Nueva Zelanda nunca se ha clasificado para una Copa Mundial de Futsal de la FIFA, pero lleva años preparándose para cambiar la historia. Meticulosamente, ha desarrollado un plan para cumplir ese objetivo, pero sobre todo a partir de instalar al futsal como un deporte de referencia en el país.
Marvin Eakins es quizás el mejor ejemplo de ello.
Internacional desde 2008 y capitán de la selección desde 2010, Eakins es bastante más que el gran símbolo de los All Whites, quienes desde el 8 de febrero buscarán en Fiji el único boleto que pone en juego el Campeonato de Futsal de la OFC para Colombia 2016.
Con apenas 29 años, el pívot ha asumido un rol activo en el desarrollo de la actividad en Nueva Zelanda, como lo prueba su participación en el Curso de Entrenadores de Futsal que la FIFA llevó a cabo juntamente con la Federación Neozelandesa de Fútbol (FNF) en Auckland entre el 6 y 10 diciembre de 2015.
"Los futbolistas de la selección nacional tenemos una oportunidad real de ayudar al crecimiento de los jugadores jóvenes", dice a FIFA.com Eakins, quien además es Gerente de Desarrollo de la Federación de Fútbol de Auckland (AFF) y Entrenador de Juveniles de la misma AFF. "Los chicos ahora tienen aquí 'héroes' de futsal. Lo que podamos devolverles desde ahí será siempre positivo".
Crecimiento exponencial El curso apuntó a preparar directores técnicos de futsal que pueden ser utilizados para conducir el Curso de Entrenadores Nivel 2 que dicta la Federación, y resultó el punto nodal de dos semanas de actividades que incluyó una serie de tres amistosos ante Fiji, todos saldados con victorias.
"En países como Nueva Zelanda o las islas del Pacífico es imperativo que los futbolistas del seleccionado participen así", explica a FIFA.com Scott Gilligan, instructor FIFA a cargo del curso y al mismo tiempo seleccionador de los All Whites desde 2012.
"Ellos conocen más que nadie la técnica que se requiere para jugar al futsal, y cómo aplicarla a la táctica", continúa Gilligan, quien dio cursos similares en 2012 y 2013. "Que cada jugador incorpore más conceptos y regrese con ese bagaje a su región es crucial para popularizar el deporte y ampliar la base de jugadores para el futuro", agrega el australiano, quine jugó la edición mundialista de Chinese Taipei 2004 y fue miembro del Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA durante Tailandia 2012.
El primer aporte de la FIFA al futsal neozelandés llegó a través de la campaña "Ganar en Oceanía con Oceanía" entre 2009 y 2010. Desde entonces, el número de jugadores que participaron en ligas, programas y festivales creció exponencialmente: de 5050 en 2011 pasó a 57.648 en 2015.
"Nuestro trabajo se ha basado en desarrollar el futsal a todo nivel", revela a FIFA.com Dave Payne, Gerente de Desarrollo de Futsal de la FNF. "Trabajamos con niños, juveniles, mayores; hombres y mujeres; lo hemos incorporado en las escuelas y universidades, pero también apuntamos a formar árbitros y administradores. Como resultados, hoy tenemos jugadores que llegan a la selección con los fundamentos del deporte desde las bases".
De los cimientos a los resultados He ahí un aspecto clave a los ojos de Eakins, quien recién comenzó a jugar futsal a los 20 años. "Ya contamos con jugadores que son cinco veces mejores que yo por esa razón, llevan casi una vida jugándolo. Con entrenadores experimentados, sólo pueden mejorar. Ellos serán la base para que Nueva Zelanda domine el futsal en la región por muchos años".
Pensando en la eliminatoria para Colombia 2016, ¿qué papel juegan los resultados en el desarrollo del futsal neozelandés? "Un papel crítico", responde Eakins sin dudar. "El éxito internacional dará una enorme exposición aquí, y actuará como inspiración para los jóvenes", agrega el pívot, quien nació en Filipinas pero tenía meses cuando sus padres se mudaron a Auckland.
Independientemente de lograr o no la clasificación, Payen mira hacia 2020. "En ese entonces, contaremos con especialistas que, a los 18 años, ya tendrán 10 de experiencia. Eso nos hace ser muy optimistas". Gilligan está de acuerdo. "No tengo dudas que Nueva Zelanda, de mantenerse el apoyo de la Federación, estará en posición de clasificar a todos los mundiales desde 2020".
Pero Eakins rebosa de confianza ahora. "Nos hemos preparado como ninguna otra selección en la historia de Nueva Zelanda, y confiamos en la clasificación. Sentimos que somos el mejor equipo de Oceanía, sólo debemos demostrarlo en la cancha. Haremos historia al clasificar a Colombia 2016 y será el comienzo de un legado que enorgullecerá a los que nos sigan".