Todas las miradas están ya puestas en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA que albergará Jordania a partir del 30 de septiembre. Los jordanos están impacientes por ver qué harán las chicas de la selección nacional en esa gran cita. Muchos de ellos no son conscientes de las adversidades que han superado estas jugadoras para tener el honor de representar a su país en la competición.
“Me encanta el fútbol desde la primera vez que le di unas patadas al balón, a los 6 años. Sentí que mi futuro sería formidable con este deporte”, explica la internacional jordana Rouzbahan Farij, que luchó duramente para ser convocada. Esta joven de 16 años es una de las pruebas vivas de que el fútbol ha sabido superar todos los obstáculos y afrontar los más grandes desafíos.
Rouzbahan, que desde muy niña mostró su pasión por el fútbol jugando con los chicos de su familia los fines de semana y destrozando plantas con el balón en la casa de su abuelo, ha encontrado en este deporte su mejor aliado: “El fútbol me inspira”, asevera. “Me da confianza y determinación para hacer frente a todas las dificultades. El fútbol ha cambiado muchas cosas para mí. Me ha permitido comprender que en la vida hay victorias y derrotas. Estaremos felices si ganamos, pero si perdemos, tendremos que trabajar más para obtener victorias como sea”.
Los comienzos de Rouzbahan no fueron fáciles, porque su madre temía por ella y no aprobaba su afición: “La tradición y las costumbres no animan a las chicas a practicar el fútbol”, nos explica la propia mamá de la jugadora. “Como madre, temía que mi hija se lesionase o que le pasase algo. Pero Rouz insistió mucho. Se ocupa de todos los detalles y siguió avanzando en el colegio, lo cual nos demostró que era responsable. Me convencí de que esta chica sabía lo que quería, y ahora la apoyo plenamente en lo que hace”.
A su vez, Rouzbahan nos confirma: “Sabía que mi madre comprendería mi decisión y me apoyaría. Le demostré que merecía su confianza y que no había nada que temer con el fútbol. Le demostré que las chicas también pueden correr y dar patadas al balón (risas). Ella me anima, me lleva a los entrenamientos y viene a ver mis partidos. Quiero darle las gracias, así como a todos los miembros de mi familia que me han apoyado. Haré que siempre estén orgullosos de mí”.
Ya sólo quedan unos días para la jornada inaugural, que supondrá el estreno de la selección jordana sub-17 en una competición de la FIFA. El partido contra España, subcampeona de Europa, se presenta muy emocionante. Rouzbahan y sus compañeras están plenamente decididas a demostrar que están a la altura: “Nos hemos preparado durante mucho tiempo para este campeonato. Hemos jugado muchos partidos amistosos de alto nivel, contra Venezuela y Brasil últimamente. El momento de la verdad ha llegado. Queremos demostrar a todo el mundo que las chicas jordanas pueden rivalizar con las demás”, subraya.
“Yo soñaba simplemente con jugar al fútbol en los clubes nacionales. Con el tiempo, mis sueños crecieron en ambición, y ahora voy a cumplir el más grandioso de todos: participar en un Mundial. Mis compañeras y yo estamos orgullosas de representar a Jordania en este campeonato. Nuestro objetivo es obtener victorias y llegar lo más lejos posible”, anuncia.
A continuación, Rouzbahan manda un mensaje a todas las chicas jóvenes: “Esto empezó como un simple sueño. Yo estaba decidida a hacerlo realidad y, mira por dónde, ahora voy a participar en un Mundial. Posteriormente, confío en hacerme profesional. Las chicas jóvenes no debemos renunciar a nuestros sueños. Hay que perseverar para que se cumplan”.
Rouzbahan y la selección jordana esperan gozar del apoyo de todo el país durante el Mundial femenino sub-17, el principal acontecimiento deportivo que ha albergado la nación hasta la fecha.