La italiana Pamela Conti es la nueva seleccionadora de Venezuela
Su gran reto es llevar a la Vinotinto a su primer Mundial Femenino
Nos habla de sus ideas de juego y la importancia de hacer grupo
“Profe, gracias a usted hemos ganado. ¡Venga a celebrarlo con nosotras!”
Venezuela acababa de imponerse 1-0 a Paraguay en un amistoso. Pamela Conti, los ojos como platos, no podía creerlo. Tras solo dos días de entrenos con sus nuevas pupilas, ya era una más. Las jugadoras de la Vinotinto no iban de farol. Alzaron a hombros a su nueva seleccionadora y la mantearon entre gritos de alegría. Amor a primera vista.
“Me han hecho sentir desde el primer día como si fuera una de ellas. ¡Estoy viviendo un sueño!”. Ha pasado poco más de un mes de ese momento, pero su recuerdo le saca a Pamela una amplia sonrisa. La preparadora se encuentra estos días en Italia visitando a la familia antes de regresar a Venezuela, un país que, pese a los problemas que arrastra, la ha enamorado.
“Quiero vivir y conocer el país, a su gente, su cultura, su comida…”. Una de sus primeras decisiones ha sido ser parte del proyecto ‘Sembrando fútbol’, con el que la Federación Venezolana peina el país buscando jóvenes talentos.
“Una niña de unos 13 años vino con unos botines prestados 3 o 4 tallas más grandes, pero cuando agarró el balón… ‘Bua’, me dije. Es una fenómena’. ¡Hay mucho talento aquí!”
Pamela Conti en corto:
Nacida en Palermo hace 37 años
Excentrocampista, jugó en España, Italia, EEUU y Rusia
Internacional con Italia, participó en las Euros de 2005 y 2009
Su hermano Vincenzo, exjugador profesional, es su asistente
Ahora lo que falta es desarrollar esas cualidades para poner a Venezuela, actualmente en el puesto 59º del Ranking FIFA, en la élite. El objetivo a medio plazo está claro: “el principal reto es clasificar a Venezuela a su primer Mundial”. Y para lograrlo, Pamela tiene un plan.
Pasos en el camino al Mundial:
1. Profesionalización y orden:
“Ha habido un choque fuerte, porque soy italiana. A nivel táctico estoy loca y a nivel defensivo más aún, y vi que cometíamos errores que una selección no se puede permitir”, cuenta sobre sus primeros entrenos. Pamela busca implantar orden y disciplina táctica, pero sin descuidar el buen trato al balón característico de su otra escuela futbolística, la española. “Jugué allí 3 años, mi entrenador preferido es Guardiola y sigo mucho el fútbol español”.
En la primera concentración larga con sus jugadoras, a comienzos de mes en Italia, quedó muy satisfecha con la evolución de sus pupilas. “Son como esponjas”, resume.
2. Fomentar la autoestima y el espíritu de equipo
“Tener orden y que cada jugadora sepa lo que tiene que hacer es importante, y luego hay que trabajar la cabeza. No saben lo buenas que son, no se lo creen y necesitamos que lo hagan. Que no tengan miedo a tener el balón”, afirma.
El espíritu de grupo es otro pilar. “Lo más bonito al final de este módulo ha sido ver a jugadoras que te decían ‘antes no quería venir a la selección y ahora no me quiero ir’. ¡Eso te llena el corazón!” Pamela insiste en la idea. “Podemos enseñarles todo lo que sabemos, pero si no formamos un buen equipo, nos va a costar mucho más”.
3. Grupo por encima de individualidades
En la concentración de noviembre Pamela no ha podido contar con dos de las jugadoras más talentosas del país: Deyna Castellanos y Daniuska Rodríguez. “Cuando las tenga, el nivel va a subir mucho”, asegura. Sin embargo, quiere que el grupo esté por encima de todo. “No me gusta que una jugadora sea líder y seamos dependientes de ella. Por ejemplo, Deyna tiene mucho que aportar a esta selección, pero lo más importante es que todas mis jugadoras sepan que hay un objetivo común, y ese es el Mundial”.
4. Estilo unificado:
Esa Venezuela disciplinada, pero que base su juego en tener la pelota no se verá solo en la absoluta. “Estoy coordinando también las selecciones sub-17 y sub-20. Intentaremos que todos los equipos tengan el mismo modelo de juego. Así, cuando las jóvenes lleguen a la absoluta estarán listas”.
La empresa es importante, pero Pamela está encantada. “En el momento que llegué y salí a la cancha con ellas, lo sentí. Me dije ‘este es mi equipo, puedo quedarme’”. Un flechazo para llevar a la Vinotinto a lo más alto.