Criado por sus abuelos, tras la muerte de su padre y la reclusión de su madre, Manuel Agudo Durán soñaba en las calles de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con un balón en los pies.

“Vengo de una familia humilde. Nunca nos faltó un plato encima de la mesa pero sí otra cosas que le gustan a los niños”, explica a FIFA el extremo izquierdo español, más conocido como Nolito. “Pasé por momentos duros, pero eso te hace ver la vida de otra manera. Te hace valorar cosas a las que quizá otra gente no le da tanta importancia”.

Creció rodeado por sus 10 tíos maternos, que son como hermanos, y quizá sus mejores sparrings. El abuelo Manuel, marinero, lo llevaba al entrenamiento y a base de sacrificios y esfuerzos, el muchacho firmó en 2008 con el Barça B que entonces dirigía Luis Enrique. Tenía 20 años. “Yo pensaba: estoy en el equipo de reservas de uno de los mejores equipos del mundo. Estaba a un paso del primer equipo. Tuve la suerte de jugar con ellos, y ver la calidad técnica y táctica de los jugadores y aprendí mucho.

Dos años más tarde, Pep Guardiola le dio la alternativa y disfrutó de algunos minutos al lado del que considera el mejor jugador que se ha cruzado en su carrera. “Es diferente. Hace cosas que no hacen los demás. Tiene un don. Dios le dijo vas a ser pequeñito pero vas a ser el mejor jugador del mundo”, dice con su deje andaluz.

Sin minutos en Barcelona, se fue a Benfica y Granada, y en 2013 se volvió a encontrar con Luis Enrique, en el Celta de Vigo. Una fichaje, sorprendentemente, que apenas meditó. “Tenía mejores ofertas económicas de Inglaterra e Italia pero siempre había oído hablar muy bien del Celta y fue una decisión que tomé sin pensármelo mucho y creo que ha sido una de las mejores decisiones de mi carrera. Acerté”

“Es un fenómeno”. “Un pedazo de futbolista”. “Es alegre y siempre te ríes con él, pero en el campo es muy competitivo”. Sus compañeros no ahorran elogios para un jugador que apunta a estar en la lista de Vicente del Bosque para la Eurocopa 2016.

“Representar a tu país es lo mejor que le puede pasar a un futbolista. Vivir esa experiencia sería un privilegio. Yo soy una persona muy optimista y estoy muy motivado, y creo que lo mejor está siempre por llegar. No me conformo. Siempre se puede mejorar”, concluye el jugador de 29 años.