810 minutos jugados y 0 goles en contra es un balance que haría palidecer de envidia a cualquier guardameta, y ya de por sí increíble si lo hubiese logrado una estrella formada en la cantera de una de las naciones consolidadas del fútbol femenino, pero corresponde a Laura O’Sullivan, cuya historia y situación hacen que sea todavía más asombroso.

Los números de O’Sullivan en los clasificatorios mundialistas y la Eurocopa femenina

O’Sullivan se ha medido dos veces con Rusia durante esta extraordinaria secuencia y también mantuvo a raya a Inglaterra fuera de casa, lo que le ha valido un premio a la mejor futbolista nacional del año. No ha sido vistiendo los colores de Alemania, Francia o Suecia, sino los de Gales, un país que nunca ha estado representado en un gran torneo del fútbol femenino.

Ahora, gracias a la imbatibilidad de la arquera, las galesas encabezan el Grupo 1 en vísperas de la visita de su vecina Inglaterra, con un puesto en Francia 2019 en juego.

Y más impresionante si cabe es que la portera, de 27 años, lo haya hecho jugando en su tiempo libre, compaginando los compromisos futbolísticos con su trabajo cotidiano en una empresa de formación de Gales. Es un detalle que sirve para comprender apenas una parte de esta historia de éxito inspiradora, y que muy pocos hubieran previsto.

“Empecé en el fútbol bastante tarde, y al principio en la defensa. Luego lo dejé un tiempo, porque era muy tímida, y me costaba muchísimo encajar, siendo sincera”.

“Pero seguía yendo de vez en cuando a ver entrenarse al equipo, y una vez la portera se lesionó y me preguntaron: ‘¿Te apetece un partido?’. El fútbol siempre me había gustado mucho, así que acepté. Tampoco lo pasé muy bien en un primer momento, porque quería participar más en el juego. Llevaba sin ocupar la portería desde niña, cuando mi hermano me lanzaba tiros jugando en la calle. Pero con el tiempo empecé a disfrutar y fui mejorando”.

Así, hace menos de cuatro años, O’Sullivan retomó el deporte que antes había abandonado, y el cambio de demarcación no pudo ser más propicio. Salta a la vista que durante este breve tiempo ha recorrido un largo trayecto —es lo menos que puede decirse—, y su ascenso con el combinado nacional ha ido de la mano de progresos igualmente notables fuera del terreno de juego.

“Todo me ha pasado rapidísimo”, reconoce. “Está siendo una de las mejores experiencias de mi vida. Nunca había soñado con jugar con la selección, es algo muy especial formar parte de la selección galesa, sobre todo de la actual, que tan bien lo está haciendo”.

“Y además he salido mucho del cascarón. En ese aspecto ha sido importantísimo todo lo que me ha pasado en el fútbol, y la confianza que tengo ahora gracias las personas que me rodean. Creo que también me ha ayudado ser portera, porque en este puesto la comunicación es fundamental, y he tenido que esforzarme como persona para poder cumplir”.

Vídeo: Inglaterra 0-0 Gales

Y del mismo modo que sus respuestas reflexivas y seguras no muestran ni rastro de la timidez que sufría antes, su rendimiento con el dorsal número 1 de Gales refleja esa confianza recién descubierta.

Después de impedir que Inglaterra marcase ante su propio público —fue reconocida como mejor jugadora de aquel partido y recibió los elogios del legendario arquero galés Neville Southall—, sabe que un encuentro sin ver perforada su meta podría situar a Gales en el Mundial femenino.

“No esperaba llegar a estas alturas sin recibir ningún gol”, admite. “Pero terminar sin goles en contra era algo que ya habíamos hablado, desde antes de empezar la campaña. Entonces éramos el equipo 35º del mundo, y sabíamos que contra rivales tan complicados tendríamos que ser muy difíciles de batir, que había que hacer que les costase marcar contra nosotras. Todas estamos muy orgullosas de nuestro registro en este apartado”.

“Esta posición que tenemos supera nuestras expectativas, pero después de haber llegado tan lejos estamos decididas a no dejar pasar la oportunidad. El partido de Inglaterra es importantísimo para Gales, las entradas ya se agotaron hace semanas”.

“Seguimos sin ser favoritas, hay que tener en cuenta que vamos a jugar contra uno de los mejores equipos del mundo, aunque si lo consiguiésemos sería algo enorme para el fútbol femenino de aquí. Creo que eso podría transformar las cosas, de verdad. Ya estamos traspasando barreras, y no cabe duda de que cada vez hay más interés. Pero alcanzar un gran torneo lo situaría todo en otro nivel”.

Y un estreno en un Mundial supondría también la culminación de la trayectoria de ensueño de la estrella que protege la meta galesa.