El 8 de junio de 2019, en Le Havre, Desiree Ellis se encontraba junto al terreno de juego del Stade Océane entonando el himno sudafricano, que sonaba por primera vez en la historia de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

La seleccionadora tenía lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, pero contuvo sus emociones y examinó a sus jugadoras para cerciorarse de que no se sentían abrumadas por el momento histórico que estaban viviendo: la culminación de muchos años de esfuerzo por situar al fútbol femenino sudafricano en lo más alto, gracias al trabajo de la Federación Sudafricana de Fútbol (SAFA), con el apoyo de la FIFA.

"Participar en este Mundial fue sencillamente increíble", recuerda Ellis cuatro años más tarde. "Es el mayor torneo que se pueda disputar, donde se forjan las leyendas, donde cambian las vidas. Y es complicado describir lo que se siente, no se sabe hasta que no se está ah".

La emoción era más intensa si cabe para una mujer que había tenido que recorrer un camino tan largo para coronar esta cumbre. Esta técnica de 60 años, seleccionadora nacional desde 2016, ha clasificado a su país para una segunda cita mundialista consecutiva y ganó su primer título continental en la CAN 2022.

Y ahora puede analizar satisfecha los avances que ha registrado el fútbol femenino en su país y en toda África en comparación con lo que vivió como jugadora ella misma, que pasó prácticamente toda su carrera en Sudáfrica y fue internacional con las Banyana Banyana en 32 ocasiones.

Una vez tuvo la oportunidad alcanzar el Mundial, en la edición de 1995, cuando a las sudafricanas solo les quedaba una eliminatoria a doble partido contra Nigeria para poder ser mundialistas. Sin embargo, aquellas contiendas revelaron que la distancia que separaba a ambas naciones era todavía abismal, con un marcador global de 11-2 a favor de las Súper Halconas, que emprendieron entonces el vuelo al certamen como únicas representantes africanas.

Pero las cosas han cambiado de manera notable desde entonces: los equipos y las competiciones femeninas se han multiplicado en el continente, el fútbol se ha estructurado y se han reducido las diferencias. Se trata de un movimiento de gran calado apoyado por la FIFA, que está manifestando un firme compromiso con la potenciación de la disciplina, sobre todo a través del programa FIFA Forward, que ha permitido a Sudáfrica dotarse de un campo de césped artificial.

"El campo es de la máxima calidad y cuenta con proyectores. Resulta muy útil a la hora de preparar partidos que van a jugarse en campos artificiales contra rivales acostumbrados a este tipo de superficies", explica Ellis. "Es importante jugar en campos de calidad, permiten elevar el nivel táctico y técnico. Sigue habiendo canchas que no tienen la calidad adecuada en zonas apartadas, pero poco a poco se está solucionando".

Y la ayuda que brinda la FIFA va más allá de lo material. Ha puesto a disposición de Sudáfrica toda su pericia en materia de desarrollo y de estructuras de alto nivel, además de los correspondientes recursos humanos, ya sea a través del asesoramiento de expertos, de preparadores físicos o facilitando ojeadores. "Tenemos mucha suerte, todo esto nos ayuda mucho", reconoce Ellis con una sonrisa.

La sudafricana también está encantada de compartir sus conocimientos con el organismo rector del fútbol mundial siempre que tiene la oportunidad de hacerlo, por ejemplo con el Programa de Formación de Entrenadoras de la FIFA. "Es un programa fantástico, ya es la segunda vez que participo. Las mejores entrenadoras del mundo comparten sus experiencias con compañeras menos experimentadas. Y también es interesante para mí, aun siendo yo mentora, porque al mismo tiempo aprendo de las demás. No hay muchas mujeres entrenadoras, así que es importante acompañar a otras a medida que vayamos subiendo peldaños".

"A mí me entrenaron hombres casi toda mi vida, eso tampoco es algo negativo: los entrenadores han hecho grandes cosas en la historia del fútbol y han aportado mucho al fútbol femenino, y siguen haciéndolo", afirmó la única mujer que dirigirá a uno de los cuatro combinados africanos que participarán en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ este verano.

"La COSAFA, la confederación regional a la que pertenecemos, exige que haya una mujer en el banquillo y un porcentaje fijo de mujeres en el cuerpo técnico, para obligar a las federaciones a dar más oportunidades a las entrenadoras. Y a la vista está que en Sudáfrica eso ha deparado resultados".

Actualmente Ellis tiene la suerte de haber acumulado ya un importante capital de confianza y de trabajar en un entorno estable, respaldada por su federación. Su plantel ha adquirido experiencia, al igual que el cuerpo técnico, y todo el mundo comparte el mismo sueño: mejorar en Australia y Nueva Zelanda el desempeño de Francia 2019, donde el equipo cayó en la fase de grupos, con tres derrotas en otros tantos partidos.

Una buena actuación ahora sería sin duda el mejor motor para seguir potenciando el fútbol femenino sudafricano, que ha entrado en una nueva era con la puesta en marcha de FIFAForward 3.0, merced al cual el Centro Técnico Nacional de la SAFA contará con gradas de hormigón, nuevas instalaciones sanitarias y unos flamantes vestuarios.