Vivimos tiempos inciertos, marcados por conflictos y crisis mundiales. El mundo está dividido. Pero a través del poder del fútbol, la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ aunará a las personas como parte de una comunidad global, permitiéndoles estar unidas, descubrir nuevas culturas y celebrar cosas juntas.

La emblemática campaña de la FIFA ‘Football Unites the World’ es un movimiento global que busca inspirar, unir e impulsar el desarrollo a través del fútbol; y en el que las FIFA Legends comparten sus historias sobre lo que significa para ellas el poder unificador del deporte rey.

En el periodo previo a la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda 2023™, hemos contactado con la centrocampista internacional australiana Emily van Egmond para que nos hable de sus recuerdos.

El fútbol lleva formando parte de la vida de Van Egmond desde que nació… literalmente. Su padre Gary representó a Australia en la fase de clasificación oceánica para la Copa Mundial de la FIFA 1990™ y en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino de 1988. Gary ganó la liga australiana como jugador escasos meses antes de nacer su hija y, cuando Emily era adolescente, su padre ganó también la liga nacional como entrenador.

Huelga decir que Emily no sólo empezó a tener un balón en los pies desde muy tierna edad; sino que, además, pronto adquirió una perspectiva sobre el atractivo y el carácter global del fútbol. Sus posteriores estancias en Alemania, Dinamarca, Inglaterra y Estados Unidos arrojaron más luz sobre la amplia capacidad del fútbol para unir.

Ahora, la propia trayectoria de Van Egmond llega a su punto culminante al jugar con una de las selecciones coanfitrionas en Australia y Nueva Zelanda 2023. Y según afirma, el campeonato podría eclipsar incluso al que para muchos sigue siendo el momento deportivo global más reconocible de Australia.

“Cuando de niña vi los Juegos OIímpicos de 2000 en Australia, vimos hazañas como la de [la atleta medallista de oro en 400 metros] Cathy Freeman; y ya se sabe… eso cambió el deporte en general para siempre en Australia”, resalta.

“Este Mundial da a los niños algo a lo que aspirar, y [la oportunidad de] ver a sus ídolos en casa. Cuando yo era niña realmente no tuve esa oportunidad, por lo que espero que, a las niñas e incluso niños que van a estar en las gradas, les regalemos un recuerdo que dure toda la vida y algo a lo que puedan aspirar para sus futuros proyectos”, añade.

Como no podía ser menos, el fútbol ha ayudado a crear un vínculo inusual, incluso para las relaciones habituales entre padre e hija. Ambos han sido olímpicos, y Gary van Egmond fue incluso el segundo entrenador de las Matildas durante un largo periodo.

“Vivimos juntos unos Juegos Olímpicos, por lo que eso es algo que, sin duda, conservaré siempre gratamente en mi corazón. A veces es surrealista, pero básicamente me siento afortunada por haberlo tenido de mi lado y porque me haya ayudado a llegar donde estoy hoy”, puntualiza Emily.

“Desde muy pequeña hasta ahora, él ha sido mi principal porqué, y la razón por la que he tenido la carrera que he tenido hasta la fecha. Y se trata de un momento especial no sólo para mí, sino también para mi familia: van a poder vivir que yo esté representando a Australia en suelo patrio, así que tengo muchas ganas de hacer que la nación, pero también mi familia, se sientan orgullosas”, asevera.

Van Egmond, que cumplió 30 años la semana antes del partido inaugural, ya lleva nada menos que 14 años vistiendo la camiseta auriverde. En ese periodo, ha visto cómo la popularidad de las Matildas ha subido de forma estratosférica.

“Ver hasta dónde ha llegado es impresionante, y creo que ahora es un momento único para el equipo, en el que vamos a poder empaparnos del ambiente y disfrutar, pero también dar algo a cambio a la nación”, explica.

“Espero que esto cambie el fútbol femenino a nivel mundial; no sólo en Australia. Ya ha cambiado muchísimo y está creciendo a un ritmo rápido. Y si seguimos yendo en esa trayectoria ascendente, creo que vamos en la dirección correcta; y que se presenta un futuro apasionante para el deporte femenino en general por todo el mundo”, añade, antes de concluir: “El fútbol es simplemente un deporte magnífico, que creo que une a muchas personas en todo el mundo”.