Salvatore 'Totò' Schillaci fue el héroe inesperado de Italia cuando organizó la Copa Mundial de la FIFA™ en 1990, un delantero que inicialmente entro en el equipo como reserva, pero que acabó el torneo siendo el máximo goleador con seis goles, y ganando el Balón de Oro y la Bota de Oro. La imagen del siciliano, con sus ojos salvajes y ardientes y su rostro lleno de determinación y emoción mientras se daba la vuelta para celebrar otro de sus goles, se recuerda como una de las imágenes más para el recuerdo del torneo.
Fue un giro extraordinario, ya que, sólo un año antes, Schillaci jugaba en la Serie B, la segunda división de la liga italiana. Debutó con Italia tres meses antes del comienzo del aquella Copa Mundial, a la edad de 25 años, y empezó el primer partido de Italia, contra Austria, en el banquillo, tal y como él mismo esperaba. Sin embargo, cuando el partido estaba empatado 0-0 y sólo quedaban 15 minutos para el final, Schillaci saltó al terreno de juego y, a los cuatro minutos, marcó un potente gol de cabeza que dio a Italia una victoria crucial por 1-0.
Después de otra aparición como suplente contra Estados Unidos, 'Totó' fue titular contra Checoslovaquia en el último partido de la fase de grupos. A partir de ese encuentro, marcó un gol en cada partido para impulsar a Italia hasta las semifinales y el posterior tercer puesto.
Schillaci tenía un instinto goleador innato y un fuerte deseo de llegar a lo más alto. Aunque no era el jugador más alto ni el más imponente físicamente, lo compensaba con creces con su velocidad, sentido de la colocación, oportunismo y pura determinación.
Comenzó su carrera en el A.C. Messina de su Sicilia natal, en la tercera división de la liga italiana. Tras lograr el ascenso en la temporada 1985/86, sus actuaciones en la Serie B llamaron la atención de la Juventus FC, equipo al que l en 1989.
En su primera temporada con la Vecchia Signora marcó 21 goles en 50 partidos, ganó la Copa de Italia y la Copa de la UEFA, y debutó con Italia en un amistoso contra Suiza a finales de marzo. Cuando fue convocado para la Copa Mundial de la FIFA, se dio cuenta de que había una larga lista de delanteros más consolidados delante de él, y le esperaba un puesto en el banquillo, pero en lugar de eso se convirtió en un héroe nacional.
Schillaci pasó a jugar en el FC Internazionale Milano y, en 1994, se convirtió en el primer italiano en jugar en la recién creada J-League japonesa, cuando fichó por el Júbilo Iwata. Jugó en ese equipo durante cuatro temporadas y ganó un título de la J-League antes de colgar las botas y poner fin a su carrera.