Nueva Zelanda dio un golpe de autoridad para adjudicarse su cuarta Copa de Naciones Femenina de la OFC consecutiva, certificando de paso su presencia en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™. El título continental también le permitirá figurar entre las 12 selecciones que disputarán el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino Tokio 2020.

Y si bien el conjunto que inscribió su nombre en el palmarés sigue siendo el mismo, se han producido cambios significativos en el resto del escalafón:

Papúa Nueva Guinea, sempiterna campeona de los Juegos del Pacífico, tuvo que conformarse con el tercer puesto, al ser incapaz de alcanzar el choque por el título por primera vez desde que Australia se incorporó a la Confederación Asiática de Fútbol en 2006.

La edición de 2018 del torneo seguramente será recordada como un punto de inflexión en cuanto a la competencia entre las naciones insulares del Pacífico, que es cada vez mayor. Y, por primera vez, las 11 federaciones miembro de la OFC participaron en la Copa de Naciones Femenina de la OFC.

Pero fue Nueva Zelanda, a pesar de presentar varias bajas importantes, quien se llevó el gato al agua. La inapelable victoria por 8-0 que obtuvo en la final puso la guinda a un torneo perfecto, en el que anotó nada menos que 43 goles, sin recibir ninguno.

Y ese resultado tan solo fue el primero de un día inolvidable para el fútbol femenino neozelandés, ya que su selección sub-17 se colgaría contra todo pronóstico la medalla de bronce unas horas más tarde en Uruguay 2018.

Nueva Zelanda acudirá a Francia 2019 con un nuevo impulso, tras el estreno del experimentado Tom Sermanni como seleccionador. El técnico, que disputó tres Mundiales Femeninos con Australia y dirigió brevemente a la selección de Estados Unidos, aporta sus conocimientos y astucia a un equipo que aspira ahora a superar por primera vez la fase de grupos. Después de dos cambios al frente del cuerpo técnico en los últimos tiempos, las Football Ferns pretenden consolidarse en el corto plazo.

La revelación indiscutible del torneo fue Fiyi. Después de haber sido en cierto modo pionera en el fútbol masculino entre sus vecinos del Pacífico, ahora parece haber subido un peldaño en el femenino. Hasta este año, únicamente había actuado en dos ediciones de la competición, creada en 1983.

En la semifinal protagonizó una gesta que será recordada durante mucho tiempo en su país, al imponerse a Papúa Nueva Guinea por 5-1 tras empezar perdiendo. Las dinámicas delanteras Luisa Tamanitoakula y Trina Davis resultaron decisivas, al acumular 11 goles entre ambas.

Papúa Nueva Guinea contaba con varias jugadoras que compitieron ante su público hace dos años en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA, pero se quedó sin alcanzar la final por primera vez desde 2003. Si bien fue primero de su liguilla, el cuadro melanesio se vino abajo en la segunda parte del duelo de semifinales.

Su seleccionador, Peter Gunemba, reconoció que la falta de preparación se pagó muy cara, algo que quiere rectificar pensando ya en los Juegos del Pacífico del año que viene, en los que defenderá el título. Curiosamente, la hija de Gunemba, Meagen, compartió la distinción de máxima realizadora del torneo, con ocho tantos en cinco partidos.

“Me ha impresionado la competencia que hemos tenido, en el sentido de que nosotros tenemos jugadoras que compiten de forma profesional, lo que me facilita a mí mucho las cosas, pero los equipos con los que nos hemos cruzado en este torneo han demostrado muchísima garra y carácter, a pesar de las dificultades que se les presentaban y de los resultados que ha habido”.

Tom Sermanni, seleccionador de Nueva Zelanda.

“Creemos que el fútbol de Fiyi no puede más que mejorar, porque todavía está en pañales. Tenemos una estructura aún joven, pero ver a estas chicas venir aquí y demostrar su valía en la región es algo asombroso”.

Marika Rodu, seleccionador de Fiyi.