miércoles 14 diciembre 2016, 06:52

Foord, la líder de las nuevas Matildas

Ya es oficial. Caitlin Foord, la niña prodigio del fútbol australiano, ha dejado de ser una promesa para convertirse en una estrella de pleno derecho del fútbol mundial. Aunque no pase de los 22 años, este mismo mes ha sido elegida Mejor Jugadora de la AFC de 2016, imponiéndose a varias rivales de talla. Es la única mujer que ha ganado los premios de la categoría absoluta y juvenil, después de adjudicarse el galardón reservado a las canteranas hace cinco años, tras su debut estelar en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011™.

Las brillantes luces y los adornos dorados de la ceremonia de los Premios anuales de la AFC de 2016, celebrada en Abu Dhabi, no podrían contrastar más con los orígenes humildes de Foord, según explica la propia jugadora, una enamorada de las playas que se crió en la modesta localidad de Wollongong, situada al sur de Sydney, a un par de horas de la metrópolis. “Fueron las mejores 48 horas de mi vida”, confiesa Foord a FIFA.com, refiriéndose a su visita relámpago a la capital de Emiratos Árabes Unidos.

“Era mi primer viaje al extranjero con mi hermana y nos lo pasamos muy bien. Nunca había estado en un hotel tan grande, fue fantástico, algo asombroso, de verdad. Durante un par de días nos sentimos como millonarias”.

En busca de savia nueva Australia ha protagonizado dos grandes avances en torneos mundialistas en los últimos 18 meses, al ganar por primera vez en su historia un partido de la fase de eliminatorias del Mundial Femenino y quedarse a una tanda de penales de disputar, también por primera vez, los encuentros por las medallas del Torneo Olímpico de Fútbol femenino. Es evidente que las Matildas han reforzado su prestigio, sin dejar de ser una de las selecciones absolutas más jóvenes del fútbol mundial. Australia acudió a Canadá 2015 con ocho jugadoras de 21 años o menos, entre ellas Foord.

“Este premio es un gran honor, qué duda cabe, pero creo que también refleja, sobre todo, el buen momento de las Matildas, porque tuvimos dos candidatas”, recuerda Foord. La otra fue la incombustible delantera internacional Lisa De Vanna, mientras que sus compatriotas Katrina Gorry y Kate Gill ya habían sido reconocidas con esta distinción. “Creo que en los próximos años habrá más ”, pronostica.

“En estos momentos sólo hay un 1 o 2% entre las mejores selecciones del mundo, y creo que cualquiera de esos equipos puede ganar si tiene un buen día. Las Matildas están mejorando constantemente, y esa progresión me parece clara. Pienso que en los últimos grandes torneos nos faltó una pizca de suerte: si los resultados hubiesen sido algo distintos podríamos habernos llevado fácilmente una medalla. Ahora estamos entusiasmadas ante este próximo ciclo, porque somos muy jóvenes, pero también tenemos experiencia. Yo estoy muy ilusionada, creo que podemos hacer grandes cosas”.

Una progresión fulgurante Foord destaca por su velocidad, una visión de juego innata y una habilidad fuera de lo común para regatear en carrera. Esas cualidades la convierten en un talento excepcional y capaz de conseguir lo inesperado. Marcó a los diez minutos de su estreno como internacional, y dos meses más tarde ya había sido elegida Jugadora Joven Hyundai del torneo en Alemania 2011.

Empezó su trayectoria en el combinado absoluto como delantera con libertad de movimientos, pero justo antes del Mundial Femenino de 2011 se reconvirtió en lateral. Unas semanas más tarde, se le encomendó la misión de marcar a Marta en su debut mundialista, y fue capaz de mantener a raya a la gran estrella brasileña.

Foord era un diamante en bruto, y empezó a brillar de inmediato en cuanto se confió en ella. Desde entonces, su carrera no deja de ir a más. Ha tenido muchas influencias positivas en su juego, entre ellas la de la legendaria estadounidense Christie Rampone, a la que reconoce como una figura especialmente importante.

“La primera vez que tuve que madurar en serio fue cuando me fui al extranjero a los 18 años para jugar en la NWSL”, señala Foord. “Fue la mejor decisión de mi vida, y me sirvió para desarrollar muchísimo mi juego, porque allí era todo lo que tenía”.

“Tuve la suerte de poder aprender de Christie Rampone, estuve a su lado todos los días”, añade Foord acerca de la excapitana de la selección estadounidense. “Es una de las jugadoras más experimentadas del fútbol femenino, y aprendí muchísimo de ella. Llegué a ser muy amiga de sus niñas, ¡de hecho fue casi como si yo fuese hija suya!”.

Foord ha pasado dos temporadas en Nueva Jersey con el Sky Blue FC, pero ahora está planteándose emprender una nueva aventura en Japón, en la Nadeshiko League, para ampliar sus horizontes futbolísticos. “Cambiar de entorno siempre ayuda, porque siempre hay algo que aprender”, señala. “El fútbol japonés no tiene parangón en el mundo, está centrado en la posesión del balón y en la técnica. Y creo que eso es un aspecto de mi juego que puedo mejorar”.

A todas luces, Caitlin Foord no es de las que se duermen en los laureles. Y si nos guiamos por la ambición que muestra, a su historia todavía le quedan muchos capítulos por escribir.