Para Venezuela, ha sido un “sueño hecho realidad”. Para muchas de las jugadoras de Ghana, su primer contacto con los viajes aéreos. Y para México, una oportunidad de experimentar lo que es jugar frente a una multitud ruidosa y apasionada.

Los entrenadores en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2024™ han encontrado múltiples beneficios al participar en el torneo ampliado de 24 equipos, diciendo que brinda a más jugadoras la oportunidad de actuar en un escenario global y experimentar un nivel más alto al que tal vez no estén acostumbradas.

“Creo que es maravilloso. Les proporciona conocimientos, y es una gran experiencia para esas jugadoras. Es un grupo de edad complicado porque están muy cerca del equipo senior, aunque algunas tal vez nunca se conviertan en jugadoras profesionales,” dijo Rosana, entrenadora de Brasil. “Y esta experiencia es muy importante porque cambia a las personas. No solo a las jugadoras. Vivir todo esto y entender lo que significa jugar en un campeonato mundial organizado por la FIFA. Además, sus padres tienen la oportunidad de verlas competir.”

Kathrin Peter, entrenadora de Alemania, comparte sentimientos similares. “Es una [oportunidad] única en la vida y todos están realmente orgullosos de estar aquí y jugar para Alemania, y también de estar en un gran escenario, de actuar. Para un joven talento, es realmente un gran escenario para mostrar su desempeño, para mostrar lo que pueden [hacer], y es realmente una posibilidad de convertirse en la próxima estrella de la próxima generación. Vi muy buenas habilidades técnicas y tácticas – es un nuevo nivel, es un nuevo nivel de fútbol femenino Sub-20.”

La entrenadora de Estados Unidos, Tracey Kevins, señaló que la experiencia ha demostrado que los equipos expuestos a un nivel de competencia más alto cerrarán la brecha si invierten. “Expandir el torneo permite que equipos que podrían tener más dificultades para clasificar tengan una oportunidad. Les permite ver su nivel y luego entender que tal vez se necesite más inversión en sus respectivos programas, así que estoy completamente a favor de ello”, dijo.

“Ha sido evidente durante los últimos 20 años que cuando a los equipos se les muestra cuál es el nivel, aquellos que invierten cierran la brecha, por lo que realmente depende de las asociaciones miembros seguir invirtiendo en el fútbol femenino. Se trata de mostrar el punto de referencia, el nivel, y es así para cualquier asociación miembro: te vas del torneo, reflexionas y analizas qué es lo que se necesita”.

Fiyi, uno de las cuatro debutantes junto con Camerún, Austria y Marruecos, fue lanzado directamente al desafío al quedar en el mismo grupo que Brasil, Francia y Canadá, y dijeron que ya habían aprendido mucho. “Siempre era probable que nos enfrentáramos a cosas que no habíamos enfrentado antes, pero es una muy buena experiencia de aprendizaje para todos nosotros y creo que nos va a dar motivación”, dijo la defensora Talei Moodie. “Aprendimos que contra un equipo como Canadá no podemos lanzarnos de cabeza, tenemos que ser más cautelosos contra un equipo que es tan técnico.”

Para Ghana, fue más que solo fútbol. “Algunas de las jugadoras ni siquiera habían tomado un vuelo antes, y esta ha sido una gran oportunidad para ellas, volar desde Ghana hasta Colombia y ver un ambiente y cultura diferentes”, dijo el entrenador Yusif Basigi.

Venezuela, que participaba por segunda vez, nunca olvidará haber conseguido su primer punto con un empate ante la República de Corea. “Este es un sueño hecho realidad, llevar a Venezuela a un Mundial. Es hermoso ver a tantas jugadoras excelentes, mostrando cuánto ha crecido el fútbol femenino”, dijo la entrenadora Pamela Conti. “Fue un gran logro para nosotros clasificarnos a este Mundial. Nos estamos divirtiendo y estamos haciendo todo lo posible por el crecimiento del fútbol femenino.”

México, por su parte, disfrutó jugando ante un estadio lleno tanto en El Campín como en el Atanasio Girardot. “En el primer partido, me sorprendió la multitud, especialmente hacia el final, porque no teníamos el control del juego y las jugadoras no podían escucharme porque el público estaba gritando mucho”, dijo la entrenadora Ana Galindo. “Estaba muy emocionada, fue una experiencia que nunca había tenido antes, porque es raro que en los torneos Sub-20 haya estadios llenos. La mayoría de los amistosos son casi a puerta cerrada, así que es una experiencia realmente maravillosa para todos, tanto para las jugadoras como para los entrenadores.”