Hilda Jacewicz forma parte del equipo de voluntarios de transporte de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda™
Su hija, Kate Jacewicz, es una de las árbitras australianas más condecoradas
Hilda vio con orgullo a su hija dirigir el partido que enfrentó a Francia y Brasil en el Estadio de Brisbane en la fase de grupos
Hasta la fecha, cerca de 5.000 voluntarios han colaborado en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda™, y detrás de cada uno de ellos hay una historia singular.
El 95 % de los voluntarios son gente local, que están generando recuerdos y anécdotas en sus lugares de origen, mientras que el otro 5 % procede de 68 países diferentes de las seis confederaciones, lo cual garantiza de una valiosa mezcla de diversas experiencias, perspectivas e historias
Pero quizás nadie tenga una historia tan singular como la de Hilda Jacewicz. Hilda colabora en el equipo de voluntarios de transporte y es además la madre de Kate Jacewicz, árbitra de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™.
Hilda ha trabajado como voluntaria durante más de 20 años, la mayoría de ellos en el club juvenil de Kate, el Mudgeeraba SC, y en cuanto se anunció que Australia sería uno de los países organizadores supo que se inscribiría como voluntaria.
En 2019 viajó a Francia para ver a su hija oficiar en los partidos del Mundial, y los voluntarios y organizadores del torneo supusieron una inspiración para ella, de modo que decidió que ampliaría su experiencia como voluntaria en una Copa Mundial Femenina de la FIFA™ si se le presentaba la ocasión.
Como voluntaria, su base es el Novotel de Brisbane, desde donde lleva a jugadoras, árbitras, entrenadores, empleados, delegados e invitados VIP cuando tienen que ir al aeropuerto, al estadio y las instalaciones de entrenamiento.
Nunca había ejercido de chófer, pero le está encantando la experiencia.
"En el pasado, mi especialidad fueron la administración y las inscripciones, pero me han asignado al equipo de transporte y la verdad es que me ha ido muy bien. Tenemos un equipo muy agradable, y todas las personas a las que estamos llevando en Brisbane son muy simpáticas; me encanta hablar con ellas".
"Me habría apuntado como voluntaria incluso si Kate no participara en el Mundial. Me encanta ser voluntaria y la Copa Mundial Femenina de la FIFA de Francia fue algo tan emocionante que pensé que sería genial participar en esta edición en Australia".
"Tenía la esperanza de que escogieran a Kate, ya que se esforzó muchísimo. Ahora tenemos emociones por partida doble. Confío en que esté tan orgullosa como yo de participar en el torneo y apoyar el fútbol".
Kate es una de las árbitras australianas —y asiáticas— más laureadas. Fue la primera mujer que arbitró un partido de la liga australiana masculina, ha oficiado en nueve de las once grandes finales de la A-League femenina, dirigió la final de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA 2016™ y ha sido designada para las eliminatorias de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™, tanto en 2019 como en 2023.
El trabajo de Hilda en el equipo de transporte supuso que, por pura suerte, le fuera posible compartir un momento muy especial con su hija Kate, cuando la designaron para el partido Francia – Brasil en Brisbane.
Kate se alojó en el hotel en el que Hilda está de voluntaria, y eso les permitió verse y pasar un rato juntas. Además, Hilda pudo asistir al encuentro y ver a su hija en plena acción.
"Es increíble lo bien que han salido las cosas. El día del partido yo estaba libre, de manera que pude acudir al aeropuerto con Kate y esa mañana desayunamos juntas en el hotel —señala Hilda—. Me siento muy orgullosa de mi hija, porque se ha esforzado muchísimo para llegar a donde quiere estar. Cuando era más joven, una vez nos dijo: "algún día iré a un Mundial. ¿Me prometéis que vendréis a verme?". Cuando la eligieron para el Mundial de Francia en 2019, cumplimos nuestra promesa".
"Ha sido muy emocionante verla arbitrar en este torneo. Francia 2019 fue un torneo maravilloso, pues fue su primera Copa Mundial Femenina de la FIFA™, pero esta vez ha sido más especial, ya que la tenemos aquí mismo en Brisbane en vez de tener que viajar por todo el país para ir al partido que tenía que arbitrar. Ha sido perfecto".
A pesar de singular historia, Hilda se sigue considerando simplemente como una pieza más del engranaje de un equipo. "Son los voluntarios lo que lo hacen posible. Sin voluntarios que presten su apoyo al torneo, el Mundial no saldría bien —señala Hilda—".
"Sería imposible para la FIFA brindar estos servicios sin estas personas que enseñan al resto del mundo cómo es la gente de Australia y Aotearoa Nueva Zelanda. Me encanta formar parte del acontecimiento y sé que todos los voluntarios de mi equipo lo están disfrutando y que les encanta conocer a tanta gente diferente y de países tan diversos".