Steve McManaman y su hija visitaron una ONG en Camboya
Indochina Starfish Foundation (ISF) trabaja en la capital del país, Nom Pen
ISF recibe fondos del Programa Comunitario de la Fundación FIFA
Incluso en un mundo que parece hacerse mucho más pequeño por la amplia información que se intercambia al instante por Internet, resulta bastante difícil enseñar a tus hijos con inmediatez sobre cómo viven los que se crían en un entorno completamente diferente. La manera más simple es conocer e interactuar directamente con personas educadas de forma diversa, para que tus vástagos aprendan la humidad y valoren lo que tienen.
Ese es el método que utilizó el FIFA Legend Steve McManaman durante una reciente visita a la Indochina Starfish Foundation (ISF) en Camboya, en la que estuvo acompañado por su hija de 12 años Ella. El ex astro de Liverpool, Real Madrid y la selección de Inglaterra pasó tiempo con su hija al lado de niños con deficiencias visuales y otros a quienes se les diagnosticó el VIH, a los que se brinda acceso a educación, atención sanitaria y deporte en un esfuerzo por sacar a sus comunidades de la pobreza.
“Mi hija es ya lo bastante mayor para ser capaz de comprender y asimilarlo”, afirma McManaman a FIFA.com. “Ese es uno de los motivos por los que quería llevarla. Quería demostrarle que la vida no va sólo de ir a un bonito colegio y recibir muchos regalos en tu cumpleaños y en Navidad, y todos son felices”.
“Cuando vio a estos niños ciegos y con deficiencias visuales dar patadas a un balón y seguir el sonido de los cascabeles dentro del balón, así como a otros críos que tienen VIH, y que apenas pueden permitirse el uniforme y las botas que tienen; y cuando vimos los lugares donde duermen… realmente le hizo caer en la cuenta. Me aseguré de que hiciese fotos y vídeos para llevárselos a casa y enseñarles a su hermana y hermano pequeños que ese es el mundo real”, añade.
Los niños con quienes pasaron tiempo McManaman y su hija durante su visita son identificados y ayudados por ISF, que recibe financiación a través del Programa Comunitario de la Fundación FIFA. Se trata de una organización que, mediante múltiples programas, intenta conseguir su visión de “una sociedad sin pobreza ni desigualdad”.
“En Inglaterra damos por sentado el tener una educación”, continúa McManaman. “Llegas a una determinada edad y vas a la guardería, al instituto de secundaria y luego, potencialmente, a la universidad”.
“Conocimos a chavales que no tienen educación en absoluto, que simplemente se despiertan por la mañana a una edad temprana y son enviados fuera de casa para rebuscar en la basura, e intentar conseguir todo lo que puedan para ayudar a sus padres a hacer que les alcance el dinero para subsistir”, apunta el ex centrocampista.
En un país en el que menos del 5% de los jóvenes terminarán el bachillerato, la pobreza despoja a los niños no solamente de su niñez, sino también de su educación y de habilidades para la vida cruciales que se aprenden jugando e interactuando con sus coetáneos. A través de la educación, el fútbol y los proyectos de desarrollo comunitarios que pone en marcha, ISF está apoyando a los que más lo necesitan para intentar romper el círculo de pobreza.
“Fuimos a la escuela , y estas personas no tenían nada. Aun así, estuvieron haciendo tarjetas para mí y mi hija; fue muy conmovedor”, recuerda McManaman. “Yo provengo de un entorno muy de clase obrera de Liverpool, y cuando era más pequeño no tenía nada. Pero el que yo no tuviera nada en ese contexto dista mucho de ser lo mismo que lo que presencié allí. Tienes que valorar absolutamente todo lo que tienes”.
“El fútbol une a todo el mundo”, subraya McManaman. “Da igual si eres un privilegiado o no; cualquiera puede saltar al campo y darle patadas a un balón, y todo el mundo es igual. Estos chavales no tienen nada en absoluto, pero cuando iba a sus casas… la cantidad de críos que corrían de aquí para allá con camisetas de fútbol puestas simplemente demuestra el alcance que tiene el fútbol”.