La RP China vuelve a ser la reina de su continente tras firmar una extraordinaria remontada para imponerse por 3-2 a la República de Corea en la final de la Copa Asiática Femenina 2022.

Esa victoria en la final –conseguida tras darle la vuelta a un 0-2 adverso al descanso– puso el broche de oro al sensacional campeonato de las Rosas de Acero, que también sorprendieron a Japón de camino a recuperar un trofeo que habían ganado por última vez en 2006. Tras haber dominado claramente en las primeras ediciones de esta competición, la cosecha récord de títulos asiáticos para China asciende ya a 9; el triple que las naciones que más se le acercan.

La cariacontecida selección surcoreana, que nunca había llegado a la final antes de este año, también puede estar orgullosa por haber alcanzado nuevas cotas en la India; y por haber obtenido un puesto en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ del próximo año. Las Taegeuk Nangja y su verdugo en la final estarán acompañadas en esa fase final mundialista por Japón y un dúo de debutantes, Filipinas y Vietnam; mientras que Australia –pese a sufrir una sorprendente eliminación en cuartos de final– ya tenía asegurada su presencia como país coanfitrión.

Esa inesperada derrota de las Matildas fue emblemática de un certamen donde abundaron las campanadas, con Japón –vencedora de las dos ediciones precedentes– como otra de sus víctimas. Con muchos motivos para el análisis en India 2022, nos fijamos en las estrellas y líneas argumentales que dominaron esta Copa Asiática.

El desconsuelo de las anfitrionas

La India encaraba esta Copa Asiática con unas esperanzas legítimamente altas de clasificarse para su primer Mundial e impulsar así los ambiciosos planes del país de hacer crecer su fútbol femenino. Pero el desastre se produjo en forma de un brote de COVID que dejó a las locales sin poder alinear equipo para su segundo partido de la liguilla contra Chinese Taipei y, a la postre, forzó su retirada del campeonato. Thomas Dennerby, el experimentadísimo seleccionador del equipo, lo describió sin vacilar como “la peor experiencia que he vivido como entrenador”. “Mi equipo y yo estamos destrozados”, lamentó el sueco. “[Han sido] seis meses de sacrificio, sueños y pasión. Nuestros sueños están liquidados para siempre”.

Un misil de Ji apea a las australianas

Como la selección mejor ubicada en la jerarquía mundial de esta Copa Asiática, y tras haber llegado a semifinales en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino del año pasado, Australia era señalada por muchos para llevarse a casa el trofeo. Sin embargo, las estelares Matildas ni siquiera lograron acceder a la penúltima ronda, al caer eliminadas por un golazo tardío de Ji Soyun tras haber desperdiciado un rosario de ocasiones de oro en el área contraria. Steph Catley, que capitaneó al equipo en su derrota en cuartos de final, no intentó edulcorar el serio revés. “Somos un equipo de jugadoras de talla mundial y seguimos quedándonos cortas en momentos como este”, reflexionó a posteriori. “Tenemos que aprender de ello”.

Las Malditas hacen historia

No todos los australianos presentes en esta Copa Asiática se marcharon a casa con motivos de pesar. El ex seleccionador de las Matildas Alen Stajcic pudo jactarse de haber dirigido una campaña histórica y sumamente exitosa, ya que Filipinas se clasificó para las semifinales y accedió al primer Mundial de su historia. Las Malditas sellaron su billete tras imponerse a Tailandia e Indonesia en la fase de grupos y salir airosas de una tanda de penales de infarto contra Chinese Taipei en cuartos. “Esta es probablemente la mejor experiencia de mi carrera de entrenador… y llevo 20 años entrenando”, declaró un radiante Stajcic. “Es una plantilla tremendamente unida, una auténtica piña, y no es de sorprender que todo el país en Filipinas esté muy orgulloso de ellas”.

La férrea voluntad de las Rosas de Acero

China y Japón ofrecieron un vibrante espectáculo en su duelo de semifinales, repartiéndose cuatro goles y dirimiendo una dramática tanda de penales. En un anticipo de lo que estaba por venir, las animosas Rosas de Acero se llevaron los aplausos y una peleada victoria, tras nivelar en dos ocasiones un marcador adverso (la segunda vez, en el minuto 119) y acabar controlando mejor sus nervios desde los 11 metros. Ese logro resultó más impresionante si cabe teniendo en cuenta la baja de su estrella Wang Shuang, que se había lesionado entrenando. “Es un éxito tremendo para mí, para todo el equipo y para el fútbol femenino de China”, declaró su entusiasmada seleccionadora, Shui Qingxia.

Las reinas de la remontada se ciñen la corona

Si habíamos pensado que ese toma y daca de semifinales sería el partido del campeonato, o que habíamos visto la mejor versión del combinado de Shui, la final nos enseñó lo contrario. Pese a dominar la posesión, China llegó al último cuarto del partido con 0-2 abajo y aparentemente abocada a la derrota. Sin embargo, Tang Jiali acortó distancias de penal, Zhang Linyan restableció las tablas con un bonito cabezazo cuatro minutos después y, justo cuando una nueva prórroga parecía inevitable, la suplente Xiao Yuyi remachó a la red un gol de la victoria de lo más dramático al término de una jugada elaborada y de bellísima factura.