Fue "sólo" una pequeña escena en el banquillo de un partido de la segunda división alemana tras el pitido final de un encuentro, pero trajo mucho corazón y empatía en ella.

Acababa de sonar el silbato del partido de la 2.ª Bundesliga entre el Holstein Kiel y el Hertha BSC Berlin, cuando Fabian Reese, jugador del Hertha, recibió un cubo de plástico negro. El exjugador del Kiel atravesó el terreno de juego hasta la tribuna oeste del que era su estadio. Reese también vestía una camiseta azul con la inscripción "Lucha, Ian".

Allí, el joven de 25 años entregó el cubo en el que los aficionados visitantes habían recogido donaciones para Ian, un aficionado de 16 años del KSV que padece un linfoma.

En la petición para realizar las donaciones, la "Sektion Fördestadt" informó que la madre del niño ya no podría realizar la mayor parte de su actual trabajo debido a las próximas citas terapéuticas en el hospital. Cada euro recaudado fue de gran ayuda y animó a la familia a "seguir adelante". Los aficionados del Kiel habían anunciado que recaudarían donaciones en torno al partido contra el equipo berlinés. El Hertha BSC también se refirió a la campaña en su información de viaje.

"Estoy sencillamente abrumado. Mi hijo está orgulloso de ser aficionado de este gran club. Muchas, muchas gracias", agradeció poco después el padre de Ian a los numerosos donantes a través de Facebook.

Por cierto: El partido entre Kiel y Hertha se ganó por 3-2 gracias a un penalti de Reese en el tiempo de descuento. Nacido en Kiel y jugador durante los primeros ocho años en las categorías inferiores del Holstein, Reese había regresado en 2020 al club de su ciudad natal para pasar tres años. Ahora se presentó como jugador del Hertha y allí también tuvo éxito, dentro y fuera del campo.