Desde que Australia se incorporó a la Confederación Asiática de Fútbol, los Kurukuru se han clasificado para tres Copas Mundiales de Fútsal de la FIFA con margen de sobra.
Aunque Islas Salomón volvió a sellar su clasificación para la Copa Mundial de Fútsal de la FIFA, que se celebrará el año que viene en Lituania, la edición de 2019 de la Copa de Naciones de Fútbol Sala de la OFC resultó en ciertos aspectos un acontecimiento histórico. El certamen, disputado durante una semana en el Arène du Sud de Numea, en las afueras de la capital neocaledonia, reunió a ocho selecciones de todo el Pacífico; dos más que hace cuatro años en Fiyi.
La OFC ha invertido recursos considerables en los últimos años para desarrollar el fútbol sala y el fútbol playa por toda la región, y la inversión está empezando a reportar dividendos. Si bien hubo numerosas goleadas aplastantes en la fase de grupos, un estrecho margen separó a las cuatro mejores naciones.
Nueva Zelanda venció por un ajustado 3-2 a Tahití en su duelo de semifinales, mientras que la habitualmente prolífica Islas Salomón solamente iba ganando por 3-1 a los anfitriones hasta que dos goles en el último minuto abultaron el resultado.
Dos selecciones polinesias, Tonga y Samoa Estadounidense, hicieron su debut en la competición. La participación de Tonga se produjo un año después de que su selección femenina sub-18 estuviese presente en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Samoa Estadounidense terminó penúltima, un puesto por encima de sus vecinos, con una notable inclusión en su plantilla: el famoso guardameta de la selección de fútbol 11 Nicky Salapu, cuya carrera internacional se extiende a lo largo de dos décadas.
Islas Salomón también tuvo a su propio gran protagonista bajo palos: Anthony Talo, célebre por haber marcado un gol decisivo para los Kurukuru en su única victoria en la cita mundialista, hace 7 años en Tailandia.
La reforzada competitividad entre el cuarteto cabecero resultó evidente para el seleccionador de Islas Salomón, Vinicius Leite. “Nueva Zelanda acudirá al próximo Mundial si su seleccionador [Marvin Eakins] sigue haciendo lo que está haciendo”, declaró. “El nivel y la calidad que han exhibido hoy aquí ha sido extraordinario. Estoy feliz por mi equipo y muy triste por Nueva Zelanda”.
Nueva Caledonia estuvo guiada por el experimentado técnico brasileño Juliano Schmeling, pero tuvo que conformarse con el cuarto puesto por detrás de Tahití tras perder en los penales después de otro 5-5.
Para Nueva Zelanda fue un caso de tan cerca y a la vez tan lejos… “Ha sido un largo camino durante los dos últimos años. Los chicos han trabajado mucho y muy duro, y lo han sacado todo en la cancha, por lo que no podía pedirles más en ese encuentro”, afirmó Eakins.
“Ha sido una gran final. Cuando la recordemos, pensaremos que quizás podríamos haber hecho esto o aquello, pero a veces las cosas pueden escapársete de las manos, e hicimos lo que pudimos. Me alegro de que Islas Salomón vaya a Lituania. Es una gran selección y sé que nos representará bien en el Mundial”, concluyó.
Balón de Oro - Dylan Manickum (Nueva Zelanda)
Bota de Oro - Nicky Malivuk (Nueva Zelanda), Olivier Hirihiri (Tahití)
Guantes de Oro - Anthony Talo (Islas Salomón)
Premio al Fair Play - Samoa Estadounidense