La Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™ ha dado una gran oportunidad a una generación de neozelandeses que ha trabajado en una de las mayores competiciones del planeta.

Miles de personas viajan por todo el mundo para hacer posibles las competiciones de la FIFA y otros torneos de gran calado.

Las competiciones organizadas por todo el mundo como este Mundial femenino de fútbol, o las de rugby y críquet que organizó Aotearoa Nueva Zelanda el año pasado, suelen ser la puerta de entrada al mercado laboral para estos trabajadores. En este caso, una generación de jóvenes neozelandeses ha adquirido nuevas capacidades y ha dado sus primeros pasos en este mundo.

"Trabajar en uno de los acontecimientos más importantes del mundo ha sido una oportunidad inigualable para muchos neozelandeses, que han aprendido de los mejores expertos de la industria", ha declarado Lisa Pennington, directora de la Subdivisión de Servicios de la FIFA.

Pennington comenta que el 60 % del personal contratado para los partidos disputados en Aotearoa Nueva Zelanda procede del propio país.

"En este torneo nos enfrentamos a un desafío especial, ya que las fronteras de Nueva Zelanda estuvieron cerradas hasta octubre a raíz de la pandemia, lo que nos obligó a contratar más personal nacional durante las primeras fases de preparación", explica Pennington, y añade que la FIFA desea formar un grupo de trabajadores del país que sean capaces de ayudar a las autoridades futbolísticas en las competiciones, y también en otros deportes.

"Las habilidades que adquieren son útiles en otros ámbitos. En el marco de nuestro programa de transición profesional, estamos colaborando con otras grandes competiciones y federaciones deportivas para ofrecer a los trabajadores de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ nuevas oportunidades", afirma la directora, y agrega que el personal ubicado en Aotearoa Nueva Zelanda ya forma parte de la Comunicad Global de Talento, una base de datos que la FIFA utiliza para contratar especialistas para futuros torneos.

Ravina Ramesh se mudó de Christchurch, en la Isla Sur, a Auckland/Tāmaki Makaurau para ejercer de coordinadora de transportes en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ y ya está deseando que llegue su siguiente oportunidad.

"Mi hermana trabajó en el Mundial de Catar y me dijo que no podía desaprovechar la ocasión, así que solicité este puesto en transportes", comenta Ramesh.

"Es un mundo nuevo para mí. Durante semanas recibimos formación por parte de personas que ya habían desempeñado esta labor, con especial hincapié en el sistema de reservas TMM, y además yo estudié por mi cuenta", puntualiza Ramesh, y añade que ya está pensando en trabajar en la COP28 de Dubái y la Copa Mundial de la FIFA 2026™, que se disputará en Canadá, México y Estados Unidos.

"Lo que he aprendido en este torneo lo puedo aplicar a otras grandes competiciones de la FIFA o acontecimientos en los que se usa el mismo software", destaca la joven de 25 años, que también espera usar sus conocimientos como diseñadora en otros certámenes de la FIFA.

Fletcher Cavanagh es otro de los jóvenes que está colaborando en el Mundial, en su caso como coordinador de prensa en Eden Park (Auckland/Tāmaki Makaurau).

Con tan solo 21 años, Fletcher ya había trabajado como gestor de eventos en la selección neozelandesa de críquet y como asistente de prensa en competiciones internacionales de rugby. Compaginó estos empleos con sus estudios de Gestión Deportiva en la Universidad de Otago (Dunedin/Ōtepoti), por lo que primero solicitó puestos en el Estadio de Dunedin.

"Dada mi experiencia con la prensa, me recomendaron que trabajara en el centro para los medios de comunicación de Eden Park. Está siendo increíble".

A pesar de su experiencia previa, el joven de Wanaka afirma estar abrumado por la magnitud de la preparación necesaria para organizar una Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

"Ha sido un proceso arduo. Empecé 20 días antes del primer partido para organizar el estadio a la perfección y dar un servicio de calidad a la gran cantidad de medios que asistirían".

Además de 217 neozelandeses y 319 australianos, en el Mundial han participado personas de otras 70 nacionalidades, muchas de ellas procedentes de Reino Unido, Brasil e India, países que han celebrado los Juegos Olímpicos, el Mundial o los Juegos de la Commonwealth en los últimos años.

Como agradecimiento por compartir su experiencia, Cavanagh enseñó un poco de jerga neozelandesa a sus compañeros del centro de prensa de Eden Park, procedentes de diferentes continentes.

"Estoy muy orgulloso de mis raíces y me encantó hacerles de guía e intentar que se sintieran como en casa —comentó el joven, que desea participar en competiciones de rugby y críquet en los próximos meses—.¿Después? El fútbol me corre por las venas, por lo que las competiciones de la FIFA son lo máximo para mí. Me encantaría volver a participar en ellas".