Ridgeciano Haps se crio jugando al fútbol en las calles de Amsterdam, a 7.500 kilómetros del estadio Franklin Essed de Paramaribo, la capital de Surinam, donde debutó este viernes, con 28 años, en la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA™ y dio una asistencia en el partido en el que los suyos golearon 6-0 a las Bermudas.

Al igual que muchos de sus compañeros de Surinam, Haps tuvo que decidir si representar a la selección de los Países Bajos, donde creció y vio a jugadores como Robben, Van Bronckhorst y Van Persie disputar la final de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010™, o al lugar de nacimiento de sus padres.

“Vengo todos los años a Surinam a visitar a la familia, a disfrutar de la vida aquí y a ver a la gente, que es muy agradable”, explica Haps a FIFA.com. “El cariño de la gente es algo que se percibe. Quiero ayudar a Surinam a salir adelante”.

Con apenas nueve años, Haps ya se había hecho un hueco en la cantera del Ajax de Amsterdam, la más prestigiosa del fútbol neerlandés. Haps, jugador de gran calidad técnica, fue progresando como extremo izquierdo hasta llegar a la categoría sub-17. Entonces, en el AZ Alkmaar, pasó a ocupar el lateral izquierdo para adaptarse a las necesidades del equipo, y no lo ha abandonado desde entonces.

Sin embargo, su formación como extremo le ha ayudado a adaptarse de forma natural al fútbol moderno, en el que se espera que los laterales se incorporen al ataque con más frecuencia. Así pues, no sorprende saber quiénes son sus referentes futbolísticos: “¡Roberto Carlos (risas)! Y me encanta Marcelo”.

Aunque nunca alcanzaría el primer equipo del Ajax, señala que el fútbol sigue procurándole la misma alegría que cuando daba patadas a un balón en las calles de Amsterdam. Eso le permitió superar el listón de los 70 partidos con el AZ Alkmaar y, ahora, también con el Feyenoord. “Pienso en el fútbol las 24 horas del día”.

Haps es uno de los siete jugadores que actúan en las principales divisiones del fútbol neerlandés, mientras que solo uno de los integrantes de la selección milita en un club nacional (el Robinhood). Los Nato están repartidos por todo el globo. El capitán del equipo, Ryan Donk, juega en el Galatasaray turco y el centrocampista Roland Alberg en el Hyderabad indio. Las ligas chipriota y saudí también están representadas en el combinado nacional.

“[Representar a Surinam] Significa mucho. Mi familia y mis amigos están aquí. Para mí lo es todo. Voy a darlo todo por Surinam; no solo por el fútbol surinamés, sino por todo el país. Quiero ponerlo en el mapa”.

Los Nato presentan hasta la fecha un pleno de tres victorias en la primera ronda de la competición preliminar de Catar 2022, con 15 goles a favor y ninguno en contra. La última vez que Surinam ganó tres partidos de clasificación para el Mundial seguidos fue en 2008.

El conjunto dirigido por Dean Gorre se ha impuesto en ocho de sus últimos diez compromisos oficiales, y está recreándose especialmente en ataque, sobre todo gracias a Nigel Hasselbaink, sobrino de Jimmy Floyd, quien juega en Israel y autor ya de dos tripletas esta campaña.

“Aquí se está formando un buen plantel. Ahora contamos con muchos hombres que compiten en Europa. La calidad está ahí. Hay mucha velocidad y fuerza, tenemos de todo. Llevamos una semana entrenándonos y mejoramos a cada sesión, así que estoy muy contento con el equipo”.

Todo dependerá de su próximo partido, en Bridgeview (Illinois), el 8 de junio contra Canadá, un adversario que está 66 puestos por encima en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola y que tiene en sus filas a un vencedor de la Liga de Campeones de la UEFA.

“Sé que mucha gente está sorprendida con Surinam, pero ahora tenemos que demostrarlo. Estamos preparados para ello”, concluye.