Fue elegida Jugadora Mundial de la FIFA en 2014. Tenía tan sólo 26 años y una prometedora carrera por delante. Pero a partir de entonces ya no pudo brillar como nos tenía acostumbrados. Las continuas lesiones obligaron a la alemana Nadine Kessler a colgar las botas en abril de 2016.

“Los dos últimos años fueron los más difíciles de mi vida”, confiesa a FIFA.com la exjugadora del VfL Wolfsburgo, campeona de Europa con su selección en 2013, que todavía se emociona al recordar lo que supuso tomar una decisión tan complicada. “Peleé mucho por evitarlo. Seguía teniendo muchas metas, y lo intenté todo, pero el cuerpo no me dejó continuar. Llega un momento en la vida en el que hay que darse cuenta y aceptar que se ha acabado”.

A pesar de esas sensaciones, Kessler está en paz tras su decisión. “Estoy agradecida por todo lo que viví, porque fue maravilloso. Y, además, ganar el premio supuso una despedida muy linda”.

El 9 de enero de 2017, en la ceremonia de los The Best FIFA Football Awards™, se distinguirá a una nueva futbolista como la mejor del año. La excentrocampista alemana no tiene ninguna favorita concreta para hacerse esta vez con el premio, pero en este vídeo sí dice por quién se alegraría especialmente si ganase el trofeo. Y también cuenta de primera mano qué representa el galardón para las jugadoras y el fútbol femenino en su conjunto.

Una experiencia indescriptible Con la ceremonia cada vez más cerca, la cuádruple campeona de la liga alemana recuerda cómo fue para ella ese momento de gloria. “Me quedé sin palabras, abrumada”, dice, refiriéndose al instante en que oyó su nombre y subió al escenario. “Estaba como en otro mundo, como si lo viviese desde fuera”.

En aquel momento no alcanzaba a comprender totalmente las repercusiones de lo que había logrado, y no lo asimiló hasta un poco después, cuando habló con su madre y sus hermanos. “Entonces fue cuando me di cuenta de que era el mayor momento de mi vida”, afirma. “Es incomparable, una sensación maravillosa”.

Dos años más tarde, la vida de Kessler ha cambiado mucho, aunque el fútbol femenino sigue siendo una parte importante de sus actividades cotidianas. “He ejercido varias veces de embajadora, y quiero hacer todo lo que pueda para ayudar a desarrollar nuestra disciplina”.

La tres veces vencedora de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA conserva la misma ambición que exhibía dentro de la cancha, y ni se plantea dormirse en los laureles. “Me resulta muy difícil empezar un día sin saber por qué estoy luchando”, explica. “Pruebo muchas cosas, procuro inspirarme en distintas cosas y tareas. Intento implicarme bastante en proyectos sociales, y el fútbol me ayuda muchísimo en ese aspecto. Con el fútbol, se puede romper el hielo en un par de minutos. Eso es lo que hace distinto a este deporte”, concluye.