miércoles 24 febrero 2016, 17:02

Los chicos de Sigurdsson, inspiración para la Mannschaft

No es ninguna novedad que jugar al fútbol profesionalmente constituye un trabajo a tiempo completo. Sin embargo, quien piense que, en su tiempo libre, los futbolistas prefieren no saber nada de goles, balones y tácticas se equivoca totalmente. El mejor ejemplo de ello lo ofrecieron hace unas semanas campeones del mundo como Bastian Schweinsteiger, Mario Goetze y Lukas Podolski, que vibraron frente al televisor con la victoria de la selección alemana de balonmano en el campeonato europeo de Polonia y compartieron su alegría en las redes sociales.

"¡¡Campeones de Europa!! ¡Son absolutamente increíbles! Felicitaciones"

"¡¡¡Felicitaciones por el título europeo!!! ¡¡Increíble!! ¡Respeto! ¡¡Qué gran actuación!!"

“Lógicamente, nosotros apenas tuvimos ocasión de percibir lo que estaba ocurriendo, pero ya nos dijeron que el seguimiento estaba siendo muy grande”, revela a FIFA.com Dagur Sigurdsson, el entrenador que ha sido el artífice del triunfo continental. “Esto demuestra la popularidad que el balonmano tiene en Alemania”, añade.

En su juventud, este técnico y exbalonmanista islandés de 42 años estuvo a punto de emprender una carrera como futbolista, pero acabó decantándose por el balonmano. La decisión resultó un acierto, ya que, posteriormente, Sigurdsson disputaría más de 200 partidos con la selección de Islandia y participaría en un Mundial, un Europeo y unos Juegos Olímpicos. “Cuando era joven me encantaba jugar a ambos deportes y no pensaba en la posibilidad de ser profesional”, rememora Sigurdsson. “Si me decanté por el balonmano fue porque tenía más amigos que lo practicaban”, explica.

Seleccionador alemán de balonmano desde 2014, Sigurdsson llegó a jugar siete partidos con el combinado sub-17 islandés de fútbol, así que no resulta descabellado pensar que, de haberse decidido por el balompié, el islandés se habría convertido en un buen central o centrocampista defensivo, que eran las posiciones que solía ocupar sobre el césped. “Posiblemente hubiera llegado a ser internacional con la selección de fútbol, pero estoy contento con la trayectoria que he tenido en el balonmano”, confiesa.

En cualquier caso, Sigurdsson nunca ha perdido la pasión por el fútbol y es un habitual en las gradas del estadio de Berlín, su ciudad de residencia, para ver al Hertha BSC, el club que representa actualmente a la capital germana en la Bundesliga. No obstante, a nuestro protagonista también le gusta viajar a Inglaterra para disfrutar del balompié de las islas. “Me encanta la Premier League inglesa y el Manchester United en concreto, así que voy cuando tengo ocasión. Estuve por ejemplo en el estreno de Juergen Klopp como entrenador del Liverpool, contra el Tottenham, y lo disfruté mucho”, revela.

Diferencias entre fútbol y balonmano Con todo, esta pasión por el deporte rey no significa que el seleccionador alemán esté valorando la posibilidad de entrenar a un equipo de fútbol, pese a lo que algunos medios hayan publicado tras la conquista del título europeo. “Yo nunca he dicho tal cosa. Me preguntaron si alguna vez se me había pasado por la cabeza y respondí que sí, pero no tengo esa intención ni he recibido oferta alguna”, aclara Sigurdsson. “Las diferencias técnicas entre el fútbol y el balonmano son notables. Creo que no hay mucho que se pueda aprovechar entre ambos deportes si pasas de uno al otro. En cualquier caso, el balonmano no tiene nada que envidiar al fútbol en lo que a ambiente y emoción se refiere. En balonmano se ve más acción y más goles, y la rapidez del juego ha aumentado en los últimos años. Además, los cambios de táctica son más habituales”, explica.

Sigurdsson no ve la hora de que llegue el verano boreal para disfrutar de la primera participación de la selección de fútbol de su país en una Eurocopa. “Tiene un mérito enorme, y estoy convencido de que Islandia puede hacer un gran papel, aunque, por supuesto, no va a ser nada fácil”, asegura.

Sigurdsson sabe muy bien lo que es disputar una gran competición internacional sin ser favorito. No en vano, la selección alemana de balonmano rompió los pronósticos al proclamarse campeona de Europa en Polonia. Y es que el combinado germano, el más joven del certamen, fue de menos a más a lo largo del torneo y acabó imponiéndose en la final a una España contra la que había caído en la fase de grupos. “Favorito o no, el papel con el que partes a priori deja de ser importante una vez que el árbitro señala el comienzo del partido. Llegamos al Europeo con un equipo joven y con mucha confianza en nuestras posibilidades, e hicimos las cosas bien”, concluye.

Aunque Sigurdsson todavía no ha tenido la oportunidad de conocer personalmente a su homólogo futbolístico Joachim Loew, no parece descabellado pensar que, dada la proximidad de la Eurocopa de Francia, el seleccionador de balonmano pueda recibir la invitación de reunirse con los integrantes del combinado nacional de balompié para charlar sobre el meritorio título conquistado en Polonia 2016. Sin duda, futbolistas como Mesut Oezil, Jerome Boateng o Per Mertesacker, que han declarado públicamente su pasión por el balonmano, lo agradecerían.