Refugiados de varios países asistieron al partido entre Jamaica y Colombia por los octavos de final
La invitación a los refugiados forma parte de la iniciativa social de la FIFA “Unite for Peace: unidos por la paz”
Los integrantes del grupo, que se han afincado en Melbourne tras huir de distintos conflictos armados, compartieron una divertida jornada deportiva
Un grupo de 40 refugiados de diversa procedencia se establece en Melbourne/Naarm tras la invitación recibida por parte de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™
En los prolegómenos del choque de octavos entre Colombia y Jamaica, el grupo disfrutó de una visita guiada al estadio y posó junto a la bandera de la ceremonia previa al partido, bajo el lema "Unidos por la paz".
Durante el recorrido por las instalaciones del recinto, tuvieron ocasión de ver los vestuarios y las áreas de competición —incluidos el túnel y las zonas reservadas a la prensa—, antes de dejar un obsequio para las jugadoras y el equipo arbitral: balones "Dream Ball" de ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) diseñados por Gerald, un joven diseñador refugiado de Camerún que ahora reside en Italia.
Los integrantes del grupo, que se han afincado en Melbourne tras huir de distintos conflictos armados, compartieron una divertida jornada deportiva. Después de la visita guiada con acceso a todas las zonas del recinto, la comitiva disfrutó de un almuerzo en el cercano Estadio de Críquet de Melbourne. Después, recorrieron el mayor complejo deportivo del país, el Museo del Deporte Australiano, donde tuvieron ocasión de participar de sus exposiciones interactivas.
A la jornada temática se sumaron refugiados de Afganistán, Siria, Myanmar y Ucrania, acompañados de representantes de la FIFA y ACNUR, todos ellos unidos por el amor al deporte. El grupo estaba compuesto, entre otros, por jugadoras de la selección afgana, miembros de la Hope Australia Soccer Academy y familias evacuadas de Afganistán con ayuda de la FIFA.
Como colofón a las actividades del día, el grupo disfrutó del inigualable ambiente que se respiraba entre las aficiones de Colombia y Jamaica.
“He visto partidos de fútbol masculino televisados en Afganistán, pero lo de hoy me hace mucha ilusión porque siempre he querido ver un partido [femenino] en directo, y me alegra poder cumplir ese sueño —declaró Fahima, que asistió junto a su sobrino de siete años, Mohammad—.
"Es una maravilla para nosotras ver a mujeres talentosas jugando al fútbol con total libertad, y nos ha sorprendido ver las gradas repletas de gente y mujeres animando. Hemos visitado el museo del fútbol, algo inimaginable para nosotras; y lo más importante: hemos visto disfrutar a los niños cuando se han sentado en las mesas de la sala [de prensa]".
"Estaban felices y emocionados, no querían irse después del partido. También nos ha encantado ver a las jugadoras de la selección afgana, algo que nos ha parecido fantástico. Queremos dar las gracias a la FIFA por brindarnos un día tan increíble. Además, fue la FIFA quien nos ayudó a encontrar asilo en un país seguro. Hemos podido cumplir nuestros sueños, y nos gusta participar siempre en las competiciones femeninas”.
Los refugiados disfrutan de la Copa Mundial Femenina de la FIFA
La invitación a los refugiados forma parte de la iniciativa social de la FIFA “Unite for Peace: unidos por la paz”, que se puso en marcha durante los encuentros de octavos de final bajo la conocida campaña “El fútbol une el mundo”. La FIFA y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, han unido fuerzas para concienciar acerca del derecho al asilo de las personas que han tenido que huir de sus hogares a causa de conflictos y persecuciones.
“El deporte puede transformar las vidas de aquellos que se ven obligados a huir del conflicto y de la persecución; puede ayudar a reforzar la autoestima y a desarrollar habilidades; y puede acoger y empoderar a refugiadas de todas las edades, además de unir a las comunidades”, declaró Adrian Edwards, representante regional de ACNUR en Australia, Nueva Zelanda y el Pacífico.
Sheila Nguyen, jefa del Departamento de Sustentabilidad del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, afirmó: “Ha sido muy emocionante participar. Me ha hecho pensar en mi propia experiencia como hija de refugiados y en lo que habría supuesto para mí un momento como este, incluso en sentido abstracto. Poder reflexionar sobre el hecho de ser vista y reconocida en mi nuevo hogar/país. De las pequeñas cosas surgen grandes logros y espero que este trabajo no pare de crecer, siempre con los brazos abiertos”.
Andrew Farmer, de la academia Hope Australia Soccer Academy, añadió: “Nosotros tenemos ocho alumnos de origen afgano, de entre 12 y 16 años, que llevan ya dos o tres años viviendo en Australia. La tarde se resume en las sonrisas de los alumnos al recibir los regalos, y en su tremenda emoción a la hora de compartir fotos con los amigos en las redes sociales. Queremos dar las gracias a la FIFA y ACNUR por habernos dado la oportunidad de llevar a nuestros alumnos a un partido de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™”.