lunes 11 julio 2016, 09:09

La fuerza en la adversidad

El reloj ya pasaba las dos de la mañana en el Stade de France y los jugadores portugueses aún no dejaban el campo. Se resistían a abandonar el escenario de la hazaña más grande de la historia del fútbol luso. Querían que ese momento fuera eterno, que esos instantes quedaran grabados para siempre en su memoria.

Cuando, finalmente, tuvieron que dejar el césped, lo hicieron con aire de fiesta. En fila, cantando y celebrando, conscientes de vivir un momento de plena felicidad que sucede muy pocas veces en la vida.

Y cuando los flamantes campeones de Europa charlaron con FIFA.com, lo hicieron con una sonrisa en los labios y compartiendo una revelación: el triunfo empezó a gestarse con el duro golpe de perder a su estrella.

Con la marca de Cristiano La victoria de Portugal fue tan inesperada como significativa. Antes del partido, Francia defendía el cartel de la gran favorita: era la anfitriona y venía de vencer al campeón del mundo, Alemania. Además, al minuto 25’ la gran estrella del equipo luso, Cristiano Ronaldo, tuvo que ser sustituido por una fuerte lesión de ligamentos.

Sin embargo, los grandes equipos son los que se hacen fuertes en la adversidad y Portugal fue capaz de sobreponerse a todo para ganar el título. De acuerdo con los jugadores, la lesión del capitán luso fue un gran aliciente para que el equipo consiguiera la histórica victoria.

“Fue una pena lo que pasó con Cris. Obviamente lo queríamos en la cancha pero creo que su lesión provocó que nos uniéramos más, que trabajáramos con más atención”, afirmaba André Gomes. “Así fue como mantuvimos el empate en el tiempo regular y después ganamos el partido. Nos hizo falta, pero fuimos capaces de sobreponernos a su ausencia”.

Y lo hicieron, en parte, gracias al propio jugador del Real Madrid. “Fue un golpe psicológico para nosotros”, reconocía el defensa Cédric antes de revelar lo que sucedió minutos después de la lesión del número 7. “En el descanso, dio un maravilloso discurso en el vestuario. Nos dijo que íbamos a ganar el partido, que teníamos que mantenernos unidos y no desesperarnos. Eso subió muchísimo nuestra moral ¡y al final quedó claro que tenía razón!”.

Celebración sin fin La influencia de Ronaldo se hizo notar hasta en el momento culminante del partido. El delantero Éder entró al campo en el minuto 79, con la misión de desbloquear el 0-0 que se había encasquillado en el marcador. El 9 apenas había marcado seis goles en una temporada dividida entre el Swansea galés y el Lille francés, pero hubo alguien que nunca dudó de su capacidad y la recompensa fue ese disparo de 25 metros que definió el triunfo para Portugal en el 109’.

“Fue muy complicado cuando Cristiano se lesionó. ¡Es el mejor jugador del mundo a fin de cuentas! Pero antes de entrar, me dijo que sería yo el que marcaría el gol de la victoria. Me transmitió su fuerza, su energía, y conseguimos esta victoria para él y para todo Portugal”, afirmaba el anotador del gol con una gran sonrisa en los labios.

“Para todo Portugal”. Esa frase la repitieron todos y cada uno de los jugadores. Pero el portero Rui Patricio, clave en varias acciones de la final, fue el más efusivo. “Es un día que no vamos a olvidar nunca en nuestra vida. Estamos encantados de haber brindado felicidad a nuestros fanáticos. El apoyo de la gente fue increíble, la de estadio por supuesto, pero también las muestras que recibimos desde Portugal. Sabíamos que teníamos un país entero detrás porque ellos nos lo hicieron sentir. Fue realmente importante para nosotros”.

La importancia del aliento de sus compatriotas. La inquebrantable fe de su estrella, que cambió lágrimas de rabia e impotencia, por otras de agradecimiento y éxtasis.

Quién mejor que el propio Cristiano para poner punto final a una noche inolvidable. “Quiero agradecer a todos, a mis compañeros, al técnico, a la gente en Portugal y a quienes nos apoyaron en el estadio. Es un momento único para mí y para todos los portugueses. Lo recordaré por siempre”.