Con los ojos enrojecidos de tanto llorar, y el cansancio provocado por correr en busca de un objetivo que al final resultó inalcanzable, las futbolistas inglesas salieron de su vestuario abatidas y en absoluto silencio. No obstante, ese triste desfile hasta el autocar del equipo se vio interrumpido por una breve escena que dijo mucho de las jóvenes Leonas de John Griffiths. Se produjo cuando pasaron junto al vestuario japonés, su verdugo en los cuartos de final de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Jordania 2016: al ver la puerta entreabierta, ofrecieron una loable exhibición de deportividad.
“¡Buen partido!”, gritó la primera de las inglesas, dirigiéndose a las Pequeñas Nadeshiko y haciendo un gesto de aprobación con los pulgares. “Habéis estado fantásticas. ¡Suerte!”, dijo otra, llegando a esbozar una sonrisa cuando las niponas agradecieron ese elegante gesto.
Luego siguieron otros elogios y buenos deseos. Y lo más impresionante fue que no se trató de algo aislado. Inglaterra cayó 3-0, pero lo hizo con la cabeza alta, y demostró tener la misma dignidad que cuando ganó su compromiso anterior. Entonces, tras doblegar mediante un trabajadísimo 2-1 a Brasil, el primer instinto de las jóvenes inglesas cuando sonó el pitido final no fue celebrar el triunfo, sino animar a las desconsoladas sudamericanas.
“Para mí es un gran motivo de orgullo ver y oír algo así. Es muy importante”, explica su seleccionador a FIFA.com. “Tenemos un grupo fantástico de chicas que ha mostrado mucha clase y unidad en este torneo. Cuando vi cómo se acercaron a las brasileñas después del partido el otro día, no pude sentirme más orgulloso. Fue fantástico ver eso, de verdad, una deportividad de primera. Y también tengo que decir que la selección japonesa, en ese aspecto, es igual. Creo que nuestras jugadoras respondieron al comportamiento de las japonesas como ante la calidad del fútbol que desplegaron”.
“Japón tiene muchísimo mérito en este torneo, porque dispone de un buen plantel, honesto, que practica un juego increíble. Anoche no fuimos capaces de estar a su altura, pero creo que hemos demostrado ser también un equipo bueno y honesto. Las chicas se han comportado muy bien tanto dentro como fuera de la cancha, no han tenido incidentes con las árbitras, han tratado a todo el mundo con respeto, y yo sé que eso les ha servido para ganarse algunos admiradores”.
Con la vista puesta en 2023 Griffiths, como sus discípulas, dio ejemplo al reconocer de inmediato la superioridad japonesa y preferir no incidir en la ausencia de la delantera Georgia Stanway, una de sus estrellas. “Siempre falta alguna buena jugadora, pero yo no insistiría mucho en ello”, apunta, refiriéndose a la sanción que impidió jugar a la máxima anotadora del equipo. “Simplemente, en el aspecto físico nos faltó un poco. No en cuanto a resistencia, sino en movilidad frente a un rival como Japón, pero eso tampoco es ninguna vergüenza. No somos los primeros ni tampoco seremos los últimos en decirlo”.
Al lograr la clasificación sin conocer la derrota en una liguilla en la que también figuraban Brasil y las campeonas de Asia y de África, la RDP de Corea y Nigeria, el combinado inglés ya había superado casi todas las expectativas. Y su meta en este torneo no era alcanzar la gloria, sino preparar a las estrellas del mañana, de modo que Griffiths no duda en señalar esta experiencia como un éxito rotundo.
“Es la primera vez que participamos en este torneo en ocho años, para nosotros ha sido algo enorme”, afirma. “Hasta este Mundial, e incluyendo esta fase final, algunas de nuestras chicas han acumulado más de 30 internacionalidades en el último año o en los últimos 18 meses. La experiencia que eso les da es valiosísima. En estas competiciones siempre están representadas las naciones que mejores resultados obtienen en el fútbol femenino, y para Inglaterra es fundamental que nuestras jóvenes participen en estos Mundiales y en partidos de alto nivel en general”, analiza.
“Ganar es importante, porque para llegar a torneos como éste hay que ganar partidos, y lo que queremos hacer es competir con las mejores del mundo en todas las categorías, no cabe duda. Pero siempre hemos desarrollado este grupo pensando en la selección principal, y en el Mundial de 2023 en concreto, así que lo más importante es ver a algunas de estas muchachas como Leonas absolutas”, concluye.
Es innegable que muchas de las jugadoras de Griffiths han mostrado signos de ser perfectamente capaces de dar ese salto. Pero, al margen de cuántas lleguen a triunfar, los hinchas ingleses pueden estar seguros de contar no sólo con futbolistas de talento, sino también con unas embajadoras ejemplares.