El último campeón se despide extrañando al héroe de 2012

El Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Río 2016 se quedó sin el ganador de la última medalla dorada. México quedó afuera en la primera ronda, al caer con República de Corea en Brasilia y el equipo lloró la falta de gol en el encuentro decisivo. Ese don se marchó a México el martes, cuando Oribe Peralta, el único superviviente del oro en Londres 2012 y gran estrella de aquella final, el de los gritos cuando las papas queman, dejó la concentración por lesión.

"A un jugador de experiencia cualquier equipo lo extraña siempre. Es innegable. Pero también creíamos que teníamos gente capaz de cumplir con la tarea", le dijo a FIFA.com el seleccionador Raúl Potro Gutiérrez, que no dudó en asumir la eliminación: "El único responsable soy yo. Yo los elijo, yo los meto".

Uno de los dos mayores de 23 años que quedaron en el plantel, el arquero Alfredo Talavera, puntualizó "es hipotético" analizar si Peralta hubiese resuelto algunas de las opciones que se dieron ante los coreanos, pero de todas formas aceptó la importancia de la ausencia: “Sin duda lo extrañamos. Teniendo alguien referente adelante podría haber cambiado el rumbo en una pelota".

Jordan Silva, que estuvo en el banco de relevos, fue contundente: "Él es un jugador muy experimentado y hoy lo que necesitábamos era gol. Sabíamos que tenemos muy buenos jugadores de suplencia pero hoy la falta de gol es lo que nos dejó fuera". Erick Gutiérrez, el volante de los cuatro goles a Fiyi, no quiso buscar excusas: "Tenemos que contar con todos, por eso somos 18. Había material para suplir".

La palabra más repetida en un vestuario "muy triste, muy golpeado", como describió Erick Torres, el reemplazante de Oribe, fue "contundencia". "Un torneo como éste, tan corto, con muy poco tiempo de descanso, con muy poco tiempo de todo, tenemos que aprovechar cada llegada, no tenemos que perdonar", reflexionó Talavera.

"El equipo jugó muy bien. Fuimos muy superiores, dominamos a Corea. El equipo se mostró con muy buena cara. No pudimos hacer gol y son cosas del fútbol. Nos llegaron una o dos veces y una fue gol", se lamentó Cubo Torres, que en el primer tiempo hizo buena sociedad con su tocayo Gutiérrez.

Errores defensivos y una historia nueva Jorge Torres, el segundo mayor de 23, cree que esa fragilidad no fue producto de la casualidad y por eso fue la voz disonante en cuanto a pensar la clave de la vuelta a casa anticipada.

"Nos faltó estar comprometidos al 100% en todas las pelotas defensivas. Nos costó mucho guardar el cero, en los tres partidos recibimos gol y al final nos termina afectando. Eso fue lo que nos perjudicó más", aseguró el defensa.

Para José Abella nada de lo que ocurrió puede achacársele a la juventud del equipo. "Experiencia en este tipo de torneos con México sí podíamos tener porque varios de nosotros estuvimos en el Sub-17, el Sub-20...". Antes que nadie, Talavera llamó a "no dejar caer una generación muy buena, muy sana, que son los que en los siguientes Mundiales van a ser referencia".

Tampoco al aura que envolvió al equipo desde el comienzo, por ser los campeones olímpicos reinantes pero, en realidad, sólo hubo en Brasil uno de aquellos héroes entre los 18 convocados. "No creo que haya habido presión. Nos preparamos bien para el contexto de ser campeones", consideró el Potro.

Talavera tampoco vio un equipo atenazado por la responsabilidad que le habían puesto desde afuera y que se refrendaba desde dentro antes de la competición: "Lo de defender la medalla y eso... era un papel que a nosotros no nos tocaba jugar. Los que la ganaron ya hicieron su historia y nosotros teníamos que hacer la nuestra. Por eso no había presión, había ilusión".

Haya sido un plantel parecido al de la gesta de 2012 o con Peralta apenas por dos partidos hasta su lesión, Domínguez define la eliminación con claridad y dolor: "Al final es la etiqueta. Y el que se va es el último campeón".

Documentos Relacionados