martes 05 marzo 2019, 19:21

Pasión ’Canuck’ en el Algarve

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  • Los Ferreira, de origen canadiense, residen en Albufeira

  • Organizan expediciones a la Copa del Algarve para turistas canadienses

  • Sus hijas, admiradoras de las Canucks, juegan en un equipo local

Una semana, doce equipos -siete de ellos clasificados para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™,-y cinco sedes en la región más meridional de Portugal...

El calendario internacional de fútbol femenino reúne cada año desde 1994 a los mejores equipos del mundo en la Copa del Algarve, el torneo amistoso más antiguo de Europa.

Desde 2001, una familia impulsa el seguimiento y apoyo a las selecciones participantes de forma altruista. Patrick y Helen Ferreira, nacidos en Canadá, regentan mucho más que un bar en el centro de Albufeira.

Es una parada obligatoria para los amantes del fútbol y, especialmente, para los miles de turistas canadienses que visitan cada año la zona. El matrimonio acumula 18 años organizando excursiones en autobús desde su local a los estadios donde tiene lugar la competición.

"Es un orgullo apoyar a Canadá. Venga o no al torneo, siempre hemos llevado gente a ver a selecciones como Suecia o Estados Unidos", comenta Patrick. "Nos encanta este torneo, es muy entretenido y seguiremos acudiendo a la cita".

En la edición 2019, los Ferreira movilizaron a 75 personas en el estreno de las Canucks frente a Islandia. Entre todas ellas, sus hijas Hope y Grace, dos jóvenes aficionadas enganchadas a la selección canadiense y jugadoras en un club de la región a nivel amateur.

Christine Sinclair y un sueño

Tal es la pasión de los Ferreira por el fútbol femenino, que las más pequeñas de la saga siguen desde hace tiempo los juegos del equipo nacional canadiense.

Hope conoció y se fotografió con la legendaria Christine Sinclair el año pasado. Una inspiracion que le empujó a inscribirse en el Alto da Colina, una conocida academia de fútbol de la región. Y poco después se unió su hermana Grace, con la que ahora comparte momentos y experiencias sobre la cancha.

"Una es portera; la otra, es extrema. A las dos les gustaría jugar algún día con la selección de Canadá", concluye su padre. Los sueños se imaginan y se persiguen. También en el Algarve.

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